Los propietarios de las granjas han optado por destruir sus animales en lugar de realizar los análisis marcados por las regulaciones europeas. La adopción de esta medida de debe al coste que los ganaderos tienen que asumir para realizar los análisis y a la dificultad de comercializar la carne de estas explotaciones.
Viernes, 26 de julio de 2002/La Vanguardia/España
http://www.lavanguardia.es/web/20020726/30807849.html