Existen tres enfermedades virales importantes que, de modo habitual, alteran el modelo de enfermedad endémica en poblaciones de cerdos. Se trata del PRRS que, por lo que sabemos, existe en las formas europea y norteamericana con muchas cepas diferentes, algunas de las cuales son muy leves y otras sumamente patogénicas como las virulentas cepas de PRRS en Asia y recientemente en EE.UU. En los últimos años, el principal virus que afectaba a los cerdos provocando pérdidas económicas era el PCV2, responsable del síndrome multisistémico del desmedro post-destete y varios otros síndromes patológicos que ahora se agrupan como enfermedades asociadas al PCV2. Afortunadamente, con la llegada de las vacunas para cerdas y lechones frente al PCV2 y una mejor atención al manejo, en su sentido más amplio, parece haberse reducido enormemente la importancia de este patógeno. Estos dos virus son específicos de los cerdos y ejercen sus efectos en gran parte a nivel sistémico (esto es, a través de todos los sistemas del organismo de los cerdos).
El tercer virus que afecta al amplio espectro de enfermedades endémicas es el de la gripe porcina. Este agente tiene efectos principalmente en el sistema respiratorio y a veces produce lesiones graves en el tracto respiratorio que facilitan las infecciones secundarias con toda una gama de otros patógenos respiratorios, organismos oportunistas y comensales. Se ha considerado como una enfermedad de los meses de invierno asociada con las condiciones climáticas más frías y la escasa ventilación. Los cerdos parecen resultar afectados a nivel de granja más que a nivel individual, con diversos síntomas entre los que se cuenta la temperatura elevada, postración, letargo, inapetencia, desgana incluso para ir a beber, conjuntivitis y tos o disnea (dificultad respiratoria) o ambos. Las cerdas susceptibles pueden presentar temperaturas muy elevadas que pueden provocar abortos e infertilidad. Bastante a menudo, a no ser que estén afectadas por enfermedades secundarias, se recuperan espontáneamente después de un período de varios días.
Epidemiología y aparición de nuevos virus
Todos los virus de la gripe son virus ARN, con 8 segmentos de ARN que codifican para un mínimo de 10 proteínas virales. Aunque existen virus del tipo A, B y C, todos los virus porcinos han sido del tipo A. Los tipos se subdividen atendiendo a sus glucoproteínas de superficie hemaglutinina (HA) y neuraminidasa (NA). Existen 16 hemaglutininas (H1-16) y 9 neuraminidasas (N1-9).
Desafortunadamente, los seres humanos tienen virus de la gripe, como los tienen los cerdos y las aves. Todos ellos son cepas del tipo A de la gripe. La cuestión más importante es que todos ellos pueden intercambiar material genético. Sobre todo teniendo en cuenta que los cerdos, los pájaros y los seres humanos viven en estrecha relación. Sin embargo, una de las principales diferencias es que la infección gripal en las aves también es una enfermedad alimentaria y se pueden recuperar virus de frotis tanto cloacales como nasales de los animales infectados. También es uno de los motivos por los que las explotaciones porcinas deben estar protegidas, siempre que sea posible, de la presencia de grandes cantidades de pájaros.
Los primeros virus de la gripe porcina se clasificaron atendiendo a las glucoproteínas antes mencionadas y eran todos H1N1 y estuvieron durante unos 60 años en Norteamérica. A mediados de la década de 1980, aparecieron virus H3N2 en los cerdos europeos que provenían originalmente de los seres humanos y se habían adaptado a los cerdos y se conocieron entonces como virus H3N2 similares a los de los seres humanos. Estos virus han aparecido desde entonces en otras partes del mundo, más concretamente como H3N2 en EEUU en 1998. Estos virus, sin embargo, contenían partes del virus humano, aviar y porcino y se llamaron por eso virus reasortantes triples.
Surgen nuevos virus o aparecen nuevas cepas por tres mecanismos distintos. El primero es la transmisión entre especies, por ejemplo, un virus aviar que se transmite a otras especies, que es lo que pasó en la década de 1990 cuando la cepa aviar 195852 consiguió adaptarse totalmente al cerdo y llegó a propagarse en la población porcina del Reino Unido.
El segundo consiste en que uno de los virus muta y provoca cambios en sus proteínas principales y esto es lo que se conoce como "deriva antigénica", un cambio que puede provocar pequeñas o grandes alteraciones en el virus.
El tercero y último tipo de modificación es aquél por el que el virus comparte su material genético con otro virus diferente mediante una reordenación y este proceso se conoce como "cambio antigénico". Los tres tipos de alteraciones se han producido en Europa.
Así pues, en los cerdos de Europa hemos tenido las cepas clásicas H1N1 como las cepas originales de Wisconsin durante largos períodos de tiempo, tuvimos la aparición de virus H3N2 similares a los humanos, luego tuvimos los virus de la gripe aviar que se adaptaron totalmente a los cerdos y, por último, los virus H1N2 que son un reasortante de H1 y N2 procedentes de antiguos virus humanos y segmentos centrales de virus aviares. ¡Si buscas, encontrarás! También observarán que los virus desaparecen, ya que parece que el H3N2 no se ha encontrado en el Reino Unido desde 1997. Por ejemplo, en EEUU se encontró recientemente, desde 2005, un H1N1 de origen humano en cerdos, pero el resto de los genes son similares a los genes asortantes triples habituales. Por otra parte, en 2006 se encontró un virus H2N3 en Missouri, en el que H2 y N3 eran de origen aviar y una vez más el resto de los genes eran del habitual reasortante triple porcino encontrado en ese momento.
Se ha insinuado que la incorporación de genes aviares internos a los virus circulantes en el cerdo ha facilitado la propagación de los segmentos H1 y N1 externos de origen aviar. En cualquier caso es la expansión mundial de las tres poblaciones (aviar, porcina y humana) lo que está haciendo posible la aparición de estas nuevas cepas. La mayoría de los virus que circulan por el momento contienen segmentos H y N de origen porcino con una variedad de genes internos aviares, humanos y porcinos.
Por lo que se refiere al cerdo y a la gripe porcina, la amenaza más frecuente para el cerdo se considera que es el virus aviar. En la última década se han producido cambios significativos en los virus aviares por los que se han descrito extensamente los subtipos H5, H7 y H9 en aves de corral que han demostrado una mayor virulencia. Por ejemplo, las cepas H9 se han propagado mucho por todo el mundo y los primeros virus H9N2 se encontraron en cerdos de Hong Kong en 1998. Estos virus a menudo aparecen en cerdos, pero es difícil determinar si están pasando de un cerdo a otro, si bien en el caso de este virus, estudios de entonces chinos y coreanos indicaron que el virus puede ser capaz de transmitirse de un cerdo a otro.
Asimismo, la incursión de la gripe aviar H5N1 sumamente patogénica en los Países Bajos fue extremadamente preocupante ya que los cerdos de 5 granjas que criaban tanto aves de corral como cerdos, mostró evidencia de infección probablemente por haber estado expuesta a grandes concentraciones del virus. Desde el punto de vista de la población porcina mantenemos por lo tanto una estrecha vigilancia con respecto a la aparición de virus virulentos de la gripe aviar.
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