El equipo de 333 Brasil tuvo el placer de asistir a un día de trabajo rutinario en una de las granjas del Grupo Tosh, ubicada en el estado de Tennessee, en Estados Unidos. Además de destacarse dentro de la producción porcina, la empresa juega un rol social relevante en la región, aspecto que será explorado a lo largo de esta serie de dos artículos.
El grupo cuenta con 41.000 cerdas reproductoras distribuidas en nueve granjas, con capacidades que van desde 2.500 hasta las 8.000 madres. Todas ellas operan bajo el sistema de producción UPD (Unidad de Producción de Destetados), en el que los lechones son transferidos a granjas asociadas cuando alcanzan aproximadamente las tres semanas de edad. El material genético utilizado es proporcionado por la propia granja.

El Grupo Tosh dispone también de una fábrica de piensos, que da empleo a unos 65 trabajadores. La planta utiliza maíz cultivado por Tosh Farms y agricultores locales, y produce aproximadamente 7.000 toneladas de pienso por semana para abastecer sus granjas.
Durante la visita, estuvimos en una granja con 6.000 cerdas reproductoras, en funcionamiento desde hace nueve años (Figura 1).

Foto 1: Una de las naves de la unidad visitada.
La cultura de la empresa
Como en la mayoría de las granjas porcinas de EE.UU., los lechones de la granja son destetados y transferidos a otras granjas de transición. Este sistema de producción en fases fue adoptado hace años, principalmente por cuestiones sanitarias, especialmente debido al virus PRRS (Síndrome Reproductivo y Respiratorio Porcino), que en EE.UU. causa pérdidas millonarias anualmente.
La empresa es de gestión familiar, cuenta con equipo propio y dispone de un veterinario exclusivo para atender las necesidades sanitarias de la granja. Él es responsable de diagnosticar las enfermedades, definir los protocolos de vacunación, así como del seguimiento y análisis de los índices zootécnicos. Además, este profesional lidera el plan de sostenibilidad de la unidad, uno de los principales pilares de la compañía, con foco en el uso racional de antibióticos, el bienestar animal y la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos.
Como parte de su estrategia de sostenibilidad y también para reducir costes y aumentar la productividad, la empresa utiliza subproductos de grandes cadenas alimentarias para la formulación de los piensos, como residuos de chocolate, de piensos para mascotas y de galletas. La fábrica de piensos está automatizada y la principal presentación del pienso es en forma granulada (pellets).
La cultura de seguridad en el trabajo también es muy importante en la granja. Se imparte formación frecuente sobre gestión de riesgos, especialmente sobre el manejo seguro de fosas de purines y silos.
En los últimos cinco años, el grupo ha ampliado su capacidad de producción en alrededor de 20.000 cerdas reproductoras. Para ello, además de arrendar granjas, la empresa también adquiere propiedades.
Actualmente, la mitad de las granjas ya funcionan con un sistema de gestación en grupo. El objetivo de la compañía es implementar este modelo en todas las granjas, alineándose con los estándares internacionales de bienestar animal.
Características del programa social de la granja
EE.UU., al igual que otras partes del mundo, enfrenta un gran desafío debido a la escasez de mano de obra en el campo, además de una alta rotación de personal. Sin embargo, en la granja visitada por el equipo de 333 Brasil, al menos los supervisores de área hace mucho tiempo que trabajan en la empresa, lo que es especialmente beneficioso para la consistencia de los procesos de manejo dentro de la producción.
En términos sociales, esta granja se destaca por desarrollar un importante proyecto dirigido a la comunidad local. Se contratan personas que cumplen condena o tienen deudas con la sociedad para trabajar durante el día. Este programa tiene como objetivo apoyar la reintegración social de estas personas y, al mismo tiempo, abordar la escasez de mano de obra. Un dato interesante es que la mitad de los participantes en este proyecto son mujeres.
Un punto especialmente interesante de esta iniciativa es el incentivo para que estos trabajadores, tras cumplir con sus condenas u obligaciones legales, puedan llegar a tener a futuro, sus propias granjas de engorde. Incluso si no siguen siendo empleados de la empresa, existe la posibilidad de convertirse en socios comerciales en el futuro.
El Grupo Tosh demuestra un fuerte compromiso social, invirtiendo no sólo en sus empleados, sino también en la comunidad que lo rodea. Con iniciativas como esta, la compañía, además de resolver problemas operativos, promueve un impacto social positivo y oportunidades reales de crecimiento para todos los involucrados.

