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Los antimicrobianos y antibióticos se definen como una sustancia natural, semisintética o sintética, que inhibe la actividad o elimina microorganismos. Estos son ampliamente utilizados alrededor del mundo en animales y humanos, con tal de prevenir y tratar enfermedades infecciosas. Si bien, su uso en animales de producción se enfoca en disminuir la incidencia y mortalidad causada por agentes infecciosos, se ha establecido una correlación entre el uso de antibióticos y la resistencia a ellos, por parte de los microorganismos ^1-3.

Es por esto, que cobra especial relevancia la correcta administración de antimicrobianos y antibióticos que se utilizan para tratar cuadros infecciosos, respondiendo a las siguientes interrogantes, por qué, cuándo y cómo administrar los productos, al momento de tomar la decisión de medicar.

Como decíamos anteriormente, podemos utilizar estos productos de forma terapéutica o profiláctica. El uso terapéutico de antibióticos tiene como objetivo tratar animales infectados individualmente, mientras que el uso profiláctico reduce la posibilidad de los animales de contraer la enfermedad. Bajo estos conceptos, es más eficiente tratar un grupo de animales a través del alimento o agua llegando a un mayor número en menor tiempo. Este procedimiento es conocido como metafilaxis ^3-5.

Beneficios

La administración de antibióticos en alimentos nos permite tratar grandes cantidades de animales de manera terapéutica o profiláctica, además de tener menor riesgo de sub o sobre dosificación sin la necesidad de manipular animales. Sin embargo, estos procedimientos siempre deben ser asesorados por un médico veterinario, para evitar la aparición de cepas bacterianas resistentes a antibióticos ¹².

Consideraciones

Para poder administrar cualquier fármaco a los animales, es necesario tener un diagnóstico, seguido por la noción de los antimicrobianos disponibles para tratar la patología de manera segura y eficiente ¹.

Al momento de tener la mezcla es necesario que sea homogénea, se conserve por el tiempo prescrito de administración, y se cumpla con la dosis recomendada.

Al medicar animales que cursan con cuadros clínicos, es necesario considerar que su consumo estará reducido, por lo que, implica que se debe aumentar la concentración, cuando las características farmacológicas lo permitan ^12,13.

Cuando medicamos animales, es importante considerar que los tiempos de resguardo varían en cada fármaco, por lo que, puede ser impracticable en cerdos terminales ^12,13.

Ventaja de productos formulados

El uso terapéutico de los antibióticos es esencial para la mantención de la salud animal, pero al adicionar el fármaco al alimento, puede llevar a errores en el cálculo de dosis, homogeneidad, estabilidad y posibilidad de ser almacenado, manteniendo la formulación antibacteriana, en premezcla y alimento medicado ¹⁸.

Para evitar las posibilidades de contaminación e inactivación de antimicrobianos, es importante suministrar productos formulados, que cumplen con los estándares de seguridad para su correcta administración.

Consideraciones para un premix

La administración de medicamentos a través del alimento, es considerado el método más utilizado en producción intensiva. Teniendo en consideración la rigurosidad de la administración de estos fármacos, para evitar la posibilidad de crear microorganismos resistentes a antibióticos ^15-17.

Se debe considerar:

• Tiempo de mezclado
• Interacción con otros medicamentos o productos
  • Anibióticos
  • Acidificante
• Limpieza de líneas de producción
  • Residuos de antibióticos
  • Contaminación cruzada (resistencia)
• Programación de producción
  • Producir dietas medicadas al final, evitar que estas precedan a las dietas finales
  • Aprovechar dietas iniciales o de reproductores para limpieza de líneas

Errores comunes

• Cambios en la concentración del producto sin aviso
• Aplicar dietas distintas a la programada
• Equivocación en galpón de administración de dieta medicada

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Referencias

1. O’Neill, J. (2014). Antimicrobial resistance: Tackling a crisis for the health and wealth of nations.
2. Pagel, S.W.; Gautier, P. (2012) Use of antimicrobial agents in livestock. Rev. Sci. Tech., 31, 145–188.
3. Simoneit, C., Burow, E., Tenhagen, B. A., & Käsbohrer, A. (2015). Oral administration of antimicrobials increases antimicrobial resistance in E. coli from chicken–a systematic review. Preventive veterinary medicine, 118(1), 1-7.
4. Kahn, L. H., Bergeron, G., Bourassa, M. W., De Vegt, B., Gill, J., Gomes, F., ... & Storrs, C. (2019). From farm management to bacteriophage therapy: strategies to reduce antibiotic use in animal agriculture. Annals of the New York Academy of Sciences, 1441(1), 31.
5. Vermeulen, B., De Backer, P., & Remon, J. P. (2002). Drug administration to poultry. Advanced drug delivery reviews, 54(6), 795-803.
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7. Leggett, J. E., Fantin, B., Ebert, S., Totsuka, K., Vogelman, B., Calame, W., ... & Craig, W. A. (1989). Comparative antibiotic dose-effect relations at several dosing intervals in murine pneumonitis and thigh-infection models. Journal of infectious diseases, 159(2), 281-292.
8. Vogelman, B. S. J. J. S. W., Gudmundsson, S., Leggett, J., Turnidge, J., Ebert, S., & Craig, W. A. (1988). Correlation of antimicrobial pharmacokinetic parameters with therapeutic efficacy in an animal model. Journal of infectious diseases, 158(4), 831-847.Craig, W. A. (1998). Pharmacokinetic/pharmacodynamic parameters: rationale for antibacterial dosing of mice and men. Clinical infectious diseases, 26(1), 1-10.
9. Craig, W. A. (1997). Postantibiotic effect and the dosing of macrolides, azalides, and streptogramins. Expanding indications for the new macrolides, azalides, streptogramins, 27-38.
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