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17. Sistemas de alojamiento de cerdas gestantes en grupo (I)

Esta quincena en "Comportamiento" hablaremos sobre los sistemas de alojamiento de las cerdas en grupo y su efecto sobre el bienestar.

Introducción

Figura 1. El alojamiento en jaulas supone una restricción importante de movimientos y da lugar a alteraciones de comportamiento y diversas patologías, como úlceras en diferentes partes del cuerpo.

Con la nueva legislación europea se pretende evitar o reducir los principales problemas de bienestar en cerdas gestantes. El alojamiento en jaulas conlleva el desarrollo de estereotipias, apatía, estrés social (por no poder resolver las interacciones con los animales vecinos), cojeras y úlceras decubitales provocadas por la restricción de espacio.

Las estereotipias son, sin duda, el problema de bienestar más estudiado en cerdas gestantes. El término "estereotipia" hace referencia a cualquier secuencia de movimientos que sea repetitiva, invariable y sin función aparente. En el Video 1 se pueden ver las principales estereotipias descritas en cerdas gestantes.

Video 1. Las estereotipias más frecuentes en cerdas gestantes consisten en (1) morder las barras de la jaula, (2) hacer movimientos de masticación con la boca vacía frecuentemente acompañados de salivación excesiva, (3) manipular el comedero una vez acabada la ración y (4) manipular el bebedero, a veces con ingestión de grandes ingestiones de agua.

Según algunos estudios, del 20 al 100% de cerdas en jaulas desarrollan estereotipias e invierten entre el 10 y el 50% de su tiempo en ellas. Las realizan sobre todo después de comer y su frecuencia aumenta a medida que aumenta el número de parto. Las estereotipias indican dificultad de adaptación al ambiente y suponen un coste energético adicional que puede empeorar la condición corporal de las cerdas.

Las causas de las estereotipias no se han establecido con claridad aunque parecen ser el resultado de la interacción entre dos factores. En primer lugar, la restricción de alimento causa una sensación de hambre crónica que dura toda la gestación. Se ha comprobado que aumentando el aporte energético o aportando alimentos más fibrosos se reduce la incidencia de estereotipias, probablemente debido a que aumenta la sensación de saciedad y el tiempo de ingestión. El segundo factor es la restricción de conducta impuesta por el sistema de alojamiento. Aunque éste parece ser menos importante, se ha visto que las cerdas hambrientas en condiciones seminaturales no realizan estereotipias y que éstas disminuyen cuando se alojan en grupo.
Otros factores que intervienen son el nivel general de estrés y la facilitación social (las cerdas alojadas al lado de otras que realizan estereotipias tienen más probabilidades de presentar estereotipias). Además, es importante entender que en estas conductas existe mucha variabilidad entre individuos.

Pero el alojamiento en grupo también presenta problemas de bienestar. La supervisión de los animales en grupo es más laboriosa, lo que complica la detección de problemas nutricionales, patológicos y de comportamiento. Además, las cerdas alojadas en grupo durante la gestación presentan más problemas de adaptación a la jaula de parto, lo que puede contribuir a una mayor mortalidad neonatal. Pero el problema más importante es el incremento de lesiones y estrés causados por agresiones y montas entre animales. Las montas se producen cuando las cerdas abortan y muestran nuevamente celo.

Video 2. Las agresiones con contacto físico suelen darse las primeras 24 horas tras la mezcla de animales. Posteriormente, las agresiones se reducen habitualmente a simples gruñidos.

Las agresiones se producen principalmente al agrupar o reagrupar animales y permiten establecer una jerarquía. En general, las agresiones con contacto físico se observan principalmente durante las primeras 24 horas tras la reagrupación de animales. De todos modos, es importante tener en cuenta factores como el diseño de la instalación, el tamaño del grupo y el manejo al mezclar animales. Además, se reducen las agresiones si las cerdas disponen de suficiente espacio para eludir los ataques de sus compañeras y de vallas para esconderse. En los grupos grandes, se reduce el número de agresiones ya que se forman subgrupos y cada animal dispone de un mayor espacio para eludir los ataques. Por lo tanto, y siempre que sea posible, es preferible formar grupos grandes.

Uno de los sistemas sugeridos es el de grupos dinámicos, en los que existe un flujo regular de animales (unas salen hacia la sala de maternidad y otras llegan de las jaulas de gestación iniciales). En estos casos, es preferible introducir varios animales a la vez y exponer previamente a los animales del grupo ya formado a estímulos visuales, auditivos u olfativos procedentes de los individuos que van a ser introducidos.

Una vez establecida la jerarquía, el nivel de agresiones se ve afectado por el grado de competencia por los recursos. En ocasiones, hasta un 10% de animales son incapaces de adaptarse a sistemas de alojamiento en grupo debido a la competencia por el alimento. Es importante por tanto escoger un sistema de alimentación que minimice la competencia. La administración de una fuente de alimento de baja densidad como la paja o la pulpa de remolacha podría ser de gran ayuda.

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