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Cereales para lechones

En esta segunda entrega sobre el tema que nos ocupa este mes, R. Lázaro nos habla del arroz.
15 febrero 2006
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La prohibición de utilizar promotores de crecimiento de tipo antibiótico en el pienso ha potenciado el estudio de materias primas que reduzcan la incidencia de procesos entéricos y mejoren los parámetros fisiológicos y productivos de lechones recién destetados. El estrés producido por el cambio de una dieta líquida a sólida, el traslado, la separación de la madre y la mezcla de animales de distinta procedencia y microbismo perjudican el estatus inmunitario, nutricional y fisiológico de los lechones. El destete es una fase crítica en la vida del lechón, que se caracteriza por una reducción importante del consumo de alimento. Esta disminución del consumo, unida a que parte de los nutrientes ingeridos se derivan a la síntesis de proteínas relacionadas con el estrés, hace que los lechones no cubran sus necesidades de mantenimiento durante los primeros días postdestete. Todo ello repercute negativamente sobre el desarrollo del sistema digestivo y la productividad. Por ello, es de especial importancia potenciar el consumo de pienso en esta fase.

El arroz

El arroz es un cereal clave en alimentación humana y parte de los subproductos se destinan a alimentación animal. Pese a su mayor precio y menor disponibilidad con respecto a los cereales tradicionales, el arroz puede ser una alternativa a considerar en piensos de lechones. Los datos existentes sobre su valor energético digestible son escasos, pero se estima superior al del maíz (3.590 vs 3.550 kcal ED/kg de cereal procesado; FEDNA, 2003). Sin embargo, las diferencias son superiores cuando se valoran en energía neta (2.730 vs 2.630 kcal EN/kg de cereal procesado; FEDNA, 2003). El arroz presenta un alto contenido en almidón (70-75%), caracterizado por el pequeño tamaño de gránulo, por ser muy accesible para los enzimas y de tipo A (de mayor digestibilidad que los tipos B y C). Además, la cantidad de amilosa, almidón resistente y complejos lípido-amilosa que dificultan la accesibilidad de las amilasas endógenas es muy reducida. Por último, su contenido en polisacáridos no amiláceos es mínimo con respecto a otros cereales. Todo ello explica que el almidón del arroz sea más digestible que el del resto de cereales, convirtiéndolo en una alternativa de interés en piensos de arranque.

Trabajos realizados en nuestro departamento indican que la inclusión de niveles de arroz cocido entre el 20 y el 50% de la dieta mejora significativamente el consumo de pienso y el crecimiento de los lechones, con ligeras mejoras en la conversión alimenticia con respecto a animales que ingieren piensos isoenergéticos basados en maíz. Asimismo, la utilización del arroz mejora la integridad de la mucosa intestinal y la digestibilidad de la materia orgánica y del almidón. Trabajos australianos han demostrado de forma clara que en situaciones de alta incidencia de procesos entéricos producidos por E. coli hemolítico, Brachyspira spp. y otros microorganismos patógenos entéricos, la inclusión de arroz reduce de forma significativa el índice de diarreas en lechones recién destetados.

El procesado térmico moderado del arroz higieniza el producto e incrementa la digestibilidad de los nutrientes con respecto al cereal sin procesar, aunque los efectos son menos pronunciados que en otros cereales. Se acepta por la industria que un buen grado de gelatinización del almidón implica una mejor digestibilidad del mismo. Sin embargo, no se ha demostrado de forma clara que exista correlación positiva alguna entre el grado de gelatinización (determinado mediante el método enzimático) y la digestibilidad del almidón en los cereales. Un procesado térmico excesivo puede ser contraproducente, ya que el calor favorece la formación de complejos lípido-amilosa e incrementa la proporción de almidón resistente que llegará sin digerir a las últimas porciones del tracto digestivo. En el caso del arroz los procesados enérgicos aumentan el grado de gelatinización del almidón con respecto a procesados moderados, pero tienden a empeorar la morfología de la mucosa intestinal, sin mejorar la digestibilidad de los nutrientes. Parece pues razonable pensar que el procesado severo es más conveniente en granos con almidón protegido (caso del maíz y de los guisantes) que en cereales como el arroz, cuyo almidón es de fácil accesibilidad.

Conclusiones

En condiciones prácticas de piensos sin antibióticos y con la problemática actual de las granjas comerciales, es recomendable utilizar arroz procesado térmicamente en piensos prestarter de lechones desde el destete hasta 11-12 kg de peso. Los niveles de uso pueden variar entre un 15 y un 45%, dependiendo del nivel de óxido de zinc y plasma animal que incluyan las dietas.

Escribe R. Lázaro rosa.lazaro@upm.es

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