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Asignación de recursos alimentarios en la selección por prolificidad

Investigadores noruegos han desarrollado un modelo en ratones para analizar la asignación de recursos alimentarios relacionándolo con el tamaño de camada. Para cuantificar estos patrones de asigna...
26 junio 2001
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Investigadores noruegos han desarrollado un modelo en ratones para analizar la asignación de recursos alimentarios relacionándolo con el tamaño de camada.

Para cuantificar estos patrones de asignación de recursos alimentarios se utiliza el RFI (alimento ingerido residual), que se calcula como sigue:

Total alimento consumido = media + alimento para mantenimiento + alimento para crecimiento + alimento para producción + RFI

El RFI es el alimento disponible para todos los procesos no incluidos en la fórmula, como por ejemplo la actividad física o para superar factores inesperados de estrés. Un animal con un RFI negativo utiliza menos alimento para todos los procesos respecto a un animal medio de la población y se considera más eficiente. Igualmente un animal con un RFI positivo utiliza más alimento y es menos eficiente.

El estudio comparó dos líneas de ratones, una seleccionada para el tamaño de camada (S) y otra control (C).

Los resultados indicaron que la selección por el tamaño de camada en la línea-S produce un aumento del peso corporal y del alimento consumido. El RFI no fue distinto entre líneas durante la fase de crecimiento de los ratones, en la fase adulta (hasta la fase reproductiva) las hembras S tuvieron un mayor RFI, presentando por tanto un mayor "tampón" de recursos que pueden utilizarse durante la lactación y gestación. En estas fases reproductivas, la línea S presentó un menor RFI que la C, indicando que las hembras S son capaces de utilizar más alimento para mantener a sus crías que las control, aunque a expensas de un elevado coste sobre su propio metabolismo. La mortalidad pre-destete fue mayor en la línea S que en la C (36% vs. 18%) y el grado de madurez (% de peso corporal respecto al peso adulto) fue un 25% menor para los hijos de la línea S. Estos datos demuestran que el elevado gasto alimentario de las hembras S no fue suficiente para proporcionar una adecuada cantidad de recursos a sus descendientes.

En las cerdas comerciales cabe esperar que esta situación de recursos alimentarios negativos sea aún más severa, debido a que la selección se ha hecho por un aumento en magro además de por un mayor tamaño de camada. Si el aumento del tamaño de camada no puede mantenerse con la ingesta de alimento, se produce una redistribución de los requerimientos maternos hacía los descendientes o una disminución del desarrollo de los descendientes. En el caso de los ratones suceden ambas cosas. Además de intentar ajustar la alimentación durante la gestación y la lactación a las necesidades nutricionales, y de acuerdo con la teoría de la redistribución de recursos, es importante considerar objetivos de selección que tengan en cuenta una amplia perspectiva. Si los cambios genéticos se producen muy rápidamente, puede faltar tiempo para que la población se adapte; algo que puede tener una repercusión mucho mayor si la introducción de nuevo material genético en una población en equilibrio se hace por transferencia de genes. Esto hace pensar que las mejoras productivas y reproductivas deben ser lentas.

W.M.Rauw. 2001. Jornada técnica: factores que afectan a la eficiencia y la calidad en el ganado porcino. Vic. España.

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