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La serie de sucesivas repeticiones de precio terminó el pasado jueves con un alza moderada de un céntimo con siete décimas. Esta subida debe interpretarse como la señal de salida. El mercado español siempre es alcista en mayo y este año no será diferente. La larga serie de repeticiones ha servido para que nuestros vecinos de la UE hayan acercado sus cotizaciones a la nuestra. El tablero aparece presto para jugar una nueva partida, sin rencores.

La situación del mercado español en el momento actual debe calificarse como de compromiso. En efecto, el impulso alcista de febrero se agotó inmediatamente tras llegar al primer puesto del podio europeo de los precios por estados.

El mercado español del cerdo en vivo en febrero ha sido inusualmente alcista. Como nada acontece por casualidad, seguidamente apuntamos algunos factores que han contribuido a este excepcional comportamiento.

La Unión Europea ha visto, boquiabierta y en estado de shock, como el mercado alemán se ha comportado con una brutalidad sin precedentes. En efecto, la crisis dioxínica desembocó en una ausencia de consumo tan radical que no hubo otra opción que la caída libre del precio de las canales.

2010 no será recordado positivamente; su último trimestre nos ha dejado inmersos en un mar de dudas respecto a la viabilidad de la mayoría de las explotaciones porcinas, sobretodo por el aumento de precios de las materias primas que el mercado cárnico no ha permitido amortizar. Resulta muy difícil mantener la cabeza fría en un escenario de pérdidas netas.

Termina un año que no ha sido malo ni para el ganadero ni para el matadero (mejor para el primero según todos los operadores) y todo parece señalar que diciembre discurrirá sin ningún sobresalto.

El precio del porcino en canal ha seguido su itinerario a la baja sin diques de contención. De todas formas parece evidente que hemos “llegado al fondo” y del precio actual no bajaremos. No es ningún consuelo pero algo es mejor que nada.

El mercado europeo del porcino anda sobre-revolucionado a la baja. España no es ajena a este estado de cosas. Todos los países productores quieren marcar territorio con movimientos decididos de baja y los demás se apuntan al carro para no perder comba. No son buenas noticias en absoluto.

Iniciamos setiembre bajo “el síndrome del tobogán bajista”, aunque la amplitud y el alcance de las bajas está por ver. Agosto ha recortado el precio en sus dos últimas sesiones de lonja (no sin lucha, es verdad) y setiembre suele ser escenario de descensos en cascada.

Aventuramos en el anterior comentario que el precio del cerdo no parecía tener más recorrido alcista lo que han confirmado los sucesivos mercados.

Junio ha permitido la progresión del precio español hasta donde ha sido posible. Mercolleida ha encadenado nueve lonjas seguidas al alza, desde los 1,050 conseguidos el 22 de abril hasta los 1,271 del jueves 17 de junio. Un buen recorrido, esperado por el ganadero y seguramente insuficiente para muchos.

Fiel a su ineludible cita alcista con la primavera, la cotización española ha aumentado en las seis ultimas sesiones de Mercolleida. El panorama es conocido: se presiente el verano y los cerdos en España suben.

España empezó el año con un ímpetu extraordinario en sus precios para el cerdo en vivo. Febrero sacudió las conciencias (y el mercado) con subidas nada habituales. Europa nos miraba escéptica. Llegaron primero las nevadas en Catalunya, poco más tarde la suspensión de pagos de una primera firma y rápidamente los ánimos se enfriaron y el mercado se reajustó.

Hace dos semanas, un importante matadero catalán se vio abocado a presentar concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos). La actividad de este matadero representaba un 3% aproximadamente del sacrificio español.

Febrero no ha sido, en forma alguna, un mes malo para los productores de porcino españoles: en efecto, la cotización ha aumentado más de un 10% en cuatro sesiones de lonja (desde 1,032 € / kg vivo al comienzo hasta los 1,145 € / kg vivo de la última sesión).