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Prevención y control de la ileítis

En fechas recientes se ha desarrollado una vacuna atenuada oral de Lawsonia intracellularis; es la primera vacuna desarrollada frente a L. intracellularis y contrasta con la carencia de vacunas en...

25 junio 2007
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En fechas recientes se ha desarrollado una vacuna atenuada oral de Lawsonia intracellularis; es la primera vacuna desarrollada frente a L. intracellularis y contrasta con la carencia de vacunas en otras enfermedades digestivas porcinas. Un ejemplo de este panorama es la disentería porcina, enfermedad que pese a su gran relevancia y al hecho de que su agente etiológico, Brachyspira hyodysenteriae, es cultivado in vitro desde 1970, carece hasta el momento de una vacuna fiable. Otro ejemplo lo constituyen las infecciones posdestete causadas por cepas enterotoxigénicas de Escherichia coli, infecciones que siguen siendo habituales e importantes y en las que las vacunas basadas en vacunas bacterianas con antígenos fimbriales y otras estrategias han demostrado una eficacia limitada. El éxito de la vacuna de Lawsonia podría achacarse en parte al aumento de la exposición de la bacteria al sistema inmunitario del animal. Después de la infección oral, se producen varios fenómenos como la fagocitosis de L. intracellularis por los macrófagos de la mucosa intestinal, las respuestas específicas humoral y mucosa y la mitogénesis asociada al antígeno de los linfocitos sanguíneos del cerdo. Por el contrario, B. hyodysenteriae y E. coli permanecen habitualmente en la luz intestinal tras la infección oral.

La cepa de Lawsonia intracellularis utilizada en la vacuna se obtuvo del íleon de un cerdo danés en 1997 mediante métodos habituales. El ejemplar presentaba una enteropatía hemorrágica proliferativa aguda confirmada por análisis histopatológico sistemático. Se desarrollaron métodos patentados para incrementar el rendimiento del cultivo hasta alcanzar los estándares de lote habituales en las vacunas, procediendo a la atenuación mediante pases in vitro por linajes de fibroblastos murinos (células McCoy). El siguiente paso consistió en el desarrollo de una formulación de vacuna atenuada de Lawsonia intracellularis para la administración por vía oral. Diversos estudios experimentales han abordado la cuestión de si la vacuna “revierte” a una forma más grave, o si por el contrario, la sobredosificación de los cerdos resulta segura. Ninguno de los estudios realizados ha revelado efectos patológicos causados por la vacuna.

Una ventaja general de la estrategia basada en la vacuna viva atenuada es que la eficacia y la duración de la inmunidad suelen ser relativamente buenas en comparación con otras estrategias de inmunización, ya que el sistema inmunitario del hospedador se encuentra expuesto a todas las propiedades antigénicas del microorganismo de un modo más “natural”. En el caso particular de las bacterias intracelulares como Lawsonia, la vacuna atenuada confiere la protección idónea a los animales vacunados, gracias a una respuesta inmunitaria celular completa y adecuada, mediada por los linfocitos T. Esta observación contrasta con la inmunidad variable, cuando no escasa, observada con las vacunas inactivadas o elaboradas con subunidades antigénicas de las bacterias intracelulares. Esto es particularmente cierto en el caso de las bacterias intracelulares estrictas como Chlamydia sp., causante de infecciones patógenas en la mucosa. Estos estudios indican que:

  • Las formas atenuadas de Lawsonia intracellularis acceden mejor a la mucosa intestinal, tejido que constituye la diana,
  • Son necesarias formas bacterianas vivas íntegras para generar una respuesta inmunitaria protectora completa en dicha mucosa,
  • Las formas atenuadas son superiores desde el punto de vista inmunológico frente al empleo de vacunas elaboradas con componentes bacterianos parciales (la estrategia basada en subunidades), los cuales dejan “vacíos” en la respuesta inmunitaria.

¿Cuál es el momento más adecuado para vacunar a los cerdos?



Los estudios indican que la administración de la vacuna es factible en lechones a partir de las tres semanas de edad. En algunas granjas, el perfil infeccioso corresponde a una infección endémica de los cerdos reproductores, con una infección precoz de los cerdos en crecimiento aproximadamente en el intervalo de las 6 a 12 semanas de edad. Este perfil se observa sobre todo en algunas explotaciones europeas de pequeño tamaño, lugares donde los diferentes grupos de edad se mantienen en una misma instalación y donde las bacterias fecales como Lawsonia pueden transmitirse con facilidad entre ellos. En esta situación, es importante escoger el momento de la vacunación después del destete pero tres semanas antes de que se produzca la infección real. A través del agua del que beben los animales se administra una dosis oral de vacuna por cerdo. La dosis soluble puede administrarse vertiendo el contenido de un número adecuado de frascos al depósito de agua de consumo o bien administrando el fármaco por vía oral a cada ejemplar.

