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El patrón de consumo preparto puede mejorar el rendimiento de la camada al destete

¿Cómo influye la alimentación los días previos al parto sobre el peso del lechón al nacimiento? ¿Y sobre el peso al destete?

En trabajos previos hemos demostrado como la alimentación de precisión durante la lactación nos permite conocer de mejor manera el comportamiento alimentario de cada cerda, pudiendo adaptar la curva de consumo a cada situación en particular. De esta manera podemos optimizar el consumo y minimizar además el desperdicio de pienso. En este sentido, parece claro que durante la lactación las cerdas siguen unos patrones de alimentación marcados que condicionarán los rendimientos productivos en los ciclos posteriores (Koketsu et al, 1996).

Además, en el último mes de gestación aumentan las necesidades debidas al crecimiento fetal y reproductivo (crecimiento de la placenta, útero y mamas). Por lo tanto, si la alimentación no es la adecuada (tanto en cantidad como en composición nutricional) la cerda movilizará reservas corporales (grasa y proteína) para mantener la tasa adecuada de crecimiento fetal y tejidos reproductivos (Theil et al., 2011). Es importante tener en cuenta también que la producción de calostro aumenta durante la última semana de gestación (Devillers et al., 2006), y aunque la posterior producción de leche depende en gran medida del potencial genético, también influye el consumo de alimento (Hartmann et al., 1997).

Sin embargo, hay cierta discrepancia en lo que se refiere a la alimentación periparto. Algunos autores plantean un incremento progresivo desde el momento que las cerdas entran en la sala de maternidad; otros son partidarios de una alimentación ad libitum desde ese mismo momento; pero también hay quien prefiere restringir la alimentación de la cerda los días previos al parto.

En este sentido, el uso de máquinas de alimentación electrónica (imagen 1), permiten la administración más controlada de la cantidad diaria de pienso determinada según el comportamiento alimentario de cada cerda. Además, la posibilidad de administrar el pienso en más tomas evita que la cerda “se pegue atracones” y tenga un consumo más distribuido a lo largo del día.

Imagen 1. Comederos electrónicos en maternidad instalados en la granja comercial (Centro de Experimentación Porcino, Aguilafuente, Segovia) donde se realizó el estudio.
Imagen 1. Comederos electrónicos en maternidad instalados en la granja comercial (Centro de Experimentación Porcino, Aguilafuente, Segovia) donde se realizó el estudio.

Trabajos recientes (Martí et al., 2019) han evaluado la alimentación ad libitum frente a una reducción gradual en el consumo acorde al patrón alimentario de cada cerda los días previos al parto. Estos autores no encontraron diferencias en los rendimientos reproductivos (número de lechones nacidos vivos, muertos, momificados o destetados), aunque no evaluaron el posterior desarrollo de la camada en términos de crecimiento.

Por lo tanto, aunque en la bibliografía no se hayan detectado diferencias en el número de lechones, el incremento del aporte de pienso al final de la gestación, así como la distribución del consumo de la cerda en más tomas, podría mejorar la vitalidad y el peso de los lechones al nacimiento, pero también su rendimiento al destete, debido al mayor desarrollo mamario.

En un trabajo reciente (datos no publicados) hemos comparado el aporte de dos cantidades diferentes de alimento a las cerdas los días previos al parto en base a su efecto en los rendimientos productivos. Los dosificadores electrónicos se programaron de manera que la cerda pudiera disponer de la cantidad de pienso asignada, distribuido en 6 tomas diarias. En cada toma la propia cerda puede decidir cuánto pienso recibir, sin poder excederse del máximo programado. Al Lote 1 se le ofreció la cantidad habitual de la granja en esta fase final de gestación, incrementada en un 20% (máximo total de 2,80 kg/día). En este Lote 1 se registró un consumo medio de 2,11 kg/día. Al Lote 2 se le suministró un mayor aporte de pienso, hasta un máximo de 4,20 kg/día, y se registró un consumo medio de 3,66 kg/día, lo que representa casi un 75% más de ingesta diaria en comparación al Lote 1. Tras el parto a ambos lotes se les suministró la misma cantidad de pienso incrementado gradualmente la oferta de del mismo hasta alcanzar un máximo de 9,24 kg/día a partir del día 14 de lactación.

En la figura 1 se presenta el consumo de ambos lotes desde su entrada a maternidad hasta el destete (día 28 de lactación). Se observa de manera clara como, efectivamente, las cerdas de ambos lotes presentaron un consumo distinto en el periodo preparto. Sin embargo, estas diferencias de consumo no se tradujeron en diferencias en el peso de los lechones nacidos vivos (P>0,05), independientemente de si las cerdas eran primíparas o multíparas (figura 2A).

Figura 1. Consumo de pienso desde el día 107 de gestación hasta el destete (día 28 de lactación) de cerdas alimentadas con un máximo de 2,8 kg/día (Lote 1) y 4,2 kg/día (Lote 2) de pienso durante los días previos al parto.
Figura 1. Consumo de pienso desde el día 107 de gestación hasta el destete (día 28 de lactación) de cerdas alimentadas con un máximo de 2,8 kg/día (Lote 1) y 4,2 kg/día (Lote 2) de pienso durante los días previos al parto.

De igual manera en la figura 1 se muestra como una vez han parido, el comportamiento alimentario de las cerdas en ambos lotes se iguala, presentando un incremento en el consumo progresivo similar durante las dos primeras semanas de lactación. Cabe destacar como el lote de cerdas que consumió más los días previos al parto, volvió a mostrar un mayor consumo del pienso al alcanzar el pico de lactación (en torno al día 20 de lactación). Esta variación en el consumo sí se tradujo en diferencias en el peso de los lechones en el momento del destete, aunque solo en el caso de las cerdas multíparas. Los lechones procedentes de cerdas multíparas que tuvieron un mayor consumo preparto y en el pico de lactación, registraron un mayor peso (8,87%) en el momento del destete que aquellos procedentes de cerdas multíparas cuyas madres consumieron menos pienso los días previos al parto (9,21 vs 8,46 kg, respectivamente; P<0,05) (figura 2B).

Figura 2. Peso vivo de los lechones en el momento del nacimiento (A) y el momento del destete (d&iacute;a 28 de lactaci&oacute;n) (B) de cerdas prim&iacute;paras y mult&iacute;paras alimentadas con un m&aacute;ximo de 2,80 kg/d&iacute;a (Lote 1) y 4,20 kg/d&iacute;a (Lote 2) de pienso durante los d&iacute;as previos al parto.
Figura 2. Peso vivo de los lechones en el momento del nacimiento (A) y el momento del destete (día 28 de lactación) (B) de cerdas primíparas y multíparas alimentadas con un máximo de 2,80 kg/día (Lote 1) y 4,20 kg/día (Lote 2) de pienso durante los días previos al parto.

El mayor peso de los lechones al destete en el lote 2 podría deberse a que el mayor consumo de pienso por parte de las cerdas los días previos al parto, y posteriormente en el pico de lactación, haya favorecido el desarrollo mamario, y, por tanto, la producción de leche disponible para los lechones.

A pesar de la controversia con relación a la alimentación periparto, bajo las condiciones de campo en las que se ha realizado este estudio, podemos concluir que el consumo de las cerdas los días previos al parto no afecta al peso individual de los lechones en el momento del nacimiento, aunque un mayor consumo se traduce en lechones de mayor peso en el momento del destete. Estos sistemas que permiten alimentar a la cerda según su voluntad, pero siempre supervisada y referida a un curva patrón para su genética y número de parto, ayudan a mejorar los resultados productivos de los lechones al destete.

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