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¿Pueden ayudarnos los exoesqueletos a la hora de vacunar a los lechones?

Se probaron dos modelos de exoesqueletos en granjas para evaluar si mejoraban las condiciones de trabajo durante la vacunación de los lechones.

En la producción porcina, muchos ganaderos se quejan de problemas de espalda, que atribuyen a su trabajo. Las tareas que requieren levantar numerosos lechones en poco tiempo, como los cuidados en maternidad o las vacunaciones, ejercen una gran presión sobre la espalda. Existen soluciones para evitar inclinarse, como las fosas de vacunación o los elevadores para lechones. Sin embargo, estas soluciones son poco adoptadas por miedo a perder tiempo. Algunos ganaderos también prefieren una sujeción individual de los lechones para garantizar una buena calidad de la vacunación.

Los exoesqueletos son dispositivos que una persona lleva puestos y que proporcionan asistencia física para realizar un movimiento determinado (por ejemplo, inclinarse, levantar los brazos en la sala de ordeño, etc.). Con el fin de evaluar su interés para mejorar las condiciones de trabajo durante las vacunaciones, la MSA Armorique y la Cámara de Agricultura de Bretaña probaron dos modelos, con el apoyo técnico de la consultora AGB Solutions.

Los dos modelos seleccionados eran exoesqueletos pasivos (es decir, no motorizados) que proporcionaban asistencia para la posición de "torso inclinado a más de 45°". Ambos modelos eran ligeros (aproximadamente 1 kg). La asistencia se proporcionaba, en un caso, mediante elásticos en la espalda y, en el otro, mediante varillas de carbono en la parte frontal del cuerpo.

Tabla 1. Comparación de los dos exoesqueletos utilizados en el estudio

Modelo <p>2</p>
<p>3</p>
Puntos de apoyo Hombros
Cintura
Parte superior de los muslos
Hombros
Caderas
Por encima de las rodillas
Sistema de asistencia para el esfuerzo

Elásticos cruzados

en la espalda

Fibras de carbono

desde muslos hasta parte

frontal de los hombros

Peso 900 g 1100 g

*Crédito de la foto de exoesqueletos: Chambre d'Agriculture Bretagne.

Pruebas realizadas

En una primera fase, se realizaron pruebas en condiciones controladas, pidiendo a cuatro personas que levantaran pesos de 3, 6, 8 y 12 kg y realizaran movimientos específicos. Cada una de las cuatro personas ejecutaba tres veces estas series de movimientos, llevando, en un orden aleatorio, uno, otro o ninguno de los exoesqueletos.

En una segunda fase, ocho ganaderos y ganaderas con experiencia llevaron los mismos exoesqueletos probados en condiciones controladas pero esta vez durante sesiones de vacunación de lechones. Durante la misma sesión, la persona involucrada en la prueba utilizaba, en un orden aleatorio, uno, otro o ninguno de los exoesqueletos.

En ambas fases de las pruebas, se evaluaron distintos aspectos de las condiciones de trabajo: el tiempo de ejecución de la tarea, la percepción del usuario (comodidad, rozaduras, facilidad de uso, etc.), la actividad cardíaca y la actividad de seis músculos: dos en la espalda, dos en los hombros y dos en los muslos. También se realizó un examen médico previo para verificar la ausencia de contraindicaciones y evaluar el nivel de dolor en 21 partes del cuerpo.

Ganaderos porcinos testando el uso de exoesqueletos al vacunar a los lechones. Fuente: C&aacute;mara de Agricultura de Breta&ntilde;a.

Ganaderos porcinos testando el uso de exoesqueletos al vacunar a los lechones. Fuente: Cámara de Agricultura de Bretaña.

Resultados

Las pruebas en condiciones controladas (con pesos), mostraron una reducción significativa del esfuerzo muscular en la espalda, entre un -4 % y un -19 % según el músculo, el movimiento y el modelo. Esta disminución iba acompañada de un mayor esfuerzo en los músculos de los muslos.

Sin embargo, las pruebas realizadas durante la vacunación mostraron un aumento significativo del esfuerzo en la espalda: +16 % con un modelo y +37 % con el otro. El esfuerzo también aumentó considerablemente en los muslos.

Esta diferencia entre ambas pruebas se explica probablemente por la variación en los movimientos. En las pruebas con peso, los participantes siempre sostenían una carga estática frente a ellos. En cambio, durante la vacunación, los lechones eran agarrados en un lado del separador y soltados en el otro. Los exoesqueletos, diseñados para acompañar el movimiento de 'inclinarse y enderezarse', no estaban adaptados a movimientos de torsión, lo que probablemente generaba rozaduras y obligaba al usuario a realizar un mayor esfuerzo.

Limitaciones de los exoesqueletos en vacunación: mejor evitar levantar cargas

Los dos modelos probados, y en general aquellos diseñados para trabajar en posición frontal, no reducen el esfuerzo en la espalda durante la vacunación. Para mejorar las condiciones de trabajo durante la vacunación de los lechones, es preferible implementar dispositivos que eviten tener que levantar y manipular los lechones, como los fosos o los sistemas elevados para vacunación.

Este estudio ha contado con el apoyo financiero de la MSA Armorique, de France 2030 Territoires d’Innovation y del Programa Regional de Desarrollo Agrícola y Rural de Bretaña.

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