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Octubre 2004, el fatalismo de la estacionalidad

La curva de precios del porcino en España muestra tradicionalmente un máximo en verano para declinar a principios de septiembre. El fin de la estación calurosa -que limita los aportes de ganado para sacrificio- se antoja una bendición para el ganado que come, recupera y crece, alcanzando antes el peso de sacrificio con el subsiguiente aumento de oferta.

La curva de precios del porcino en España muestra tradicionalmente un máximo en verano para declinar a principios de septiembre. El fin de la estación calurosa -que limita los aportes de ganado para sacrificio- se antoja una bendición para el ganado que come, recupera y crece, alcanzando antes el peso de sacrificio con el subsiguiente aumento de oferta.

Este año vivimos unas semanas en mayo-junio con diferenciales batiendo máximos históricos respecto a nuestros vecinos comunitarios; en la primera quincena de Julio empezó el declive que continua en cascada hasta el momento actual. La pregunta del millón sería: ¿Existe un suelo tangible desde donde pueda rebotar la cotización?. Está claro que sí que existe pero estará siempre en función de los precios de nuestros vecinos.

En España los sacrificios rozan los máximos históricos desde hace unas semanas, el precio de la canal, ahora sí, es competitivo en Europa y los exportadores españoles muestran una agresividad sin precedentes (en ocasiones incluso fuera de lugar). Los volúmenes exportados baten todas las marcas y, ello no obstante, el precio de la canal sigue su derrumbe.

El mercado cárnico europeo presenta en las dos últimas semanas una situación histórica: desde justo después de la Segunda Guerra Mundial nunca las partes grasas (tocino) tuvieron un precio superior al del jamón como es el caso. Las partes nobles de la canal, jamones y lomos*, se hallan en caída libre, sin ninguna perspectiva optimista a corto plazo. Esta situación se da en todos y cada uno de los países de la UE. Esta es, en nuestra opinión, la razón última del derrumbe. Ni los más viejos del lugar recuerdan nada remotamente parecido.

Como factores desencadenantes de esta situación se apuntan:

  • Polonia y Hungría han resultado mercados importadores de productos grasos y excedentarios en las partes nobles.
  • Rusia mantiene a Brasil cerrado como proveedor y realiza compras ingentes de grasas en la UE.
  • Japón ha ralentizado fuertemente su ritmo de importaciones: desde final de julio su actividad ha descendido dos tercios (tremendo impacto coyuntural sobre los lomos).
  • España, Dinamarca, Alemania y la Bretaña francesa han recuperado plenamente sus matanzas.
  • El mercado mundial (Canadá, USA....) evoluciona en paralelo: fortaleza en los productos grasos y debilidad de las partes más nobles.

Se nos hace muy difícil aventurar una previsión cuando Incluso los operadores considerados de referencia declinan hacer pronósticos sobre el futuro de las cotizaciones.

En estos momentos de bruma, desconcierto y pesimismo conviene no olvidar que el sector ha sido capaz de crecer un 40% en los últimos catorce años: ¿miedo, quién dijo miedo?

Observación PS: Los jamones más las chuletas (lomos) representan aproximadamente un 44% del peso de la canal porcina.


Guillem Burset
Grup Unexporc

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