"Sabemos que podemos irnos a dormir tranquilos y que no habrá ninguna catástrofe a la mañana siguiente."
Esta frase no la dice un experto en bienestar animal, sino un productor porcino que ha vivido en primera persona cómo una buena elección genética puede cambiarlo todo.
En este caso, hablamos de Jean-Jacques Lainez, cliente de Hendrix Genetics Swine SE en Francia, que comparte su experiencia con la Hypor Libra:
Más lechones nacidos vivos (hasta 16 por camada).
Menos mortalidad predestete (del 13 % al 7,2 %).
Camadas uniformes, tranquilas y más fáciles de manejar.
Un equipo de maternidad más descansado y motivado

Una historia real que demuestra cómo la innovación en genética porcina no solo mejora los resultados productivos... También mejora la vida de las personas que están detrás.

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