A raíz de la publicación del Reglamento de la CE nº 1774/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo de 3 de Octubre de 2002 por el que se establecen las normas sanitarias aplicables a los subproductos animales no destinados al consumo humano, se ha creado una importante polémica, no sólo por la arbitraria clasificación de estos subproductos en tres categorías genéricas, sino por la prohibición del enterramiento, que en cierta medida podría estar justificada, y la limitación extrema de otros tratamientos de los cadáveres que realmente pueden ser absolutamente seguros desde el punto de vista tanto sanitario cómo medioambiental.