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Caso clínico: Adaptación de primalas

El caso clínico se produce durante la primera mitad del 2010 en una granja de madres, orientada a la producción de lechones de 21 días para exportar a EEUU, en la provincia canadiense de Manitoba. La granja había sido comprada por un grupo fuerte de producción porcina en octubre de 2008.

Presentación de la granja



El caso clínico se produce durante la primera mitad del 2010 en una granja de madres, orientada a la producción de lechones de 21 días para exportar a EEUU, en la provincia canadiense de Manitoba. La granja había sido comprada por un grupo fuerte de producción porcina en octubre de 2008.

La granja tiene una capacidad para 3100 madres y, hasta la fecha del caso clínico, es positiva a micoplasma, PRRSV, App y Actinobacillus suis. A 120m de distancia se encuentra la cuarentena que recibe las primalas de otra granja del grupo cada 6 semanas. Con capacidad para 30 cerdas de reposición, la nave tiene slat parcial y un sistema de alimentación ad libitum. Con protocolos de bioseguridad independientes, la cuarentena es manejada por los trabajadores de la granja al final del día. Las vacunas que reciben las cerditas en la cuarenta son: micoplasma, influenza, vacuna combinada de parvo+leptospira+erisipela y por último una autovacuna de Haemophilus parasuis.

Otra parte importante de la granja a describir, para entender el caso clínico, es el área de desarrollo de primalas en la granja de madres. Compuesto por grandes corrales, es la parte de la nave de gestación-cubrición de madres donde se termina de ciclar a los animales y a cubrir por primera vez. Las cerdas se mueven a los boxes después de la inseminación.


Aparición del caso



El veterinario recibe una llamada del encargado de la granja en la que le comenta que últimamente ha tenido 3 bajas repentinas de primalas a los pocos días de entrar desde la cuarentena a los parques de recría. Le pide que eche un vistazo.

Antes de realizar la visita, con el encargado comentan como ha ido la adaptación a la nueva situación que vive la granja. La anterior empresa propietaria cayó en bancarrota. La granja no tuvo reposición durante los últimos 10 meses hasta que fue comprada en octubre del 2008 por un nuevo propietario. El anterior encargado no pudo eliminar muchas cerdas por lo que los animales tienen un elevado número de partos aunque una sanidad y producción muy estables.

Apariencia externa de una de las cerdas antes de eutanasiar

Apariencia externa de una de las cerdas antes de eutanasiar

Los primeros lotes de cerdas de reposición llegaron a la granja en noviembre de 2008. El origen de la reposición era micoplasma y App negativo y PRRS positivo a cepa vacunal. Las cerdas permanecían un ciclo de 6 semanas en la cuarentena-infectena y entraban a los parques de la granja de madres. Durante los primeros 6 meses únicamente Haemophilus parasuis (Glässer) fue diagnosticado en la cuarentena. Los animales fueron tratados con tulatromicina y respondieron favorablemente.

El veterinario visita la cuarentena y los animales tosen. Decide eutanasiar dos animales afectados representativos del lote que externamente están un poco pálidos, tienen descargas nasales, tos y han perdido condición corporal en los últimos días.


Primera visita a la granja: análisis de datos



El veterinario realiza la necropsia y las cerda presentaba una importante consolidación pulmonar en los lóbulos apicales, algo de líquido en el pericardio y solo una de ellas una úlcera estomacal. El resultado de las muestras que se envían a el laboratorio volverán positivas a micoplasmosis y Pasteurella multocida.

Pasterelosis fue un resultado común en las distintas necropsias que se hicieron en la granja. Las cerdas eran micoplasma positivas pero el "parón" de la reposición estabilizó mucho la granja y las cerdas estaban produciendo lechones negativos a micoplasma.

Durante la primera visita de la granja, se repasan las vacunaciones de las cerdas de reposición en la cuarentena y el encargado responde que el plan vacunal lo lleva a cabo lo mejor que puede pero a veces es complicado porque necesitan entrar muchos animales en poco tiempo. El número de primalas continúa siendo muy bajo en la granja. Recordamos de nuevo que las vacunas que reciben las cerditas en la cuarenta son: micoplasma, influenza, vacuna combinada de parvo+leptospira+erisipela y por último una autovacuna de Haemophilus parasuis.

En el verano del 2009 las cerdas centinelas que entraban a la granja junto con el resto del lote (10% del total del lote) se volvieron positivas a micoplasma. La granja sufrió un brote de micoplasmosis. A partir de ese momento todos los lotes de primalas, en un 80% del total de animales, enfermaban y mostraban los siguientes síntomas durante su estancia en parques y sus primeras cubriciones/gestaciones en los boxes: inapetencia, fiebre, bajas súbitas con úlceras gástricas, repeticiones, abortos y sintomatología de aparato respiratorio superior (estornudos, tos y abundantes descargas nasales).

Lesiones encontradas en las cerdas afectadas:

Pulmón
Pulmón
Úlcera

Diagnóstico y seguimiento del plan vacunal



El diagnóstico diferencial planteado fue influenza, por la repetitividad de síntomas de aparato respiratorio superior en los diferentes lotes; y también micoplasmosis por los anteriores resultados reportados por el laboratorio.