En algunas explotaciones porcinas grandes la separación de los cerdos reproductores de los restantes grupos de edad propicia una aparición más tardía del brote infeccioso en los cerdos de engorde, aproximadamente en el intervalo de las 12 a 24 semanas de edad. En este contexto, la vacuna también puede administrarse a los cerdos seis semanas antes de la seroconversión.

Las observaciones de laboratorio y de campo indican que el período de inmunidad subsiguiente a la vacunación adecuada perdura hasta el final del engorde. Al igual que todas las vacunas, es importante no vacunar a los cerdos si éstos han estado expuestos de forma significativa al patógeno real, caso en que su administración resultaría tardía e ineficaz.

En el ámbito de las granjas de reproducción y de los cerdos reproductores, obviamente es importante que los ejemplares sean vacunados en el momento adecuado y antes de ser trasladados de la granja de origen carente del patógeno a una granja que pueda sufrir una infección endémica. Los llamados “programas de aclimatación de cerdas jóvenes” se beneficiarán notablemente de la aplicación de la vacuna en la granja de origen.


Fotografías H. Voets
Figuras 1 a, b, c: la dosis de vacuna soluble puede administrarse mediante la incorporación del contenido de varios frascos al agua de bebida de un grupo de cerdos, bien directamente o mediante un dispositivo dispensador.

¿Resulta factible la combinación de antibióticos con la vacuna de la ileítis?



En el caso de patógenos bacterianos intracelulares como Lawsonia, las bacterias vivas atenuadas ofrecen la inmunidad más “natural” y se consideran por lo general como la mejor estrategia de inmunización. Al tratarse de una forma bacteriana viva administrada por vía oral, debe aplicarse durante un período libre de antibióticos de al menos 7 días de duración. De ese modo, los antibióticos presentes en el organismo del animal pueden ser eliminados y no actuarán contra las bacterias de la vacuna. Transcurrido el período de lavado de 7 días, el suministro de antibióticos orales a los cerdos vacunados puede reiniciarse sin temor a interferir con la eficacia de la vacuna. Muchos protocolos de trabajo consideran que el período libre de antibióticos puede aplicarse entre 1 y 4 semanas después del destete para permitir la administración de la vacuna viva.

Estudios específicos realizados en numerosas explotaciones porcinas indican que el uso de antibióticos destinados al tratamiento de la enteropatía proliferativa puede verse reducido de forma muy notable (reducción del 50 al 100 %) en los cerdos vacunados durante el período de engorde. Ello se explica porque los antibióticos ya no son necesarios para controlar las formas crónicas y agudas endémicas de la enfermedad. Junto al efecto potenciador del crecimiento propiciado por el control de la enfermedad por parte de la vacuna, esta reducción de antibióticos se traduce en una reducción de costes económicos en las explotaciones que emplean la vacuna.

Beneficios específicos de la vacunación



La vacunación evita que los cerdos contraigan una enfermedad importante y costosa que afecta a muchos ejemplares en numerosas granjas y propicia un aumento notable de la salud y el bienestar de los animales. No obstante, existen otros beneficios importantes derivados del empleo de la vacuna viva oral que no resultan evidentes a primera vista para los propietarios de las explotaciones y los veterinarios que han utilizado hasta el momento vacunas inyectables.

Diversos estudios llevados a cabo en varias explotaciones porcinas revelan que la vacuna previene al parecer los numerosos efectos negativos de la enteropatía proliferativa sobre la absorción de nutrientes en los cerdos afectados, sobre todo la captación de aminoácidos. Así pues existe un crecimiento del animal asociado a la vacuna propiciado por la inmunidad celular “natural” adquirida y específica (linfocitos T) contra Lawsonia que logra frenar la infección causada por la cepa natural en las primeras etapas. Esto sucede incluso sin hacer uso de antibióticos en los cerdos de engorde.

El análisis económico de la vacuna revela un balance beneficio/coste muy positivo. Es posible que las vacunas destinadas a enfermedades intestinales que han ofrecido buenos resultados proporcionen de forma inherente un crecimiento mayor y tengan una repercusión más notable sobre la eficacia de conversión alimenticia que otras vacunas que ejercen su acción sobre otros sistemas corporales. La industria porcina puede comenzar a utilizar productos capaces de reducir el desarrollo de resistencia antibiótica potencialmente transmisible y que mantienen un control eficaz de la enfermedad.


