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Vitamina E y Selenio en dietas para lechones

En el momento del destete el estatus inmunitario del lechón es mínimo ya que se reducen drásticamente las defensas inmunitarias maternas cuando aún no se producen cantidades suficientes de defensas propias.

3 junio 2002
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En el momento del destete el estatus inmunitario del lechón es mínimo ya que se reducen drásticamente las defensas inmunitarias maternas cuando aún no se producen cantidades suficientes de defensas propias. Además, el estrés del destete reduce la digestibilidad y la absorción de nutrientes claves en un momento en el que las necesidades del lechón para crecimiento e hipertrofia celular son elevadas. En este contexto, cualquier medida que se tome a favor de un manejo, sanidad y nutrición adecuada, contribuirá al correcto desarrollo y crecimiento de los lechones.

Desde el punto de vista de la alimentación, los antioxidantes juegan un papel clave dentro del organismo animal ya que están muy relacionados con procesos de potenciación de la inmunidad. Dos nutrientes de importancia a este particular son la vitamina E y el selenio.

Una deficiencia en vitamina E está relacionada con mayor incidencia de problemas tales como hepatosis, degeneración amarillenta de la grasa, degeneración del músculo cardíaco, miopatía muscular, corazón de mora, y muertes súbitas. Realmente no existe como tal la molécula de vitamina E, sino una serie de ocho compuestos con actividad vitamínica E. De todos ellos, el de mayor eficacia biológica es el a-tocoferol que se toma como patrón (1 U.I. de vitamina E corresponde a 1 mg de dl-a-tocoferil acetato). Sin embargo, otros derivados, tales como el gamma tocoferol juegan un papel importante como antioxidantes naturales. La vitamina E se incorpora en la matriz lipoproteica de las membranas celulares, evitando la oxidación de los fosfolípidos que forman parte de su estructura y manteniendo la integridad y funcionalidad de las membranas. La vitamina E ubicada en las membranas neutraliza la reacción oxidativa en cadena que puede tener lugar y constituye una primera línea de defensa del organismo contra la oxidación. En el caso del selenio su función conocida más importante es la de formar parte de la enzima glutation peroxidasa, clave en los mecanismos de defensa del organismo contra la oxidación Por tanto, ambos nutrientes Vitamina E y selenio tienen un papel activo en los proceso de protección contra la peroxidación; la vitamina E es liposoluble y protege directamente las membranas y el selenio actúa a nivel del citosol, destruyendo los peróxidos formados antes de que ataquen a los constituyentes lipídicos de las membranas. Esta doble acción permite el intercambio y paso selectivo de nutrientes hacia dentro y fuera de las células y de las estructuras subcelulares.

El problema a la hora de hacer unas recomendaciones prácticas en cuanto a suplementación en estos dos micronutrientes es que ambos están íntimamente relacionados de forma que es difícil discernir y separar los problemas relacionados con la deficiencia de cada uno de ellos en particular. De hecho, la mayoría de los autores estudian ambos nutrientes de forman conjunta y consideran que pueden sustituirse parcialmente. En España, sin embargo, esta apreciación no ha sido tenida en cuenta y así observamos que los niveles de utilización de Vitamina E en piensos para lechones se han triplicado en los últimos 10 años, mientras que los de selenio han permanecido constantes. Existen trabajos para todos los gustos pero la mayoría de los mismos indican que niveles en torno a 50 ppm de vitamina E y 0.3 ppm de selenio debieran ser suficientes en la mayoría de las situaciones de campo. En situaciones de estrés graves, enfermedades subclínicas, problemas de campo de difícil diagnóstico, uso indebido de grasas enranciadas y estirpes genéticas de alta conformación podría ser de interés el añadir un margen extra de vitamina E a fin de asegurar niveles de vitamina en plasma superiores a 0.5 microgramos por ml. El nuevo nivel dependerá del costo de esta vitamina y supone en todo caso un seguro adicional pero no seguridad en que va a resolver una problemática dada. En cualquier caso, las necesidades en vitamina E y selenio se reducen notablemente a partir de las 8 semanas de vida donde probablemente 25 ppm de vitamina E y 0.25 ppm de selenio sean suficientes.

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