El hierro puesto en valor
El hierro supone el 4,5% de la corteza terrestre, pero si bajamos al nivel de los seres vivos, se convierte en un oligoelemento con un porcentaje inferior al 1%.
El hierro se adquiere mediante la dieta y se puede acumular (incluso en altas cantidades) para regular su uso posterior. El hierro es esencial para la vida ya que:

- Es fundamental en el transporte y fijación del oxígeno mediante los grupos hemoglobina y mioglobina.
- Es coenzima de innumerables enzimas (catalasas, citocromos, peroxidasas, xantín-oxidasas, flavoproteínas, succinatodeshidrogenasa, etc.) con diversas funciones fundamentales para la salud y la vida.
El hierro y los cerdos: ¿cuánto reciben? ¿cuánto necesitan?
Los lechones nacen con 40-50 mg de hierro total, lo que supone unas reservas para cubrir sus necesidades fisiológicas durante los primeros 2-3 días. Sin embargo, reservas como tal son solo 6,5-7 mg totales y el resto está ligado a hemo (Macrovichalis et al., 2010). A partir del nacimiento y hasta el destete la única fuente directa de hierro sería la leche de la madre, pero la cerda no tiene una buena capacidad de movilización de hierro a través de su leche.
Y, por tanto, el contenido en las potenciales fuentes de hierro sería:
- Calostro: 2 mg/día/lechón.
- Leche: 1 mg/día/lechón (Svoboda y Drábek, 2005).
- Hierro ambiental: teóricamente el hozado aporta 10-15 mg/día/lechón.
El cerdo es la única especie en la que se produce sistemáticamente una anemia ferropénica postparto debida a la carencia congénita de hierro. Para evitarla se administra hierro dentro de los 3-4 primeros días de vida, por vía parenteral u oral.

Las recomendaciones varían entre 100 y 150 mg/lechón cuando sea preventivo y hasta 200 mg cuando buscamos curar una anemia ya establecida (National Pork Board, 2021). Estas recomendaciones son en general de hierro elemental. Para suministrar 200 mg de hierro elemental habrá que suministrar 370 mg de hierro dextrano.
Las necesidades de hierro variarán en función del crecimiento y del metabolismo de los lechones. En las condiciones actuales, con lechones creciendo de 5 a 6 kg en un periodo de 21 días, se necesitan entre 310 y 380 mg de hierro (Van Gorp et al., 2012) similar a las necesidades de unos 369 mg establecidas por Kamphues.
Considerando los aportes y necesidades de hierro en una lactación de 21 días podemos hablar de un déficit de entre 140 y 150 mg de hierro, valor similar al hierro administrado los primeros días de vida.
¿Cambia la situación inyectándole más hierro a los lechones en el procesado?
Según el estudio de Chevalier et al (2021), inyectando distintas dosis (0, 50, 100, 200 y 300 mg) el mejor crecimiento se observa en los animales que recibieron 200 y 300. Cuando se observa el peso de los animales:
- A los 22 días de edad no hay diferencias entre grupos.
- A los 38 días de vida hay una tendencia a la diferencia entre todos los que recibieron hierro y el grupo que no; con una diferencia de más de 4 Kg de peso corporal.
- A los 52 días no había diferencias significativas en el peso. Esto puede significar que los lechones tienen un crecimiento compensatorio una vez comienzan a recibir hierro exógeno mediante el pienso.
La concentración de hemoglobina (Hb) permite evaluar la bondad del método usado para aportar el hierro, dado que el grupo hemo es el principal fijador de este metal. En el trabajo citado anteriormente, los cerdos que recibieron dosis de hierro de 0 y 50 mg tuvieron concentraciones de Hb por debajo de 9 g/dl hasta el día 38 y el día 29, respectivamente. La anemia por deficiencia de hierro se define a menudo como una concentración de Hb inferior a 9 g/dl, siendo el rango de referencia del Schlam’s Veterinary Hematology (Thorn, 2010) para la concentración de Hb de 10-16 g/dl.

¿Y cuando la lactación es mayor de 21 días?
Si retraso el destete una semana tendré lechones que crecen hasta 7,5 Kg durante la lactación con unas demandas de hierro que pueden haber aumentado hasta 500 mg, muy lejos de lo que se le administra, lo que adquiere el lechón en la leche y las reservas que tenía al nacer.
¿No será buena idea hacer una segunda administración de hierro en la lactación?
Nuevamente encontramos diversos estudios. Chen et al. (2019) demostraron que modificar el programa aplicando dos pequeñas dosis de hierro (40 mg Fe/kg PV), los días 3 y 14 de vida tenía beneficios evidentes:
- Aumentó la ganancia de peso en comparación con una dosis única (150 mg/kg PV) a los 3 días de edad.
- Mejoró la absorción del hierro de la dieta al minimizar la expresión de la hepcidina (hormona que actúa como regulador negativo de la absorción y movilización del hierro del hígado, el bazo y la médula ósea).
- Disminuyó la toxicidad del hierro al eliminar el estrés oxidativo y evitar la autofagia de los hepatocitos.
La inyección de 40 mg de Fe/kg PV al tercer día fue indispensable y suficiente para prevenir la deficiencia de hierro y promover el desarrollo morfológico intestinal.
Por otro lado, Chevalier et al. (2023) administraron 200 mg de hierro dextrano al primer día de vida y otros 200 mg a los 6-8 días. La administración de esta segunda inyección de hierro dio lugar a un aumento de la Hb en el momento del destete y al final de la transición, así como una mayor ganancia media diaria desde el destete hasta el peso final de mercado, lo que se tradujo en una diferencia de peso corporal final de aproximadamente 3 kg y un aumento del rendimiento del lomo.
Por tanto, hay argumentos a favor de una segunda administración de hierro a lo largo de la lactación.
Otra estrategia que se ha intentado es suplementar con hierro a la cerda durante la gestación, pero esto no ha producido resultados evidentes en los lechones en diferentes estudios, lo que significa que la cerda no es buena movilizando hierro al calostro o la leche.
Conclusiones
Llevamos administrando hierro a los lechones desde principios del siglo XX, pero no hemos revisado la cantidad que se les administra desde hace décadas. Y lo cierto es que han cambiado dos cosas de manera fundamental: la capacidad de crecimiento de los animales y que hemos pasado a destetar algo más tarde para tratar de sacar animales con más peso. Quizá ha llegado la hora de que revisemos dosis o protocolos de administración; como una doble administración durante la lactación.

