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Alimentación líquida: Programas multifase y medioambiente

La alimentación líquida comporta un beneficio medioambiental ya que permite la utilización de subproductos líquidos

La alimentación líquida comporta un beneficio medioambiental ya que permite la utilización de subproductos líquidos de la industria agroalimentaria que de otra forma deberían ser depurados o secados para su utilización en piensos secos, con el consiguiente coste económico y medioambiental. Por otro lado, los modernos sistemas de la alimentación líquida tienen la enorme ventaja de permitir una mayor precisión, control y flexibilidad del manejo alimentario que los sistemas equivalentes con pienso seco. Cada grupo de animales puede recibir exactamente la fórmula y la cantidad de alimento que le corresponde en cada comida, facilitando así la obtención de canales más magras y la reducción de la excreción de nutrientes en el purín.

Entre los componentes del purín destacan el nitrógeno (N) y el fósforo (P) pero además deben considerarse el cobre, zinc, cadmio y plomo. En las condiciones actuales solamente un 30-35% del N ingerido por el cerdo durante el engorde (25-105 Kg) se retiene como proteína en la carne del animal, o sea que el 65-70% del N del pienso se elimina. El principal factor que influye sobre la cantidad de N (P y otros minerales) excretada es su contenido en el pienso. La excreción dependerá de la digestibilidad del nutriente, del equilibrio entre los nutrientes y de la precisión con la que el pienso proporcione los nutrientes para el anabolismo del animal (proteína corporal, crecimiento óseo, etc…). Para reducir el impacto ambiental se puede actuar sobre cualquiera de los 3 factores mencionados.

Los cerdos de engorde alimentados en líquido crecen ligeramente más y su índice de conversión parece ser mejor. Esto deja suponer una mejora en la utilización de los nutrientes, ya que al aumentar la proporción de agua en las dietas se observa una mejor digestibilidad de la materia seca. Otra manera de mejorar la digestibilidad de la proteína es poner la mezcla en remojo o preparar el alimento líquido con adición de proteasas unas horas antes de su administración. Dichas enzimas incrementan la digestibilidad por la inactivación de factores antitrípsicos (tabla 1).

Tabla 1. Digestibilidad del nitrógeno (N) de diferentes harinas de soja puestas en remojo con proteasas.

Tipo de harina de soja Control Proteasa A Proteasa B Proteasa C
Cruda 75,8 85,8 88,9 85,8
Presión de vapor 80,3 84,0 84,9 87,8
Micronizada 74,7 79,1 82,7 77,8
Tostada y molida 67,8 73,5 74,4 74,8
Autoclave 70,1 81,1 78,1 82,3

Por otro lado, las materias primas de origen vegetal contienen una alta proporción de P en forma de fitatos que es resistente a las enzimas digestivas del cerdo y cuya digestión se ve favorecida por la acción de fitasas. Se ha demostrado que la preparación de la mezcla líquida de pienso unas horas antes de su administración favorece la acción de las fitasas y que la digestibilidad del P (y de otros minerales) aumenta significativamente (tabla 2).

Tabla 2. Efecto de remojar piensos a base de trigo sobre la digestibilidad de los minerales.

Mineral Control Pienso en agua por 12 h Pienso + fitasa en agua por 12 h
Fósforo total 52 a 56 ab 63 b
Fósforo vegetal 37 a 41 ab 50 b
Calcio 66 69 76
Magnesio 13 a 24 a 45 b
Cobre 15 a 25 b 39 c

Respecto al equilibrio de nutrientes, los sistemas de alimentación líquida no aportan ninguna mejora adicional. Sin embargo, éste debe de tenerse en cuenta, en particular cuando se realice una fermentación del alimento líquido, ya que los aminoácidos son especialmente sensibles a la degradación por parte de los microorganismos. Para evitar esta situación los aminoácidos, así como las vitaminas no deben incorporarse a la mezcla antes de su fermentación, sino justo antes de administrar la sopa. Por último, conviene que la cantidad de los diferentes nutrientes suministrados por el pienso se corresponda a las necesidades reales de los animales. En el caso de un aporte excesivo de nutrientes, el exceso será catabolizado y excretado. En el caso de un aporte insuficiente, el animal crecerá menos, se alargará el engorde y aumentarán las pérdidas obligatorias de nitrógeno.

Figura 1. Aporte de lisina en un sistema de alimentación con dos piensos en relación con la evolución de los requerimientos de lisina en cerdos de engorde.

Los requerimientos dependen de las características de los animales a quienes vaya destinado el pienso (genética, sexo, peso vivo o edad, estado fisiológico), y de las características ambientales donde se encuentren (temperatura, densidad de alojamiento y estado sanitario). Los requerimientos de aminoácidos, fósforo y otros nutrientes (expresados como concentración en la dieta) disminuyen de forma progresiva con la edad del cerdo (figura 1). Debido a dicha evolución se debería de adecuar constantemente el contenido de nutrientes del pienso para optimizar el aporte de nutrientes a las necesidades. En el ámbito comercial es frecuente utilizar solamente 2 piensos durante el engorde-acabado de los cerdos, práctica que conlleva un aporte excesivo de nutrientes (figura 1) con el consiguiente derroche económico. Para evitar dicha situación es aconsejable utilizar el máximo número de piensos que permitan las circunstancias de cada explotación. Este tipo de alimentación se conoce como alimentación por fases y consiste en cambiar la concentración de nutrientes (en particular de aminoácidos) con la máxima frecuencia posible, con el fin de minimizar el aporte excesivo y reducir así el impacto medioambiental (figura 2).

Figura 2. Aporte de lisina en un sistema de alimentación de múltiples piensos en relación con la evolución de los requerimientos de lisina en cerdos de engorde.

Tabla 3. Efecto de la alimentación por fases sobre la excreción de N en cerdos entre 20 y 100 kg.

Número de fases
1 2 3 4 Semanal Diario
Consumo N (kg/cerdo) 9,21 5,75 5,03 4,82 4,37 4,22
Retención N (kg/cerdo) 2,31 2,23 2,21 2,21 2,18 2,18
Excreción N (kg/cerdo) 6,91 3,51 2,82 2,61 2,19 2,06
Excreción N (% 2 fases) + 97 - - 20 - 26 - 38 - 42

A mayor número de fases menor será la excreción de nutrientes en el purín (tabla 3). Existe una variante de la alimentación por fases que se conoce como alimentación multifase y que consiste en alimentar a los animales con una mezcla con proporciones variables de 2 ó 3 piensos de composición diferenciada (nivel alto y bajo de nutrientes). La composición nutritiva de la mezcla se modifica tantas veces como se estime necesario a lo largo del engorde mediante variaciones en la proporción de cada uno de los piensos (figura 3). Los sistemas de alimentación líquida son el complemento ideal para esta última modalidad, ya que permiten un control automático de la proporción de cada pienso que se debe utilizar cada vez que se realiza una mezcla de alimento. Dichos sistemas permiten además establecer un programa de alimentación particular por corral, de forma que cada grupo de animales recibe la cantidad adecuada de una mezcla de composición óptima para sus características. Con ello se puede, al igual que con el N, reducir la excreción de P y de metales pesados en el purín y el riesgo de contaminación medioambiental.

Figura 3. Aporte de lisina en un sistema de alimentación multifase con mezclas a diferentes proporciones de dos piensos de distinta concentración nutritiva.

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