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Posibles cambios de las enfermedades parasitarias por los nuevos sistemas de producción

Las enfermedades parasitarias pueden ser causa importante de pérdidas económicas
27 enero 2004
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Aunque raramente han tenido el gran impacto que tienen las enfermedades infecciosas, las enfermedades parasitarias pueden tener una incidencia notable, y a menudo subestimada, en la producción porcina.

Estas enfermedades pocas veces causan pérdidas directas por muerte de los cerdos afectados, pero pueden ser una causa importante de pérdidas indirectas. Algunas de ellas, como la triquinelosis, son un problema sanitario humano de importancia capital. Los parásitos agravan la acción de agentes infecciosos de diversas formas como son abrir vías de infección mediante las migraciones, actuar como vectores mecánicos o biológicos de agentes infecciosos, disminuir la resistencia de los cerdos y deteriorar o anular la eficacia de las vacunaciones.

En la producción intensiva moderna que se ha desarrollado en las últimas décadas, el control de las principales enfermedades parasitarias causadas por parásitos internos ha estado facilitado por los sistemas de alojamiento en instalaciones, que casi nunca eran un ambiente favorable para que se desarrollaran los ciclos de los agentes etiológicos parasitarios, y por el manejo que, en muchas ocasiones, también dificultaba en buena medida el desarrollo de estos ciclos.

Hay que tener en cuenta que la mayor parte de las parasitosis internas del cerdo se transmiten por vía oral mediante la ingestión del agente parasitario, en una u otra fase de su desarrollo. Los cerdos parasitados eliminan en las heces el parásito casi siempre en forma de huevo, de larva o de otra forma que debe evolucionar en el ambiente y los cerdos receptivos ingieren este parásito en la forma infectante ya evolucionada. Además, algunos parásitos del cerdo tienen un ciclo indirecto en el que participan hospedadores intermediarios que no son habituales en instalaciones intensivas. Tanto el contacto con las heces infectadas como la supervivencia y la evolución del parásito, o de su hospedador intermediario, en el ambiente son difíciles en suelos de cemento y, especialmente en suelos con rejilla. Ambos factores facilitan el control de las enfermedades parasitarias apoyado en los tratamientos con los antiparasitarios de alta eficacia de que hoy se dispone.

En cerdos adultos, las parasitosis internas más importantes en la producción industrial siguen siendo la ascariosis (Ascaris suum) y la tricurosis (Trichuris suis). Su mantenimiento en las granjas se ve favorecido por su ciclo directo y porque en ambos casos las hembras eliminan una gran cantidad de huevos que son muy resistentes a las condiciones ambientales. No obstante, incluso en estos casos los huevos eliminados en las heces de los cerdos parasitados necesitan para madurar hasta la forma infectante unas condiciones de humedad y de temperatura adecuadas.

El caso de las parasitosis externas es diferente porque todas ellas tienen transmisión directa. La más importante sin duda es la sarna (Sarcoptes scabiei) cuyo control se ha visto dificultado porque los tratamientos externos empleados clásicamente no eran eficaces contra los huevos y las larvas del parásito. La disponibilidad de avermectinas específicamente preparadas para su uso en cerdos ha facilitado el control e incluso la erradicación de esta importante parasitosis.

Los nuevos sistemas de producción, con cerdas sueltas y pisos sólidos con camas de paja sin ninguna duda dificultarán el control de algunas enfermedades, entre ellas las enfermedades parasitarias. En estos sistemas de producción el contacto con las heces es amplio y constante y las condiciones ambientales de temperatura y de humedad que se pueden dar en las camas de paja favorecen los ciclos evolutivos de muchos agentes parasitarios: los huevos o las formas no infectantes eliminadas en las heces de los cerdos parasitados sobreviven mejor y alcanzan más fácilmente la forma infectante que en un suelo de rejilla. Por otra parte, en aquellas enfermedades parasitarias causadas por parásitos con ciclo indirecto también puede ser más fácil la supervivencia de los hospedadores intermediarios en las camas de paja.

Cabe esperar que, con los nuevos sistemas de producción, aumente la incidencia de enfermedades parasitarias de ciclo directo que son raras actualmente, como la hiostrongilosis (Hyostrongylus rubidus), la estrongiloidosis (Strongyloides ransomi), la esofagostomosis (Oesophagostomum dentatum y O. quadrispinulatum) así como la de las parasitosis de ciclo directo que tienen ya una prevalencia mucho mayor, principalmente la ascariosis y la tricurosis. Puede aumentar además la incidencia de parasitosis causadas por agentes con ciclo indirecto en las que los hospedadores intermediarios puedan sobrevivir en camas de paja.

En las parasitosis causadas por protozoos que afectan a los lechones, principalmente la coccidiosis (Isospora suis) no cabe esperar cambios puesto que, de momento, el tipo de instalaciones en partos y lechoneras no cambian.

Serán además más difíciles de controlar las ectoparasitosis, especialmente la sarna, y las infecciones por piojos y pulgas, que se transmiten mucho mejor entre animales sueltos y con camas de paja.

No obstante, hay que tener en cuenta que, para que una granja padezca una enfermedad parasitaria es necesario en primer lugar que se infecte y muchas de las granjas actuales están libres de todas o de la mayor parte de las enfermedades parasitarias.

Por tanto, la mejor medida de control de cara a los nuevos sistemas de producción es evitar introducir cerdos parasitados en la granja y además someter la los que tengan que introducirse a la pertinente cuarentena, durante la cual deben ser analizados y, en su caso, desparasitados adecuadamente.

Para evitar futuros problemas por las posibles enfermedades parasitarias presentes en algunas granjas, como la ascariosis, lo más eficaz es aplicar un intenso programa de control antes de que las cerdas deban estar sueltas con el fin de disminuir la presión de infección. En el caso de que la granja esté infectada por sarna, lo ideal es también aplicar un programa de erradicación antes de que las cerdas tengan que estar sueltas.

Pedro Rubio Nistal. Unidad de Enfermedades Infecciosas y Epidemiología. Departamento de Sanidad Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad de León.

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