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Eficiencia de la deposición de grasa a partir de polisacáridos no amiláceos, almidón y grasa insaturada en cerdos

La distribución de la grasa se ve afectada por el nivel de ingestión, sin embargo, la distribución relativa de los depósitos grasos no se afectaron por la fuente de energía utilizada
6 mayo 2010
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El objetivo del presente estudio fue evaluar si la eficiencia del consumo extra de energía procedente de polisacáridos no amiláceos fermentables (PNAf), almidón digestible (Ald) y grasa insaturada digestible (GId) utilizada para deposición grasa es diferente a diferentes niveles de consumo así como determinar la ubicación de los depósitos grasos resultantes del consumo extra de energía procedente de los PNAf, Ald y GId. Para ello se utilizaron un total de 58 cerdos (29 hembras y 29 machos castrados) con un peso de 48+/-4 kg. Diez de estos cerdos (5 hembras y 5 machos castrados) fueron seleccionados en base al peso promedio. Todos los animales se sacrificaron a los 106+/-3 kg de PV. El consumo diario de alimento se reajustaba semanalmente después de pesar los animales. Los tratamientos experimentales se obtuvieron mediante la suplementación de tres fuentes de energía diferentes como PNAf adicionales, Ald y GId a una dieta control. La dieta control fue ofrecida a dos niveles de alimentación: bajo (a dos veces la energía de mantenimiento) o alto (a tres veces la energía de mantenimiento). La prueba de alimentación fue dividida en dos partes, fase 1 y fase 2, de los 48 a los 80kg y de los 80 a los 106kg de peso vivo respectivamente. Las dietas experimentales fueron cereales y harina de soja como ingredientes mayoritarios. La pulpa de remolacha, almidón de maíz y aceite de soja fueron utilizados como fuentes de energía adicionales. La pulpa de remolacha contiene proteína bruta, grasa y azúcar, por ello la adición de PNAf se obtuvo formulando una dieta basal que fue 95,75 y 95,40% de la dieta control para ambos rangos de peso, respectivamente.

El aporte de energía extra de la dieta aumentó la ganancia de tejido magro al nivel bajo de consumo, pero lo redujo al nivel alto de alimentación (P<0,001). La ganancia extra de grasa de la piel y la grasa subcutánea a partir de la energía fue diferente entre sexos (P<0,05) donde los machos depositaron mayor cantidad de grasa en la piel y subcutánea que las hembras. Se aumentó la cantidad de cortes de rechazo en el nivel de alimentación alto (P<0,05), pero no se vio afectado por la fuente de energía o por el sexo (P>0,05).

Se puede concluir que, bajo condiciones de limitación de proteína, el aumento del consumo de energía procedente de los PNAf, Alf y la GIf resulta en una deposición de grasa similar. La distribución de la grasa depositada en los diferentes depósitos no depende de la fuente de energía y el sobreengrasamiento es similar tanto a nivel de consumo alto como bajo. El nivel de alimentación afecta a la distribución de grasa subcutánea y magro, pero la fuente de energía a no altera la distribución de los depósitos grasos en el cuerpo.

V Halas,L Babinszky, J Dijkstra, WAV Martin, and WJJ Gerrits, 2010, British Journal of Nutrition, 103:123-133.

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