El PCR demostró que las cerdas habían sufrido únicamente un brote de micoplasmosis y se decidió implantar un programa de pienso medicado a base de tiamulina 53,4 gr/Tm y clortetraciclina 660 gr/Tm en la cuarentena y el desarrollo de primalas previo a la cubrición. Los animales afectados también se inyectaron con tulatromicina o florefenicol con resultados favorables.

PCR Circovirus
Muestra
Animal
Resultado
3 pool de pulmón
A 17884
+
4 pool de pulmón
B 22663
+
PCR Mycoplasma hyopneumoniae
Muestra
Animal
Resultado
3 pool de pulmón
A 17884
+
4 pool de pulmón
B 22663
+

Debido a la urgencia, por parte del encargado, de llegar a los objetivos de cubrición de primalas en cada lote, el veterinario sospecha que la aplicación del protocolo vacunal no se está llevando a cabo correctamente. El ganadero duda en cambio del programa vacunal.

El veterinario decide incluir la vacuna de circovirus en el plan vacunal y comienza a llevar a cabo un seguimiento exhaustivo de los siguientes lotes de primalas. Crea una hoja de cálculo por la que el ganadero, en función de la fecha de llegada de las cerdas, sabrá en qué fechas se han de aplicar todas las vacunaciones, revacunaciones y el movimiento de animales. El encargado se compromete a reportar cada paso que realice con las primalas al veterinario y a no entrarlas a la granja hasta que se cumpla el tiempo de actuación de las vacunas.


Resultados productivos y evolución actual



El siguiente lote en que se llevó a cabo la programación exhaustiva de vacunas no padeció la anterior sintomatología descrita. La alteración del censo de primalas en una granja muy estable, las "prisas" por llegar a un objetivo de cubriciones y un no muy estricto plan vacunal, desestabilizó la granja y provocó que las cerdas sufriesen una severa micoplasmosis. Estamos seguros que la estabilización del censo, tal vez la puesta en marcha de la vacuna de circovirus en las cerditas de reposición y la aplicación de un correcto "timing" del plan vacunal y movimiento de animales, solucionó el problema.

La estabilización de la granja queda reflejada en los mejores resultados productivos que se puedan desear.

% Bajas por muerte en granja (Mayo 2008-Febrero 2011)
Días no productivos, entrada-1ª cubrición (Mayo 2008- Febrero 2011)

Comentarios



El caso clínico se produce durante la primera mitad del 2010 en una granja de 3100 madres, orientada a la producción de lechones de 21 días para exportar a EEUU, en la provincia canadiense de Manitoba. La granja había sido comprada por un grupo fuerte de producción porcina en octubre del 2008 y es hasta la fecha del caso clínico, positiva a micoplasma, PRRSV, App y Actinobacillus suis. A 120m de distancia se encuentra la cuarentena que recibe las primalas de otra granja del grupo cada 6 semanas.

La granja, tras la entrada de los primeros lotes de primalas, ha sufrido unas bajas súbitas de estas cerdas. Hablando con el ganadero, le recuerda que los últimos meses anteriores a la compra, la granja no pudo reponer las cerdas. El censo de cerdas es por lo tanto adulto pero la producción muy estable.

Durante la primera visita de la granja, se repasan las vacunaciones de las cerdas de reposición en la cuarentena y el encargado responde que el plan vacunal lo lleva a cabo lo mejor que puede pero a veces es complicado porque necesitan entrar muchos animales. El número de primalas continúa siendo muy bajo en la granja. Las vacunas que reciben las cerditas en la cuarenta son: micoplasma, influenza, vacuna combinada de parvo+leptospira+erisipela y por último una autovacuna de Haemophilus parasuis.

Durante los meses de verano del 2009 las cerditas de reposiscion centinelas que entran con cada lote positivizaron a micoplasma. A partir de ese momento, todos los lotes de primalas, en un 80% del total de animales, enfermaban y mostraban los siguientes síntomas durante su estancia en parques y sus primeras cubriciones/gestaciones en los boxes: inapetencia, fiebre, bajas súbitas con ulceras gástricas, repeticiones, abortos y sintomatología de aparato respiratorio superior (estornudos, tos y abundantes descargas nasales).

Debido a la urgencia, por parte del encargado, de llegar a los objetivos de cubrición de primalas en cada lote, el veterinario sospecha que la aplicación del protocolo vacunal no se está llevando a cabo correctamente. El ganadero duda en cambio del programa vacunal.

El caso clínico se soluciona cuando el veterinario crea una hoja de cálculo en la que el ganadero sabe, en función del día que reciben las cerdas a la cuarentena, las fechas exactas de vacunación, revacunación y entrada a la granja de madres. Los siguientes lotes, en los que se llevó a cabo la programación exhaustiva de vacunas, no mostraron la anterior sintomatología descrita.

La alteración del censo de primalas en una granja muy estable, las "prisas" por llegar a un objetivo de cubriciones y un no muy estricto plan vacunal, desestabilizó la granja y provocó que las cerdas sufriesen una severa micoplasmosis. Estamos seguros que la estabilización del censo, tal vez la puesta en marcha de la vacuna de circovirus en programa vacunal de la cuarentena y la aplicación de un correcto "timing" del plan vacunal y entrada de primalas a la granja, solucionó el problema.

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