Ofrecer oportunidades para expresar comportamientos gratificantes es un enfoque prometedor para mejorar la calidad de vida de cerdos criados en sistemas intensivos. El comportamiento de juego se ha asociado con estados de excitación y diversión, lo que sugiere que los animales que juegan experimentan emociones positivas. Los cerdos juegan intensamente entre las 2 y 6 semanas de vida, disminuyendo progresivamente con la edad.
Objetivo: Para determinar si ofrecer oportunidades de juego podría mejorar la calidad de vida de los cerdos, este estudio investigó si el juego puede fomentarse y mantenerse más allá del periodo natural de expresión en un entorno comercial. También se exploró si el juego genera efectos positivos en los cerdos y su efecto sobre la ganancia media diaria y los parámetros fisiológicos relacionados con el estrés.

Métodos: Los cerdos de engorde (n = 288, 10 semanas de edad), alojados en corrales estándar parcialmente emparrillados, fueron asignados a un tratamiento control sin intervenciones de juego (CON, 1 m2/cerdo); o a un tratamiento con objetos novedosos (NOV) o corral de juego (CJ), con promoción del juego entre las 10 y las 21 semanas mediante sesiones 3 veces por semana. Los tratamientos de juego consistieron en la provisión intermitente de objetos novedosos destructibles, ya sea en el corral principal (NOV, 1 m2/cerdo) o en un "corral de juego" que proporcionaba un espacio cerrado adicional (CJ, 2,9 m2/cerdo). Para saber si el juego era positivo, se registró la frecuencia y duración del comportamiento anticipatorio antes de las sesiones de juego, mientras que el comportamiento de juego, junto con indicadores de valencia emocional como la vocalización y la postura de la cola y las orejas, se registraron durante las sesiones de juego en cerdos seleccionados (n = 144) a las 11, 16 y 21 semanas. Para explorar la respuesta fisiológica al juego, se recogió saliva antes y después del juego, se analizó el cortisol y la alfa-amilasa y se calculó la tasa de crecimiento a partir de los pesos de entrada y salida del ensayo.
Resultados: Los cerdos de los grupos NOV y CJ jugaron con mayor frecuencia y durante más tiempo a lo largo del estudio en comparación con los del grupo CON. No se observaron diferencias en la frecuencia y duración del juego entre los grupos NOV y CJ, salvo en la semana 21, donde CJ mostró mayor frecuencia de juego. Los grupos con tratamientos de juego expresaron más comportamientos anticipatorios e indicadores conductuales asociados a experiencias positivas (orejas relajadas hacia adelante, movimiento de la cola, gruñidos) que el grupo control. Solo el grupo NOV mostró un aumento de cortisol tras el juego en comparación con CON, mientras que no se observaron diferencias en la alfa-amilasa ni en la tasa de crecimiento entre tratamientos.
Conclusión: El juego se promovió y mantuvo con éxito hasta la fase final de engorde y se expresó por igual independientemente del espacio adicional. Los cerdos con oportunidades de juego mostraron indicadores de que el juego es una actividad gratificante y motivadora y podría mejorar la calidad de vida de los cerdos de granja.
Karolína Steinerová, Sarah E. Parker, Jennifer A. Brown, Yolande M. Seddon, The promotion of play behaviour in grow-finish pigs: the relationship between behaviours indicating positive experience and physiological measures, Applied Animal Behaviour Science, 2024, 106263, ISSN 0168-1591, https://doi.org/10.1016/j.applanim.2024.106263.