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Resúmenes AASV 2019 - Antibióticos

Antonio Palomo nos resume los pósters y las ponencias que presentaron Peter Davies, Liz Wagstrom y Jeremy S. Pittman sobre el uso de antibióticos en la pasada AASV.

DAVIES, P: Según el informe de Van Boeckel 2017 sobre consumo de antibióticos, España ocupa la tercera posición después de China y Corea. Italia la cuarta, Canadá la quinta y EEUU la 10ª. Entre 2016 y 2017 en EEUU se ha reducido un 33 % con un 43 % menos que en 2015, que fue el pico de consumo. El primer año de reporte fue 2009, habiendo una reducción del 28 % desde dicho momento hasta 2017. Las tetraciclinas se han reducido un 40 % entre 2016 y 2017 (OTC un 96,6 % en el mismo periodo). Los ionóforos no tienen importancia en cuanto a su consumo en medicina humana. En 2017 en EEUU, la distribución de medicamentos por especies fue del 42 % en vacuno, 36 % en porcino, 12 % en pavos y 5 % en pollos. La reducción entre 2016 y 2017 fue similar en los dos primeros (35 %). FDA está desarrollando un proyecto, desde septiembre 2016 a septiembre 2021, para evaluar el consumo en las diferentes especies tanto de forma cualitativa como cuantitativa (mg de actividad del antibiótico por kilo de peso vivo vendido). En el análisis aparece tanto el porcentaje de uso de cada antibiótico como el porcentaje de uso acumulativo y relativo entre diferentes sistemas productivos. También se clasifican los antibióticos por su importancia crítica, alta y poco importante con respecto a medicina humana. La información que obtienen de los participantes las comparten entre todos de forma confidencial obteniendo el Feed back de los mismos, además de reclamar una mayor integración de empresas, incluir los datos de producción de las granjas y diferentes sistemas productivos (www.aacting.org).

LIZ WAGSTROM: El cumplimiento de la legislación sobre uso de antibióticos es importante para la seguridad alimentaria y la confianza de los consumidores. FDA tiene un plan estratégico para trasladar los antibióticos a uno u otro grupo dependiendo de sus resistencias, duración de uso, empleo en diferentes especies animales, soportar el desarrollo de nuevos productos (apéndice A del Anexo 152) y disponer de alternativas a los antimicrobianos. Añadido a esto, promueven programas de formación y educación tanto a nivel nacional como internacional. Lo siguiente es integrar los reportes de NARMS (National Antimicrobial Resistance Monitoring), estudios piloto de uso de antibióticos y venta de antibióticos. Los antibióticos son esenciales para mantener la salud y el bienestar tanto en personas como animales. El uso de los mismos para evitar resistencias supone aplicarlos de forma cuidadosa y responsable (WHO, FAO y OIE). La interacción con el Código Alimentario y el Código de Buenas Prácticas tiene su importancia a nivel internacional. Las áreas prioritarias son la profilaxis-prevención y la clasificación a nivel nacional de las listas de medicamentos de referencia. A lo largo de la cadena alimentaria es preciso integrar tanto los animales como el terreno y el ambiente (We Care Ethical Principles).

JEREMY PITTMAN: Son cuatro los mecanismos de acción de antibióticos actúan las bacterias que se exponen en la figura: sobre la pared celular (beta lactámicos, aminopenicilínicos y ceftiofur), sobre la síntesis proteica en los ribosomas (ionóforos), sobre la síntesis de ADN (aminoglicósidos, tetraciclinas, macrólidos, florfenicol, pleuromutilinas-tiamulina) y sobre la síntesis del ácido fólico (trimetoprim – sulfamidas).

Los cuatro mecanismos de acción de los antibióticos.
Los cuatro mecanismos de acción de los antibióticos.

Es importante diferenciar entre bacteriostáticos (paran la replicación de la bacteria) y bactericidas (provocan la muerte de la bacteria). Se acepta de forma general que no debemos combinar antibióticos con estas dos funciones (ej. tetraciclínicos con beta-lactámicos – tiamulina con ionóforos). También debemos considerar los sinergismos entre ciertas moléculas, como las lincosamidas con espectinomicina, trimetoprim con sulfamidas, aminoglicósidos con beta-lactámicos y tiamulina con clortetraciclina. www.KSUantibiotics.org

Conocer la distribución de los antibióticos en los diferentes órganos ayuda a elegir los más indicados en cada proceso infeccioso, de tal forma que:

