Cada día es más difícil escribir sobre el devenir del mercado de las materias primas. A gran velocidad el escrito queda en papel mojado tan solo horas después de publicarse. El orden geopolítico que ha organizado el mundo desde el fin de la segunda guerra mundial poco a poco está llegando a su fin. Tenemos ante nosotros la incertidumbre de la nueva ordenanza mundial adobada con la rapidez de los algoritmos. Las noticias se suceden y es muy difícil mantener la perspectiva.
El pasado miércoles 2 de abril, asistimos a lo que el Gobierno de Trump llamó “El día de la liberación”: la imposición de aranceles generalizados a todo el mundo en función de una ecuación que plasmaba y pretendía paliar lo que consideran una desventaja competitiva. Desde ese momento el mayor driver bajista que hemos visto en el mercado es el temor a una recesión derivada de una macro guerra comercial a varios frentes. Solo para poner algún ejemplo:

- 2 de abril: Estados Unidos aumentó un 34% los aranceles, quedando el gravamen de productos Chinos importados a USA en el 54%.
- 4 de abril: China contraataca y anuncia la imposición de un arancel del 34% a los productos importados de Estados Unidos.
- 5 de abril: Trump amenaza con subir el arancel un 50%.
- 7 de abril: el presidente anuncia un arancel a China del 104% y el gobierno chino responde a su vez con un 84% sobre las importaciones estadounidenses.
- 9 de abril: Trump anuncia una imposición de un arancel a China del 125% y una reducción del 10% al resto de países con efecto inmediato.
- 10 de abril: el arancel a China finalmente es fijado en un 145% (se añade el 20% aplicado con anterioridad).
- 11 de abril: aprobación de contramedidas Chinas donde se aumenta el arancel a productos de Estados Unidos al 125%
Para abreviar, porque podríamos estar todo el día saltando de titular en titular, a fecha de hoy se ha acordado reducir los aranceles durante los 90 días de negociación entre USA y China, reduciendo estos al 30% para los productos chinos importados a USA y un 10% para los productos de Estados Unidos importados a China.
¡Imposible seguir el ritmo de los acontecimientos!
El mercado se muestra hiperreactivo reaccionando a cada noticia en un sentido u otro. Vamos a intentar poner un foco. El mayor factor bajista desde inicios de abril en los cereales y demás materias primas ha sido el miedo a una posible desaceleración mundial derivada de la guerra comercial a gran escala. Hemos podido escuchar precios interesantes tanto a corto plazo como para todo el 2026. Para poner un ejemplo, todo el mundo recuerda el primer mandato de Trump, cuando se pudo comprar maíz para un año e incluso dos años vista alrededor de 170€/TM. Si actualizamos el precio del maíz del 2/05/2018 de 173€/TM con la inflación en España hasta fecha del mes pasado, se correspondería con 211,5€/TM. La semana pasada se ofreció maíz para todo el año 2026 a 215€/TM, muy cercano al precio actualizado. En resumen, hemos tenido oportunidades de compra a largo plazo a precios, cuanto menos, no caros. Precios que habría que ir aprovechando, más cuando hoy nos despertamos con precios al alza considerablemente con motivo de la pausa arancelaria (tanto debido a los mercados que reaccionan en verde, como al dólar que se fortalece encareciendo las importaciones).
Como comentario final, aunque las producciones de trigo y cebada a día de hoy se prevén muy buenas en España, las últimas lluvias generalizadas parece que van a retardar la cosecha más de lo previsto. Los empalmes de cosecha siempre son complicados, no hay que olvidar que ante el diferencial de precio con las nuevas cosechas tampoco van a despacharse en los puertos muchos más barcos hasta la llegada en agosto de trigos de nueva cosecha y maíces de Brasil. Por lo que, si la cosecha se retrasa y la tregua arancelaria se mantiene en el tiempo, el empalme podría augurar tensiones en los precios, ante una fabricación que necesita cubrir sus necesidades a corto plazo. ¡Pero todo esto a fecha de hoy! Habrá que estar atento a los titulares de mañana.