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Diagnóstico de la enfermedad entérica: principios generales

¿Qué puntos debemos tener en cuenta a la hora de tomar muestras para el diagnóstico de enfermedad entérica?

Es posible que el 70-80% de las enfermedades porcinas sean de origen alimentario o bien respiratorio. Para estas últimas, se pueden encontrar importantes programas de vacunación, pero para las primeras sólo se ha desarrollado la vacuna de la ileítis. La reciente eliminación de los promotores del crecimiento ha atraído la atención hacia problemas de control tanto de la disentería como de la ileítis porcina y ha demostrado la aparición de poblaciones de B. hyodysenteriae resistentes a antibióticos. Las restricciones al uso de óxido de cobre y de zinc han agravado aún más el problema. El control es probable que se acabe por realizar comprando ganado libre y con un correcto manejo.

Las nuevas técnicas, con el uso de dispositivos de escáner, pueden hacer posibles diagnósticos ante-mortem para enfermedades como Lawsonia, en la que puede haber un cambio en el grosor de la pared intestinal, o puede haber úlceras, o consumo de grandes cantidades de ovillos de pelo o piedras como ocurre con las cerdas alojadas en exterior.

Puntos a tener en cuenta en la toma de muestras

La muestra que se recoge con más facilidad para el diagnóstico de la enfermedad entérica es la muestra de heces. La muestra recogida del suelo es inservible, pero una muestra rectal fresca es el material perfecto. En muchos casos, la presencia de exceso de moco o sangre puede servir de orientación (por ejemplo, para disentería o ileítis). Por lo demás, la consistencia o su color es mucho más probable que sea reflejo de la dieta que del estado de enfermedad del cerdo. El envío por correo postal a un laboratorio de diagnóstico puede dar lugar a un diagnóstico solamente en el 20% de los casos, pero el envío de un cuerpo vivo o un cadáver reciente dará lugar a un diagnóstico en más del 80% de los casos.

La muestra fecal proporcionará una valiosa información en varios campos:

  • Se puede diluir con solución salina para su examen en fondo negativo para comprobar la presencia de virus digestivos.
  • Se puede usar para analizar toxinas mediante pruebas ELISA para detectar C. perfringens.
  • Se puede utilizar para microscopia electrónica de contraste de fases para detectar espiroquetas.
  • Se puede refrigerar (no congelar) para que la utilicen los parasitólogos.

En la mayoría de los casos, el sacrificio específico de animales gravemente enfermos en las etapas precoces de un brote de la enfermedad serán los casos más útiles de examinar en un examen post-mortem.

El segundo punto más importante es que el tracto digestivo está revestido por enterocitos con un elevado contenido de enzimas digestivas y su lumen está lleno de bacterias con la misma actividad. Por lo tanto, inmediatamente después de la muerte, el tracto digestivo se somete a autólisis RÁPIDA. Por ello es conveniente recoger una muestra fecal rectal inmediatamente y dejar intactos la parte superior del cuerpo y del tórax y hacer la disección de la pared abdominal para dejar al descubierto el contenido abdominal.

En la colocación de las diversas partes del tracto intestinal debe anotarse si existen desplazamientos o torsiones. Es importante el color y la textura global de las vísceras y también la presencia de líquido en el peritoneo. Puede encontrarse en pequeña cantidad (normal para permitir el deslizamiento de las vísceras) pero no en grandes cantidades como se puede encontrar en el edema intestinal (E. coli) y en infecciones por H. parasuis o S. suis. En el caso de H. parasuis puede estar acompañado de grandes cantidades de fibrina que puede estar o no organizada en forma de coágulos de fibrina amarilla o láminas de fibrina. El líquido abdominal con frecuencia es estéril y para aislar estos organismos se puede necesitar material de coágulos de fibrina y/o de lesiones. Estos organismos también son sensibles a la temperatura, de modo que la temperatura elevada inmediatamente después de la muerte o el descenso de temperatura terminal pueden ser perjudiciales para la recuperación de H. parasuis.

Condiciones entéricas de los cerdos en que se hace necesario investigación en laboratorio
Edema intestinal. Se debe realizar cultivo de E.coli y serotipado (O138, O139 y O141)
Enterocolitis por E.coli. Se debe realizar cultivo, identificación de los factores de virulencia e histología para mostrar la atrofía de las vellosidades.
Clostridium perfringens tipo C. Se necesita demostración del organismo, toxinas e histología para mostrar la atrofía de las vellosidades.

Hay otras tres razones principales para hacer un examen post-mortem tan pronto como sea posible después de la muerte:

  • En primer lugar, si se sospecha de la presencia de criptosporidios se tiene que recoger material tanto para una preparación de mucosa del intestino como para el análisis histológico antes de que los criptosporidios se desprendan del epitelio después de la muerte (aproximadamente 45-60 minutos).
  • En segundo lugar, para demostrar la presencia de formas coccidiales en el epitelio y la mucosa (I.suis en el cerdo de 3-15 días de edad y muchas otras especies, hasta 9 en algunos casos recientes aquí) se tiene que tomar en primer lugar una muestra de la mucosa del intestino grueso y delgado para una preparación que luego se pueda teñir en el examen post-mortem. También es imprescindible poner intestino fresco (en particular el epitelio) en fijador para histología con el fin de encontrar las formas coccidiales inmaduras en la mucosa.
  • Por último, es posible que la detección de infecciones neonatales precoces (GET, rotavirus, Clostridium perfringens tipos A y C, E. coli, coccidios) se pase por alto y el diagnóstico se acabe realizando en un cerdo de más edad que puede presentar deficiencias en el engorde. Esto probablemente se produce como resultado de la atrofia de las vellosidades asociada con cualquiera de los organismos mencionados anteriormente, pero para detectar esto se necesita epitelio intestinal del duodeno, el yeyuno y el íleon recogidos inmediatamente después de la muerte. La atrofia de las vellosidades se puede detectar con dificultad a simple vista, pero un lavado de la mucosa y un examen con una lupa mostrará fácilmente las vellosidades. El intestino debe abrirse a lo largo del borde mesentérico, limpiarse cuidadosamente y prender la serosa a la cartulina y luego sumergirla en formalina tamponada al 10% de modo que las vellosidades cuelguen en la formalina y se conserven así en su correcta posición. Entonces es fácil detectar la presencia y la gravedad de la atrofia de las vellosidades. Lo que probablemente provoca la atrofia más grave es el virus de la Gastroenteritis Transmisible, seguido de los rotavirus, coccidiosis, clostridios y E. coli.

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