  • Aminoglicósidos (gentamicina – neomicina): penetran bien en riñones y fluidos extracelulares, siendo poco absorbidos en el digestivo.
  • Beta-lactámicos (amoxicilina, ampicilina y penicilina): penetran bien en hígado, riñones, pulmones y músculos. Tienen baja penetración en placenta, tejido mamario, secreciones bronquiales y sistema nervioso central.
  • Cefalosporinas (ceftiofur): penetra bien en riñones, pulmones, huesos, articulaciones y tejidos blandos.
  • Cloranfenicoles (florfenicol): penetra en todos los tejidos, abscesos y fetos, con baja perfusión en leche.
  • Fluorquinolonas (enrofloxacina): penetra bien en todos los tejidos y a nivel intracelular.
  • Lincosamidas (lincomicina): se distribuye bien por muchos tejidos y fluidos, incluidos pulmones y articulaciones.
  • Macrólidos (tilosina, tulatromicina, tilvalosina, tilmicosina): penetran bien en hígado, riñones, pulmones, secreciones bronquiales, fluidos peritoneales, pleura y leche.
  • Pleuromutilinas (tiamulina): elevada distribución en pulmones y otros órganos.
  • Sulfonamidas: se distribuye bien en tracto urinario y todos los tejidos sin penetrar en áreas con exudados.
  • Tetraciclinas (tetraciclina, oxitetraciclina, clortetraciclina): penetran en todos los tejidos, saliva, fetos y a nivel intracelular.

La composición microbiana del tracto gastrointestinal de los lechones recién nacidos está ligada primero a la edad de los mismos con una influencia poco significativa de la administración de tratamientos antibióticos perinatales (tulatromicina, ceftiofur, oxitetraciclina y penicilina) – http://qiime.org

El uso correcto de antibióticos y a su tiempo forman parte clave en el control de patologías y en el tratamiento de animales para su bienestar (Hoogland, M). No es posible controlar siempre todas las enfermedades en todas las granjas. Las principales prácticas para minimizar el uso de antibióticos se centran en adquirir una correcta inmunidad pasiva desde el momento del nacimiento, proveer una adecuada inmunidad activa mediante pautas vacunales, tener un correcto manejo (minimizar el estrés, aumentar la edad al destete, adecuadas condiciones ambientales), excelente calidad del pienso y agua de bebida, medidas de bioseguridad internas y externas, vacíos sanitarios estrictos...

En un estudio realizado en 2018 en los tres principales laboratorios de diagnóstico de EEUU (UMN, SDSU e ISU) sobre 4.404 aislamientos de cinco bacterias determinaron que el índice de resistencias antibióticas fue muy similar entre todos ellos (47,8 – 49,0 y 48,3 % respectivamente). Las mayores resistencias las mostraron el Escherichia coli (67,3 %) y las Salmonellas (62,8 %), seguidas a lo lejos del Streptococcus suis (33,2 %), Actinobacillus suis (21 %) y del Haemophilus parasuis (14,9 %).

El uso de ácidos orgánicos tanto en pienso como en agua de bebida en los lechones en las primeras 1-3 semanas post-destete dan lugar a mejoras en la ganancia media diaria, índice de conversión, reducción de la tasa de lechones colas e índice de diarreas y coste terapéutico.

La inclusión de proteína de plasma porcino al 1 % en cerdos de engorde en Brasil es una alternativa al uso de antibióticos y promotores de crecimiento con similares parámetros productivos y estado sanitario. El uso de proteína de plasma en lechones en sus primeras fases de vida reduce el uso de antibióticos.

La aplicación inyectable previa al parto de las vitaminas liposolubles (A, D y E) reduce la duración del parto y la incidencia de lechones muertos por enfermedad del corazón de mora.

♦ HIERRO: es un elemento esencial en el transporte de oxígeno y va ligado a la hemoglobina. La mayoría está en los glóbulos rojos y se almacena en forma de ferritina. Los niveles de hemoglobina en cerdas por debajo de 10 g/dL indican anemia, siendo los rangos de 10-16 g/dL niveles normales. A medida que se incrementan los partos aumentan los niveles de anemia. Por debajo de 9 g/dL hay riesgo de incrementarse el porcentaje de lechones nacidos muertos asociado a alteraciones en las contracciones uterinas así como menores niveles de oxígeno en los fetos en el momento del nacimiento. Los lechones nacen con unas reservas de hierro de entre 40-50 mg y la leche de la cerda aporta 1 mg/lechón/día. El rápido crecimiento del lechón provoca una depleción inminente de las reservas, con una gasto metabólico estimado de entre 15-16 mg/día. Cuando los niveles de hemoglobina bajan, se reduce el transporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos. Estudian 16 hierros inyectables aprobados para la prevención de la anemia ferropénica y en varios de ellos encuentran trazas de metales como arsénico, cadmio, cromo, cobalto, plomo y mercurio. La aplicación de una segunda dosis de 200 mg a los 5-10 días de la primera, o bien al destete, mejoran los niveles de hierro en sangre pero no tienen efectos en los parámetros productivos de los lechones. En un trabajo estiman que el impacto de las pérdidas subclínicas provocadas por anemia en EEUU ascienden a 46,3-335,7 millones de dólares.

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