Experiencia económica de la vacunación



A fin de evaluar el rendimiento biológico y económico de la vacunación se han realizado cinco estudios de campo de gran tamaño que han englobado a 120 400 cerdos en sistemas de producción independientes de EE.UU. Los estudios 1-4 poseían controles simultáneos mientras que el estudio 5 utilizó controles históricos en una comparación antes-después como parte de un proyecto de mejora continua. En ambos casos la “explotación porcina” fue la unidad experimental y los cerdos fueron vacunados en la fase media-tardía de lactancia (6-10 semanas de edad) de estos sistemas multicéntricos. Los datos de la tabla 1 representan el rendimiento de los cinco estudios en las etapas de crecimiento-engorde de la producción comparado colectivamente.

Los grupos control recibieron los programas de tratamiento antibiótico en el pienso in situ en cada sistema de producción como parte de un estudio de control de enfermedades (ileítis incluida) y promoción del crecimiento pero no fueron vacunados. Las medicaciones incorporadas al pienso incluyeron la tilosina (5/5 estudios), la bacitracina (5/5), el carbadox (3/5) y la clortetraciclina (2/5) a diversas tasas y pautas de inclusión. Las medicaciones incorporadas al pienso en los grupos control se utilizaron sin excepción a lo largo del período de engorde de forma ininterrumpida.

Los cerdos vacunados recibieron la vacuna y vieron reducida sustancialmente la medicación incorporada en el pienso. El período de alimentación con antibióticos (fundamentalmente tilosina) se acortó en 3-9 semanas lo que redundó en un ahorro mínimo estimado de $0,67 - $1,04 por animal.

Tabla 1. Respuesta media a la vacunación con medicación en pienso reducida comparada con medicación en pienso continua sin vacunación en los 5 estudios en su conjunto.

Ganancia media diaria,
(libras de peso)
Eficacia de conversión del alimento(F/G) Mortalidad, % Ahorro de antibiótico por ejemplar Beneficio neto por ejemplar
Controles 1,75 3,02 2,41 - -
Vacunados 1,86 2,94 1,49 0,83 $ 4,33 $
Valor p 0,0001 0,056 0,005 - -
Respuesta (%) +0,11
(6,0 %)
-0,08
(2,6 %)
-0,92
(38,0 %)
- -

Tabla 2. Intervalo de respuestas a la vacunación con medicación en pienso reducida comparada con medicación en pienso continúa sin vacunación en los 5 estudios individuales.

Estudio Ganancia media diaria Eficacia de conversión alimenticia Mortalidad Ahorro de antibiótico por ejemplar
1 +6,5 %a -2,3 % -1,1 %c 0,82 $
2 +5,4 %c - 4,9 %b -0,5 %b 0,89 $
3 +7,0 %c -0,7 % -0,6 %b 1,04 $
4 +5,4 %c -0,4 % -1,2 %c 0,74 $
5 +5,5 %b -4,9 %b -1,3 %b 0,67 $
Intervalo 5,4-7,0 % 0,4-4,9 % 0,5-1,3 % 0.67 $ - 1,04 $
Media (p)* +6,0 %
(0,0001)
-2,6 %
(0,056)
-0,9 %
(0,005)
0,83 $
nd
a: p<0,07; b: p<0,05; c: p<0,01 para vacunados frente a controles.
*valor p total de los cinco estudios para cada parámetro.

La tabla 2 muestra el abanico de respuestas observadas a lo largo de los cinco estudios individuales así como el efecto sobre cada parámetro cuando es analizado colectivamente en los cinco estudios (última fila). El estudio cinco no manifestó ileítis de relevancia clínica en presencia de medicación en pienso continua y podría considerarse una comparación de ileítis subclínica. Las cifras económicas se basan en los precios comerciales vigentes en julio de 2003.

En resumen, la vacunación mejoró de forma uniforme la ganancia media diaria de peso, la eficacia de conversión alimenticia y redujo la mortalidad, aún en condiciones de uso restringido de antibióticos en el pienso, comparados con grupos no vacunados que recibieron medicación en el pienso de forma ininterrumpida. La vacunación es un método de protección y control eficaz y seguro (además de menos laborioso) de la ileítis, una enfermedad provocada por Lawsonia intracellularis. Incluso contando con la presencia de antibióticos en el pienso, los cerdos vacunados mostraron mejores resultados que los cerdos no vacunados.

D Walter y H Voets. Boehringer Ingelheim Vetmedica

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