Según Fischler, la política actual de ayudas que incita a los productores a producir de forma intensiva y que les obliga a orientar su producción en función de las subvenciones y no en función de las necesidades del mercado corre el riesgo de no ser respaldada por los contribuyentes europeos, los cuales han mostrado su deseo de contar con productos sanos y de calidad pero también respetuosos con el medio ambiente. El comisario insistió en que la Unión Europea "necesita un sector competitivo que favorezca el medio ambiente, la seguridad alimentaria y donde se garanticen los derechos de los agricultores". "Pero la PAC, tal y como está, no podía cumplir esos objetivos".
Dentro de la propuesta aparece una reducción del 20 por ciento de los fondos procedentes de las ayudas directas a un ritmo de un 3% anual, que irán destinados a programas de desarrollo rural que serán cofinanciadas por los Estados miembros. Estas ayudas, que hasta ahora se calculaban en función de la superficie cultivada, pasarán a ser independientes de la producción. Se excluyen de este marco los 5.000 primeros euros y 3.000 euros suplementarios para cada persona de más que trabaja en la explotación (excepto las dos primeras). Además, los pagos directos modulados serán limitados a 300.000 euros por explotación.
Jueves, 11 de julio de 2002/Comisión Europea
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