¡Por fin estamos saliendo del infierno!

Termina febrero con el cerdo subiendo desacomplejadamente. En nuestra lonja de referencia hemos pasado de 1,02 de finales de enero a 1,17 en la última sesión del mes; lo que es un precio bastante más optimista (viniendo de dónde venimos). Una subida de un 15% en 5 semanas es excepcional. Alemania ha subido su precio en canal 12 céntimos por kilo en las dos últimas semanas (eso representa un 10% de subida). Nadie duda que el pistoletazo de salida hacia la recuperación ya ha sonado. Se atisba, se divisa a lo lejos por lo menos, la salida del infierno en que han estado, y están, los productores. Transitamos ahora por la senda de la recuperación, incluso más rápido de lo previsto.

En el momento actual no hay bastantes cerdos en España para seguir con los ritmos récord de sacrificios observados en enero. No los hay. Los sobrantes post-festivos hace muchas semanas que se reabsorbieron y, para seguir con matanzas altas, se importan camiones y camiones de cerdos vivos europeos para ser sacrificados aquí. Bélgica, Holanda, Francia y Alemania (con PPA actualmente) como proveedores destacados.

Los cerdos suben, pero la mayoría de las piezas de carne no. Un 90% de la subida española ha sido sufragada por los bolsillos de los mataderos quienes han visto como su margen se esfumaba para entrar decididamente en pérdidas. Si la carne no sube, el cerdo –necesariamente– no podrá subir más allá de un límite muy cercano. A no tardar, los mataderos perderán 10 euros por cerdo: cuando eso ocurra, su demanda –por pura lógica– aflojará drásticamente.

Necesitamos que la carne suba sus precios. Toda Europa lo necesita. Mencionamos seguidamente algunas pinceladas de esperanza de que esto acabe ocurriendo (esperemos que más pronto que tarde):

• Las restricciones por Covid están disminuyendo o en vías de hacerlo en casi todos los países europeos; esto debería relanzar con fuerza el consumo –y por ende la demanda– de todos los canales de restauración.
• Las reducciones de matanzas (incipientes ahora mismo, mucho más severas a corto plazo) son ineludibles en toda la UE. A menores sacrificios se corresponde menos carne en fresco disponible.
• La inercia alcista del cerdo debería facilitar alzas de precios en algunas piezas, sobre todo en las preferidas para el consumo de mesa en fresco (cuellos, lomos, solomillos).
• Las exportaciones a países terceros siguen a muy buen ritmo (vendemos a nuevos mercados: Australia, México, Colombia y además el Sudeste asiático –sin China– mantiene un buen pulso comprador).
• Tanto en Canadá como en EEUU, los precios del cerdo suben decididamente y están más caros que nunca (en los diez últimos ejercicios) para esta época del año. Estados Unidos informa de un mercado doméstico potente, con muy alta demanda y parece exportar por debajo de lo normal.

Todos los operadores significativos (del primero al último) en todos los países de nuestro entorno informan de grandes e importantes cantidades de carne en stock. Hará falta que este stock desaparezca en una gran parte para que la demanda se inquiete y los precios salten para arriba. Creemos que todavía faltan algunas semanas para verlo. De todas formas, si la demanda se comporta bien (y todo apunta a que, tras dos años, por fin, así será) y si las matanzas continúan bajo mínimos (y continuarán, pues muchos cerdos han desaparecido tras los sacrificios masivos de madres y el abandono de actividad de muchas explotaciones, por no hablar de los importantes problemas sanitarios en lechones) podría fácilmente suceder que las reservas desaparecieran en un abrir y cerrar de ojos.

Pensamos que el mercado del cerdo en vivo está en una fase alcista imparable y vemos el mercado de la carne como un muelle muy comprimido a punto de saltar. Repetiremos aquí que necesitamos que la carne suba. Toda Europa lo necesita.

No podemos dejar de comentar el riesgo evidente de que la PPA llegue a España. Pensamos que estamos en un momento de alto riesgo respecto de la posibilidad que la PPA llegue a nuestras explotaciones; la bioseguridad no es escrupulosa en todas partes y bastaría una chispa (un transporte sucio, un alimento que llegara contaminado, un jabalí viajero, …) para desencadenar el caos. Opinamos que toda precaución es poca y que no basta con cruzar los dedos; es más necesario que nunca (imprescindible, imperativo) que todo el sector tome conciencia de lo delicado y peligroso que es el actual momento. No podemos ni imaginar el dantesco escenario que nos tocaría vivir si llegara la PPA a España.

Toda precaución es poca. Toca vigilar, estar atentos y alerta, poniendo todo lo que podamos de nuestra parte. Un jabalí es incontrolable, pero otros factores sí que dependen del factor humano. Como comentamos hace un mes, echamos en falta reacciones tangibles de nuestras autoridades: planes de contingencia, medidas generales de prevención, llamadas públicas a la responsabilidad etc.

En nuestro comentario anterior nos referíamos de pasada al famoso debate sobre las macrogranjas. Hemos elaborado un cuadro de densidades porcinas que creemos ayuda a poner las cosas en su lugar. Al respecto diremos que las cifras son neutras, no tienen sentimientos y muestran la verdad. Las conclusiones del cuadro que se adjunta las dejamos a la consideración de cada lector.

Tabla 1. Sacrificios de cerdos por superficie y habitantes en distintos países. Datos de 2020.

(*): Sin Alaska

Terminaremos con una frase –oportunísima hoy– del genial e inigualable Charles Chaplin: “No hay nada permanente en este malvado mundo, ni siquiera nuestros problemas”.

Guillem Burset

Ultima hora:

La invasión de Ucrania por parte de Rusia es una pésima noticia. Desde el punto de vista del porcicultor, el escenario aparece dantesco: los mercados financieros en modo pánico y hundiéndose, el gas un 50% más caro en las primeras horas, el cereal subirá… Miedo, incertidumbre, caos, histeria, confusión, parálisis… Esperemos tener una visión con más perspectiva en el próximo comentario y que la guerra haya cesado.