Dinámicas de trabajo en la granja y el mercado porcino estadounidense
La rutina en las granjas de EE.UU. comienza temprano: la jornada laboral empieza a las 6h de la mañana y termina a las 13h. Después de ese horario, ya no hay más empleados en el lugar, una práctica muy común en el país. Para que este modelo funcione sin comprometer la productividad, el manejo debe ser extremadamente sencillo y eficiente, ya que la granja permanece sin supervisión durante gran parte del tiempo. En el caso de la granja visitada, hay un turno nocturno que llega a las 17h y permanece hasta la medianoche.
En cuanto al sistema de producción, el 70% de productores porcinos estadounidenses operan bajo un modelo de integración, donde los integradores juegan un papel relevante en el sector. Asimismo, las plantas procesadoras de carne están concentradas y dominadas por unas pocas grandes empresas.
En la granja visitada, la comercialización de los animales se realiza mediante contrato con JBS. La empresa cárnica garantiza la compra de la producción y el productor garantiza el suministro, una relación que asegura previsibilidad para ambas partes. Este tipo de contrato, revisado anualmente, puede tener una vigencia de varios años.
La situación actual del mercado porcino estadounidense supone un desafio. Durante los últimos 18 meses, los productores han estado operando con pérdidas. Se estima que, cada año, alrededor de 80.000 cerdas reproductoras abandonan la cabaña nacional, ya sea por falta de sucesión familiar o por desánimo con la actividad.
En el ámbito de la gestión, una tendencia que está cobrando fuerza en EE.UU. es la externalización total de la administración de las granjas. Se contratan a terceras empresas especializadas para encargarse de todo: desde el proyecto de la granja, pasando por el manejo diario, hasta la sucesión del negocio. La idea es profesionalizar tanto los aspectos técnicos como la transición entre generaciones. Entre las empresas más conocidas que operan en este modelo están Carthage y Pipestone.
Apuesta por la innovación y la automatización
La empresa tiene una visión clara sobre la dirección de la industria porcina y reconoce la necesidad de invertir constantemente en modernización y eficiencia.
Además del control ambiental, tema que se abordará en el próximo artículo, la granja que visitamos ya cuenta con importantes avances tecnológicos. Uno de ellos es el sistema de alimentación electrónica en la gestación, mediante máquinas ESF (Electronic Sow Feeding). La cerda entra en la estación, que identifica su chip y administra automáticamente la cantidad exacta de pienso según su curva de consumo individual. Este sistema, en funcionamiento desde hace 9 años, ha permitido mantener a las cerdas en excelente condición corporal, con una puntuación de 3 y 4 en la mayoría de los casos. La persona responsable de la unidad se muestra bastante satisfecha con los resultados.
En las salas de maternidad, la alimentación todavía se realiza mediante dosificadores volumétricos, similares a los que se utilizan en muchas partes del mundo. Sin embargo, la empresa ya considera migrar también a la alimentación electrónica en esta fase.
El recuento de lechones destetados se realiza mediante un sistema de cámaras, que está instalado entre el pasillo principal de la maternidad y la zona de carga. A medida que los lechones pasan, el sistema los cuenta automáticamente con una precisión del 99%, según el gerente de la granja. Debido al gran volumen de producción, no se realiza un recuento individual por cerda.
Una innovación adicional que atrajo nuestra atención fue el carro para transportar al verraco para la detección del celo. Controlado por control remoto, transporta al macho frente a las hembras con la ayuda de un solo operador. Esta tecnología ha permitido reducir a una sola persona el equipo dedicado a este manejo, y también disminuir a la mitad el número de machos de recela, ya que los animales ya no se cansan tanto por el proceso repetitivo.
En este primer artículo presentamos la cultura y las directrices de la empresa, además de brindar una visión general del mercado estadounidense. En el próximo, exploraremos con más profundidad el manejo dentro de la propia granja.