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Las primerizas se trasladaron a unidades de producción convencionales o al aire libre durante el desarrollo y se trasladaron a jaulas de gestación individuales en una nave de gestación convencional. De las 42 primerizas, 19 se alimentaron con una dieta control de harina de sorgo-soja y 23 se alimentaron con la misma dieta con un 25% de pulpa de remolacha (alto contenido en fibra). Las cerdas control comieron 2.0 kg/día y las cerdas alimentadas con un mayor contenido en fibra comieron 2.67 kg/día de pienso granulado de gran tamaño (lo cual dio lugar a aproximadamente la misma ingesta de energía y diferentes ingestas totales). Se estudió el comportamiento y nivel de inmunidad de las primerizas gestantes a los 30, 60 y 90 días de gestación.
En cuanto al tiempo durante el cual las cerdas estaban de pie, las cerdas alimentadas con dietas con alto contenido en fibra estuvieron menos tiempo de pie el día 30, sin embargo los días 60 y 90, estas cerdas y las cerdas control estuvieron de pie durante un tiempo parecido. La acción de masticar y su frecuencia mostraron efectos significativos (P<0.05) en función de la fase de gestación x dieta x ambiente. Las primerizas criadas en el exterior y alimentadas con la dieta alta en fibra aumentaron la acción de masticar a medida que transcurría la gestación, mientras los otros grupos redujeron este comportamiento a medida que pasaba el tiempo. Las primerizas criadas en el exterior tuvieron una mayor frecuencia y duración de la acción de beber (P<0.05) que las primerizas criadas en el interior. El número de leucocitos en sangre fue más alto (P<0.05) para primerizas alimentadas con las dietas con alto contenido en fibra que las primerizas alimentadas con la dieta control. Las dietas y ambientes no influyeron, en general, sobre los parámetros inmunitarios (sistemas humoral y celular) y reproductivos (índice de partos y tamaño de camada) y en las concentraciones de cortisol en plasma, lo cual sugiere que, a pesar de los cambios significativos en el comportamiento e ingesta de pienso, los sistemas inmunitarios de las primerizas no fueron suprimidos ni mejorados.
Los datos referentes al comportamiento, por sí solos, sugirieron que las primerizas criadas en los sistemas convencionales mostraron un menor comportamiento de adaptación a las jaulas que las primerizas criadas en al aire libre. Sin embargo, los parámetros inmunitarios no indicaron que ninguno de los tratamientos provocara efectos fisiológicos indicativos de estrés.
Este estudio demuestra claramente que:
1) Las primerizas gestantes alimentadas con una dieta alta en fibra se adaptan a la dieta y muestran pocas señales de que los comportamientos orales/nasales/faciales estén afectados por la fase final de la gestación
2) Primerizas desarrolladas en los diferentes ambientes, alojadas en jaulas de gestación y alimentadas con dietas convencionales o dietas altas en fibra mostraron pocos signos fisiológicos de estrés
3) En base al comportamiento, las primerizas criadas al aire libre necesitan más tiempo para adaptarse a la jaula de gestación individual.
Finalmente, dado que no se pudo demostrar una posible ventaja en los niveles de bienestar del suministro de dietas altas en fibra, y dado el posible impacto negativo sobre el medio ambiente de añadir grandes cantidades de fibra a las aguas residuales, en este momento no se recomienda el suministro de dietas altas en fibra a primerizas gestantes para intentar mejorar el bienestar de estas.
McGlone, JJ; Fullwood, SD: Behavior, reproduction, and immunity of crated pregnant gilts: Effects of high dietary fiber and rearing environment. Journal of Animal Science 79 (6): 1466-1474, 2001
