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La vacunación frente a PCV2 reduce el consumo de antibióticos en producción porcina

El beneficio de la vacunación frente a PCV2 es muy evidente cuando las granjas están multicontaminadas por virus y bacterias patogénos pero una buena inmunidad frente a PCV2 también reduce el consumo de antibióticos en las granjas de alto nivel sanitario.

Para controlar las antibioresistencias, debemos ser cada vez más prudentes en el uso de antibióticos en la producción porcina. Sin embargo no hay que olvidar que, aunque los antibióticos son efectivos contra las infecciones bacterianas, por sí solos no pueden curar completamente a los animales: los antibióticos permiten la detención de la proliferación microbiana, pero la curación final se consigue mediante la respuesta inmune. Por lo tanto, cualquier agente inmunosupresor potenciará las infecciones bacterianas y se necesitarán tratamientos antibióticos potentes para evitar recaídas.

Los cerdos son susceptibles a varios agentes inmunosupresores, entre los cuales PCV2 es el que tiene un efecto más marcado, aunque sea reversible, actuando tanto sobre la inmunidad humoral como sobre la celular. Induce un fallo funcional de los macrófagos alveolares, una disminución transitoria de los fagocitos, las células dendríticas, los linfocitos T —especialmente las de las células CD4 y B— y del timo, acompañado por una marcada linfopenia. También puede interferir en la maduración de los linfocitos B y en la respuesta de anticuerpos. Puede impedir la capacidad de expresión de ciertas citoquinas permitiendo, de este modo, la infección por patógenos secundarios, tanto virales como bacterianos. El fallo funcional de los macrófagos alveolares induce una reducción persistente de su capacidad microbicida, explicando la potenciación de infecciones respiratorias y, evidentemente, una mayor necesidad de tratamientos antibióticos (Abelardo Silva et al, 2012).

Lechón con desmedro

Foto 1. Lechón con desmedro. Dr Morvan, LDA22

Además, el virus se multiplica activamente en la mucosa intestinal, induciendo una alteración de su estructura y causando una enteritis necrótica y granulomatosa que, a menudo, se confunde con ileitis causada por Lawsonia intracellularis e incluso con una forma crónica de disentería porcina (Zlotowski et al 2010). Una vez más, se necesitan fármacos antiinfecciosos. Se aplican largos e innecesarios tratamientos antibióticos mientras que la infección por PCV2 no se controla.

Linfonodo con necrosis en un lechón infectado por PCV2.

Foto 2. Linfonodo con necrosis en un lechón infectado por PCV2. Dr Morvan, LDA22

La historia del desmedro debido a PCV2 es bastante explícita en este aspecto. Cuando en 1997 apareció la enfermedad en Francia —primer país afectado de Europa—, el consumo de antibióticos se disparó en todas las áreas de producción y empezó a reducirse cuando empezaron a utilizarse las vacunas. En Francia, la vacunación empezó a pequeña escala en 2004, gracias a una licencia provisional expedida por la AFSSA (Agencia Francesa de Salud Animal y Seguridad Alimentaria) para una vacuna inactivada frente a PCV2 que se podía utilizar en cerdas y nulíparas. A partir de 2007, cuando ésta y posteriormente otras vacunas, obtuvieron la autorización oficial para cerdas o lechones, la vacunación empezó a utilizarse ampliamente en Francia y la reducción del uso de antibióticos se hizo evidente. Esta reducción se dio en todas las familias de antibióticos excepto en las penicilinas, fluoroquinolonas y cefalosporinas. Para estas tres familias el consumo permanece estable y, para las dos últimas, bajo (figura 1).

Evolución del consumo de antibióticos en porcino entre 2003 y 2012 en Francia

Figura 1. Evolución del consumo de antibióticos en porcino entre 2003 y 2012 en Francia (ANSES 2014)

Se han recogido datos precisos en todo el mundo. En Asia, un estudio Coreano llevado a cabo en una granja de ciclo cerrado de 200 cerdas concluyó que, tras la vacunación, la medicación con antibióticos se había reducido a la mitad (Chae et al 2013). En Canadá, en una granja de cerdas de alto nivel sanitario, libre de PRRS y Mycoplasma hyopneumoniae, con casi 28 lechones destetados por cerda y año, la vacunación frente a PCV2 todavía permitió mejorar los resultados técnico-económicos y reducir el consumo de antibióticos en más del 50 % (Glass 2010).

También hay numerosos estudios europeos. En Reino Unido, un cebadero de 4.000 plazas que estaba afectado por el complejo respiratorio porcino que incluía PRRS, neumonía enzoótica, PCVD, Actinobacillus pleuropneumoniae y otras infecciones respiratorias secundarias, empezó la vacunación de cerdas en 2007. Los lechones de las cerdas vacunadas llegaron a la nave en julio y, en diciembre, el coste de los tratamientos se había dividido por 10 (tabla I, Waddilove 2008).

Tabla I. Coste de las medicaciones por cerdo en un engorde de 4.000 plazas antes y después
de la vacunación frente a PCV2 (£ por cerdo) (Waddilove, 2008).

Trimestre acabado Dic 2006 Marz 2007 Jun 2007 Sep 2007 Dic 2007
Medicación en pienso 0,255 0,282 0,295 0,004 0
Costes totales 0,325 0,360 0,330 0,082 0,027

En Dinamarca, en 3 ciclos cerrados de 110, 120 y 360 cerdas, respectivamente, la vacunación redujo muy significativamente el consumo de antibióticos en la transición y sobretodo en el cebo, pese a la alta prevalencia de problemas digestivos por la coinfección de Escherichia coli - Lawsonia intracellularis (tabla II, Ovesen et Kunstmann 2008). Un estudio holandés remarca una reducción del 49 % (Van Dommelen et Wertenbroek 2011), mientras que, en Francia, los gastos sanitarios por cerda cayeron de 182 a 147 € (Delisle 2009).

Tabla II. Comparación de la dosis media diaria antes y después de la vacunación
frente a PCV2 en 3 granjas danesas (Ovesen et Kunstmann, 2008).

Granja 1 Antes de la vacunación Tras la vacunación
Transición 34,9 16,1**
Engorde 4,04 0,37**
Granja 2 Antes de la vacunación Tras la vacunación
Transición 0,58 16,3**a
Engorde 0,61 0,04
Granja 3 Antes de la vacunación Tras la vacunación
Transición 11,1 10,2
Engorde 1,65 0,4

aTratamientos debidos a diarrea por E. coli y Lawsonia. **p<0,01

Por lo tanto, la vacunación frente a PCV2 es un método valioso para controlar infecciones respiratorias y digestivas, reducir la mortalidad y mejorar el crecimiento, además de reducir el uso de medicamentos antiinfecciosos. La inmunidad debe mantenerse durante la lactación, gracias al calostro. Tras el destete, la inmunización activa de los lechones es esencial para alargar la protección hasta el final del engorde. El crecimiento mejora y es más regular. Esta mejora de la homogeneidad reduce la mezcla de animales de diferentes lotes y edades, lo que no puede evitarse cuando la sanidad es pobre, y a menudo se suelen requerir tratamientos antiinfecciosos debido a las distintas cargas microbianas en lechones reagrupados. El beneficio de la vacunación frente a PCV2 es muy evidente cuando las granjas están multicontaminadas por virus y bacterias patógenas pero una buena inmunidad frente a PCV2 también reduce el consumo de antibióticos en las granjas de alto nivel sanitario.

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