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Confecarne: Balance de la industria cárnica en 2009

Durante 2009, la industria cárnica se enfrentó a una serie de dificultades de índole económica, financiera, comercial y administrativa, cuya evolución va a marcar, en buena medida, el desarrollo de nuestra actividad en este año 2010. Y pese a todo, el sector ha encarado esas dificultades con cierta fluidez, en comparación con otros sectores alimentarios e industriales del país. Evidentemente, la crisis económica y financiera global, en la que ya nos fuimos adentrando a lo largo ...
3 marzo 2010
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Durante 2009, la industria cárnica se enfrentó a una serie de dificultades de índole económica, financiera, comercial y administrativa, cuya evolución va a marcar, en buena medida, el desarrollo de nuestra actividad en este año 2010. Y pese a todo, el sector ha encarado esas dificultades con cierta fluidez, en comparación con otros sectores alimentarios e industriales del país.

Evidentemente, la crisis económica y financiera global, en la que ya nos fuimos adentrando a lo largo de 2008, ha sido el problemático escenario en la que las industrias de la carne han desarrollado su actividad durante 2009, al igual que el conjunto de la sociedad española.

Una crisis que, para nuestro sector, ha traído restricción del crédito, caída del consumo, reducción del mercado, descenso en las exportaciones, una enconada guerra de la distribución comercial para mantener sus cuotas de mercado, con el consecuente aumento de la presión sobre los proveedores, etc. Y si cada uno de estos elementos es grave por si mismo, su coincidencia en el tiempo y la interrelación entre ellos, junto a los problemas sectoriales específicos, han dibujado un ejercicio repleto de dificultades.

Si bien durante 2009 los costes de nuestra principal materia prima, la carne de porcino, fueron más moderados que en el ejercicio anterior, la presión de la distribución en su particular lucha de precios ha neutralizado la posibilidad de un margen más positivo en el mercado interior. Y de cara a la exportación, el precio de la canal de porcino en nuestro país estuvo prácticamente todo el año por encima de los principales países competidores de nuestra industria, con el consiguiente problema de competitividad de las empresas exportadoras españolas.

El resto de los principales costes de producción siguió una senda de incremento que impactó también directamente sobre la rentabilidad de las empresas. La factura eléctrica, por ejemplo, que ha aumentado en estos últimos ejercicios hasta más de un 35% en algunos casos. También los costes laborales, así como las cargas administrativas, han seguido tenido una influencia importante en las cuentas de las empresas.

En este último punto, hemos de recoger con cierta esperanza de cara al futuro la aprobación del Real Decreto que establece la obligatoriedad de realizar una memoria del impacto normativo de las nuevas disposiciones que se proyecten, para asegurar que son compatibles con el desarrollo económico, la competitividad y la creación de empleo.

Determinados funcionamientos no adecuados de la Administración también producen distorsiones en la fluidez financiera de las empresas. Por ejemplo, en relación con la actividad exterior, es necesario que se agilice la devolución del IVA de las exportaciones, que se está demorando hasta seis meses, y que está penalizando por tanto a las empresas que han apostado por la exportación con unos plazos muy superiores a los que marca la normativa.

Por otro lado, seguimos insistiendo en la necesidad de reducir los plazos de pago a los proveedores que aplica la distribución y atajar las cláusulas abusivas, para conseguir un marco equilibrado en las relaciones comerciales. Y no solamente porque no es de recibo que las Pymes estén financiando a grandes empresas de distribución, agravando los problemas de liquidez de la industria, sino porque tampoco hemos de olvidar el riesgo que conlleva la acumulación de deuda como consecuencia de los largos plazos de pago. Pero hay que señalar que con la reciente aprobación en el Congreso de la reforma de la Ley de Ordenación del Comercio Minorista, en la que no se abordan estos asuntos, se ha perdido una ocasión de oro para equilibrar la relación comercial entre industria proveedora y distribución.

El problema de la financiación
Si ya al terminar 2008 reseñábamos las dificultades de las industrias para acceder a la financiación bancaria en aquella primera etapa de la crisis económica en la que nos encontramos, durante el pasado año este grave problema ha alcanzado proporciones muy preocupantes.

Así, según los datos publicados, el 80% de las pequeñas y mediadas empresas han manifestado problemas serios para acceder a la financiación bancaria, lo que sin duda contribuye a poner en dificultades no sólo a nuestras empresas sino a toda la cadena de producción: ganaderos, industriales y clientes. Se ha constatado también la insuficiencia de los organismos oficiales de crédito y avalamiento para atender este problema y abordar medidas novedosas, ágiles y eficaces, de carácter financiero, como las que se han propuesto desde nuestras Asociaciones.

Esto es esencial en sectores como los del cerdo ibérico y el jamón serrano, por las especiales características de su actividad, con largos periodos de maduración que suponen una inmovilización
extraordinariamente intensa de recursos, pero en general es un problema estratégico para toda la industria cárnica.

Caídas en producción y consumo
Consecuentemente con la acusada crisis económica, se han registrado descensos del consumo, tanto interno como en los mercados exteriores, y por tanto de las producciones de carnes y derivados.

A falta de disponer de los datos definitivos de producciones para el año 2009 completo, con las proyecciones de las cifras ya disponibles podemos decir que el pasado año la producción española de carnes ha caído en las tres especies, si bien la carne de porcino, que sólo ha bajado un 5%, situándose en 3,3 millones de tm., junto a los elaborados, se han mantenido mejor que el vacuno y el ovino, que sí han sufrido más intensamente los efectos de la crisis en sus volúmenes, aunque por el contrario han defendido mejor los niveles de precios.

En cuanto al consumo, los canales extradomésticos sufrieron una caída de más de un 5% en 2009, mientras que una parte se desplazaba a los hogares, donde el consumo, de acuerdo con los datos disponibles, tuvo un comportamiento mejor para unos tiempos de dificultades económicas en muchas familias españolas, manteniendo a grandes rasgos los niveles de 2008.

Por lo que respecta al comercio exterior, el sector cárnico exportó en 2009 más de 1,31 millones de toneladas de productos, con unas ventas exteriores de casi 2.500 millones de euros. Esto ha supuesto defender prácticamente los volúmenes alcanzados el año anterior, con un descenso sólo del 1,5% en las toneladas exportadas de carnes y elaborados, pero no así la facturación obtenida por esas exportaciones, que ha registrado una caída significativa. Además, frente a una posición más positiva en las ventas a los países de la Unión Europea, las exportaciones a países terceros han caído de forma rotunda, si bien hay que tener en cuenta que 2008 fue un año de exportaciones récord en el que las carnes se vieron apoyadas por las restituciones a la exportación.

Las carnes de porcino han conseguido cerrar el año con un ligero avance en las toneladas exportadas, unas 850.000 tm., con relación a 2008, y los elaborados (jamones curados, embutidos y fiambres) han mantenido prácticamente sus volúmenes. Por eso, las exportaciones totales (incluyendo carnes, elaborados y despojos) siguen representando más del 36% de la producción total del sector porcino español.

Martes, 2 de marzo de 2010. Nota de prensa de CONFECARNE

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