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Uso de tecnología en granjas porcinas para ayudar al control y eliminación de PRRS

Un ejemplo de cómo se puede implementar la tecnología en una granja para evaluar el cumplimiento de la bioseguridad utilizando parámetros de producción.

¿Dónde estamos en cuanto al uso de la tecnología para el control de enfermedades?

Todos sabemos que las enfermedades infecciosas son una de las principales pesadillas de los productores de cerdos. Enfermedades como el PRRS, la DEP y Mycoplasma afectan a nuestras granjas a diario y los productores tienen que decidir, en colaboración con sus veterinarios, qué medidas implementar en sus granjas para controlar y/o eliminar los patógenos de sus poblaciones de cerdos. La transmisión de agentes patógenos a través de fómites (objetos inanimados que pueden transportarlos) desempeña un papel importante en el mantenimiento y la propagación de agentes patógenos en una población de animales, por lo que deben implementarse protocolos de bioseguridad robustos para un buen control de las enfermedades.

Normalmente, hay un conjunto de medidas de bioseguridad interna recomendadas para implementar en casos en los que el productor desea controlar y eliminar enfermedades dentro de una granja infectada. Esto normalmente incluye limitar las adopciones cruzadas entre salas de partos, asignar el personal a zonas determinadas de la granja, cambio de botas y monos de trabajo entre diferentes áreas de la granja, etc. Sin embargo, nunca se ha demostrado si ciertos movimientos del personal están relacionados con parámetros de producción de interés (por ejemplo, número de lechones destetados por cerda y la mortalidad en pre-destete).

En los últimos años, hemos visto un aumento en el uso de la tecnología en las granjas de cerdos. La tecnología ya se está implementando para algunas actividades tales como los sistemas de ventilación y la monotorización de la calidad del aire y la temperatura, pero estamos viviendo una época en la que la tecnología también se está investigando y aplicando a la salud animal. Un ejemplo es en el uso de alimentadores automáticos y, más precisamente, en el uso de los datos en tiempo real, a nivel individual, que tales sistemas pueden proporcionar. Sin embargo, el uso de la tecnología para evaluar el cumplimiento de las normas de bioseguridad no se ha investigado previamente.

¿Qué investigamos en nuestro estudio?

El objetivo de nuestro estudio fue utilizar la tecnología para identificar tipos de movimientos específicos del personal dentro de la granja y su relación con parámetros de producción, como el número de cerdos destetados por cerda y la mortalidad antes del destete. Además, queríamos cuantificar cómo variaban los parámetros de producción a medida que aumentaban los movimientos "de riesgo", definidos como los movimientos hacia / desde los cargadores y / o destetes; hasta ahora, este último objetivo solo se ha completado parcialmente. Nuestro objetivo final era el de comprender mejor cuáles eran estos movimientos "de riesgo" para centrar los esfuerzos de los productores en minimizarlos.

¿Qué hicimos?

Trabajamos con granjas de diversos tipos de producción y con distintos protocolos de bioseguridad, pero todas tenían algo en común: problemas históricos de PRRS y el deseo de controlar o eliminar este patógeno. Se hizo un seguimiento de todas las granjas a lo largo de un año.

La granja 1 era de ciclo cerrado y tenía 1.500 cerdas, sin ducha ni filtración de aire; la granja 2, con 4.500 cerdas, producía lechones destetatos que pasaban unos pocos días tras el destete en una sala antes de abandonar la granja, con duchas y sin filtros para el aire; y la granja 3, con 4.400 cerdas y una parte de la transición, tenía duchas y aire filtrado. Se instaló un sistema interno de bioseguridad en todas las granjas, se optimizaron los servicios de internet y se colocaron sensores en cada sala (figura 1). Los sensores se configuraron para detectar balizas bluetooth que se distribuyeron individualmente a los empleados de la granja (figura 1). Los datos de movimientos se recopilaron durante un año. Un movimiento se definió cuando un empleado pasaba al menos dos minutos en una sala después de venir desde otra sala de la granja.

Figura 1. Ilustración del sistema instalado para monitorizar movimientos. Se instalaron dispositivos en las paredes para monitorizar cada una de las salas de forma independiente (izquierda), y los empleados de la granja llevaban balizas bluetooth individuales (derecha).
Figura 1. Ilustración del sistema instalado para monitorizar movimientos. Se instalaron dispositivos en las paredes para monitorizar cada una de las salas de forma independiente (izquierda), y los empleados de la granja llevaban balizas bluetooth individuales (derecha).

¿Qué encontramos?

  • En la granja 1 (la más pequeña, de ciclo cerrado, sin ducha y sin sistema para filtrar el aire):
    • El incremento del número de movimientos desde los engordes hacia las parideras se relacionó con un aumento de la mortalidad pre-destete de un 6,2% la semana siguiente. Recomendación: asignar personas dedicadas a los engordes.

    • El aumento del número de movimientos entre salas de parto se asoció a un descenso de 1,5 lechones destetados/cerda. Recomendación: mejorar la bioseguridad entre salas de parto.

  • En la granja 2 (productora de lechones destetados, con duchas pero sin filtros):
    • Un aumento de los movimientos desde las salas de destete a las parideras se asoció con una disminución de 4,9 lechones destetados/cerda dos semanas más tarde. Recomendación: reducir este tipo de movimientos.
  • En la granja 3 (productora de lechones destetados y de transición, con duchas y filtrada):
    • Un incremento de movimientos relacionados con las salas de suministros se relacionó con un descenso de mortalidad antes del destete y un incremento del número de cerdos destetados por cerda. Ante estos resultados, menos intuitivos, planteamos la hipótesis de que la mejora de los parámetros productivos podía estar relacionada con el cuidado de los cerdos, ya que ambos movimientos involucraban las visitas a las salas de suministros.

Finalmente, utilizando un subconjunto de datos (análisis preliminar) de la granja 3, demostramos que un aumento de la mortalidad pre-destete de aproximadamente un 3% tenía lugar cuando aumentaban los movimientos "de riesgo" la semana previa; y un incremento de los movimientos "de riesgo" resultaba en una reducción de 0,37 lechones por camada (figura 2).

Figura 2. Gráfico que muestra la relación entre la mortalidad pre-destete y el número de movimientos "de riesgo" (definidos como movimientos hacia/desde los muelles de carga y/o destetes). Estos datos son un subconjunto de los datos recogidos durante 14 semanas en una de las granjas analizadas, la granja 3.
Figura 2. Gráfico que muestra la relación entre la mortalidad pre-destete y el número de movimientos "de riesgo" (definidos como movimientos hacia/desde los muelles de carga y/o destetes). Estos datos son un subconjunto de los datos recogidos durante 14 semanas en una de las granjas analizadas, la granja 3.

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