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Características de las dosis de semen: volumen, concentración y conservación

Siguiendo con la serie de artículos en la que el especialista en reproducción e inseminación artificial porcina Javier Gil nos está dando los puntos clave acerca de un adecuado manejo para mejorar la fertilidad y la prolificidad, en este artículo se detallarán aspectos importantes acerca de las dosis seminales y su conservación.

¿Qué volumen y concentración de la dosis seminal son los adecuados?

Durante el periodo de investigación, previo a la puesta en marcha de la técnica a nivel de campo, quisimos saber cuál era el límite inferior que asegurara niveles de fecundación satisfactorios. Se llegó a inseminar lotes de cerdas con dosis de 3 ml y una concentración de 100 millones de espermatozoides viables que, una vez infundidas en la cánula post cervical, eran impulsadas con otros 15 ml de diluyente para asegurar que toda la dosis alcanzaba el útero, además garantizar un volumen mínimo con el que la mecánica uterina pudiera movilizar el semen. En estas condiciones se obtuvo la misma fertilidad que con las dosis con un volumen de 90 ml y 3 mil millones de espermatozoides viables inseminadas con la técnica tradicional, pero sin embargo la prolificidad se redujo en 1,5 lechones total nacidos, lo que nos confirmó que habíamos alcanzado el límite inferior.

En la inseminación de rutina, una dosis de 30-35 ml es más que suficiente, pudiendo aumentar el volumen a 45 ml para dar un margen de seguridad, suplemento que no debería de ser necesario en el caso de llevar a cabo correctamente todos los pasos de la técnica de inseminación que se han descrito de manera más detallada en artículos anteriores.

“Una mala inseminación genera el riesgo de una repetición o una camada corta”

Utilizar dosis de más de 60 ml en la técnica postcervical puede provocar que un porcentaje de cerdas desarrolle un proceso de defensa uterina más agresivo de lo normal (al introducir un volumen elevado directamente en el útero). Esto provocaría una disminución en el número de lechones nacidos, ya que cuando se exacerba ese proceso de defensa uterina fisiológico, encaminado a eliminar los agentes patógenos que acompañan al semen, no sólo mata hongos y bacterias sino que también destruye espermatozoides. Si esto ocurre de forma generalizada, puede reducir el número de ovocitos fecundados por falta de espermatozoides viables. Este porcentaje de cerdas que crean una defensa uterina excesiva depende mucho del estado inmunológico individual y genérico de cada una de las granjas.

Esto es más difícil que ocurra en la inseminación tradicional (cervical), ya que raramente la dosis completa alcanza el útero dado que una parte se puede perder por reflujo y otra queda en el cérvix.

Como conclusión, la dosis ideal es la de 45 ml ya que no provoca un exceso de defensa uterina y genera confianza en el ganadero, siendo más que suficiente para garantizar los mejores resultados reproductivos.

¿Cuáles son los puntos críticos en la conservación del semen?

En primer lugar, es muy importante en qué condiciones sale el semen de los centros de inseminación y cuál es curva de temperatura durante el transporte. Se debe evitar que las dosis salgan del CIA a temperaturas elevadas (superiores a 24ºC) e intentar que estén lo más próximas a la temperatura de equilibrio de 16-17ºC a la salida del centro y durante todo el trayecto, permitiendo, si es necesario, que el proceso de refrigeración continúe hasta alcanzar los 16-17ºC y evitar, en todos casos, las oscilaciones térmicas y el recalentamiento. En muchas ocasiones se atribuye el problema a la conservación del semen en la explotación cuando viene del trayecto anterior.

Foto 1. Colocación de las dosis en bandejas dispuestas una encima de otra con el fin de evitar la sedimentación inadecuada de los espermatozoides y facilitar el movimiento periódico de estas para su homogeneización.
Foto 1. Colocación de las dosis en bandejas dispuestas una encima de otra con el fin de evitar la sedimentación inadecuada de los espermatozoides y facilitar el movimiento periódico de estas para su homogeneización.

En cuanto a la conservación del semen en la granja, hay tres factores a tener en cuenta:

  • Es preferible que la nevera no sea pequeña y mantenerla a una temperatura de entre 15ºC y 17ºC, evitando colocar las dosis cerca del elemento calefactor y del congelador o de la pared trasera, dependiendo de dónde se produzca el frio, ya que son zonas con mucha más fluctuación térmica que el rango de conservación del semen.
  • La colocación de las dosis es importante, se debe evitar dejarlas dentro de la bolsa de entrega debido a que una mala disposición de la dosis puede ocasionar una sedimentación inadecuada de los espermatozoides, evitando su contacto con el diluyente, lo que puede generar una pérdida de la viabilidad por falta de nutrición del espermatozoide y la incapacidad de su detoxificación, por lo que es conveniente colocarlas de forma plana unas encima de otras, si son tubos uno encima de otro en direcciones contrarias y si son blíster en bandejas, de tal manera que cuando el semen decante quede en una superficie ancha y la mayoría de los espermatozoides estén en contacto con el diluyente.
  • Hay que mover las dosis de manera periódica y homogeneizarlas antes de inseminar.
Foto 2. En la parte superior de la imagen, dosis con sedimentación seminal, en la parte inferior, dosis homogeneizada correctamente. Esta homogeneización evitará la pérdida de viabilidad de los espermatozoides y la mejor distribución de estos en el medio.
Foto 2. En la parte superior de la imagen, dosis con sedimentación seminal, en la parte inferior, dosis homogeneizada correctamente. Esta homogeneización evitará la pérdida de viabilidad de los espermatozoides y la mejor distribución de estos en el medio.

Uno de los puntos clave para que una inseminación se realice con éxito es el uso de un volumen y una dosis seminal adecuados y asegurar que su conservación es óptima. En el siguiente artículo se hablará de una serie de puntos de importancia en esta fase del ciclo reproductivo de la cerda que siempre nos cuestionamos, como en qué momento moverla una vez inseminada o cómo alimentarla durante el periodo de celo.

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