Abstracts - Nutrición

La suplementación con glutamina de piensos de primera edad tiene un ligero efecto positivo sobre el IC de los lechones.

La L-carnitina y el tripicolinato de cromo ejercen un efecto sinérgico sobre le metabolismo energético del cerdo.

El probiótico administrado a las madres mejora significativamente el rendimiento productivo de los lechones durante la lactancia.

En este experimento el extracto de Echinacea administrado al 2% mejoró los rendimientos productivos del grupo control y ofreció resultados equivalentes al Mecadox.

Solamente el cromo de levaduras mejoró significativamente los rendimientos productivos, aunque la mayor biodisponibilidad la mostraron el tripicolinato de cromo y el ligado a metionina.

El nivel de alimentación no afecta las pérdidas endógenas de aminoácidos totales pero aumenta las de aminoácidos esenciales.

El tratamiento térmico de la cebada mejoró el rendimiento de los lechones recién destetados. La suplementación enzimática ejerció un efecto modesto y no significativo durante de la tercera y cuarta semanas.

El ácido fórmico solo o mezclado con sorbato potásico constituye una buena alternativa a la avilamicina al menos durante el periodo de acabado.

La inclusión de cantidades crecientes de torta de colza reduce la ingestión, oscurece el color de la carne y aumenta el contenido en AGPI que empeora la valoración organoléptica de la carne.

Una prueba más de que la soja transgénica no afectó el rendimiento productivo ni la calidad de la canal y la carne del cerdo.

Los lechones que consumieron el pienso suplementado con tributirin y lactitol crecieron mejor que los que consumieron cada aditivo por separado o el pienso control.

La creatina monohidrato no afecta a los rendimientos productivos pero aumenta la firmeza de la carne y mejora la retención de agua.

Los resultados muestran que el balance electrolítico no afectó las necesidades energéticas totales aunque modificó las diurnas destinadas al mantenimiento.

Los guisantes se mostraron tan competitivos como la soja y las habas superaron a los altramuces como fuentes de proteína para dietas de transición.

Comparado con la caseína, la administración de leguminosas en el pienso generó una modificación de la estructura de la mucosa intestinal y redujo la actividad enzimática.

Dentro del mismo sexo, el potencial de crecimiento magro de los animales no modificó el efecto de la betaína sobre la composición de la canal.

Tanto el nivel de proteina de la ración como el sexo de los animales pueden modificar el impacto de la betaína sobre el espesor de grasa dorsal.

La suplementación de la ración con lecitinas no mejoró los rendimientos productivos ni la digestibilidad de dietas que contenían un 5% de aceite de soja o manteca.

La restricción de energía tuvo un impacto negativo sobre la entrada en la pubertad pero provocó un aumento del número de folículos.

Los cambios en la composición de los tejidos de los lechones como respuesta a incrementos en la ingestión de aceites poliinsaturados por parte de sus madres no fueron lineales.

Los resultados indican que con harinas de extracción de origen vegetal existe una relación inversa entre el contenido en fibra y la digestibilidad ileal de los aminoácidos.

La suplementación con tripicolinato de cromo durante la cría apenas afectó la respuesta humoral de la cerda o el lechón en los dos primeros partos.

La reducción del nivel de proteina no afectó significativamente ni el crecimiento ni el comportamiento reproductivo y unicamente aumento las reservas grasas de la cerda.

Utilizando comederos multiespacio para lechones en transición, el pienso seco mejora el índice de conversión con relación al húmedo.