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Cómo puedo dejar de cortar colas de forma rutinaria

La normativa europea indica que antes de proceder a cortar colas hay que tomar otras medidas que prevengan la mordedura, por lo que hay que hacer un exhaustivo análisis en cada explotación.

Uno de los aspectos que más énfasis ha tomado en los últimos años en lo que se refiere al bienestar en porcino es el corte de colas y la vinculación directa con la mordedura de rabos. La situación actual es que el corte de colas no está prohibido, pero hay que evitar que dicho corte sea una práctica rutinaria. La situación de partida, generalizada a nivel mundial, es que la práctica de corte de colas ha sido la técnica empleada para evitar las mordeduras. Con el corte de colas no solo se ha prevenido la aparición de mordeduras en los animales de crecimiento y engorde, si no que además ha minimizado el impacto en caso de brotes.

Según la normativa europea, cada país de la UE, exceptuando Suecia y Finlandia donde el raboteo está estrictamente prohibido, ha debido presentar un plan de acción a la DG Santé que es la responsable de verificar que se ajusta a los objetivos marcados. De igual manera la HFAA (Health and Food Audits and Analysis) es el organismo responsable de verificar el cumplimiento de estos planes de acción. Según la información que tenemos, más allá de la normativa de la UE no existe ningún otro país que haya legislado en lo referente a limitar el corte de colas en porcino. y tampoco conocemos ninguna iniciativa privada en este respecto.

A partir de la normativa del bienestar en porcino de Europa, hay que cambiar el enfoque del problema para tratar de evitar las mordeduras de rabos en porcino por otros medios diferentes al corte de colas.

La gran pregunta, ¿Cómo puedo dejar de realizar el raboteo de forma rutinaria?

La normativa indica que sólo se podrá realizar: “cuando existan pruebas de que se han producido lesiones en los rabos de otros cerdos”.

Pero además, la normativa indica que antes de proceder a cortar colas hay que tomar otras medidas que prevengan la mordedura. Por eso se indica que: “Antes de su ejecución (corte de colas), se adoptarán medidas para prevenir la caudofagia y otros vicios teniendo en cuenta las condiciones ambientales y la carga ganadera. Por esta razón, las condiciones ambientales o los sistemas de gestión deberán modificarse si resultan inadecuados ”.

Resultado: hay que cambiar las condiciones en que los animales son criados para poder ir determinando si en estas “nuevas condiciones” es o no es posible producir cerdos con las colas íntegras.

Ante esta situación nos encontramos con dos desafíos:

  • La individualidad por granja de la presencia o no y del grado de las mordeduras (hay que trabajar granja a granja y muy probablemente lo que funcione en una granja no tiene por qué funcionar en otra).
  • La multitud de factores desencadenantes de un brote de mordeduras.

Por esa razón desde España y afrontando el desafío de forma conjunta el sector, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y las Comunidades Autónomas, se ha desarrollado un plan de acción para evitar las mordeduras y reducir la necesidad de la práctica del raboteo . En dicho plan de acción se ha incluido un árbol de toma de decisiones elaborado por ANPROGAPOR y adaptado por el MAPA para facilitar al ganadero y al veterinario el camino a trazar en la toma de decisiones para dejar de cortar los rabos.

Árbol de toma de decisiones sobre el corte de colas elaborado por ANPROGAPOR
Árbol de toma de decisiones sobre el corte de colas elaborado por ANPROGAPOR

El punto clave para reducir las mordeduras de colas es tratar de controlar los factores que la desencadenan y para ello hay que hacer un exhaustivo análisis de riesgos en cada explotación para poder ejecutar el plan de acción que controle y prevenga los riesgos de aparición.

Factores de riesgo:

  1. Densidad. La normativa establece unas densidades mínimas para cada tipo de animal y/o peso. Una menor densidad va a ser positiva a la hora de prevenir las mordeduras, pero a su vez es una de las medidas con mayor impacto económico.
  2. Empleo de material de enriquecimiento. La falta o no adecuación del material de enriquecimiento es otro de los riesgos. Es importante tanto la cantidad, la disposición como la renovación. Además, este material debe poder ser explorable, masticable, manipulable y comestible. Sería conveniente disponer de algún material muy novedoso que solo se emplee para detener brotes. Es necesario cuantificar el correcto uso del material.
  3. Condiciones ambientales. Tanto a nivel de confort térmico como de concentración de gases, algunos irritantes, que pueden afectar al comportamiento de los animales. Una correcta adecuación de la temperatura y ventilación homogénea facilita la prevención de las mordeduras.
  4. Sanidad Animal. La presencia de problemas infecciosos puede aumentar el riesgo de mordeduras, bien porque los animales enfermos y febriles tienen menos capacidad de respuesta evasiva o bien porque la incomodidad sanitaria se traduzca en agresividad.
  5. Alimentación. La competitividad por el alimento, la forma de presentarlo y la composición son claves para reducir el estrés de los animales y prevenir mordeduras. Respecto al agua, su acceso, disposición y caudal son importantes para reducir el estrés y con ello las mordeduras.
  6. Factor individual. En la actualidad se trabajan con diferentes razas que pueden ser más o menos dóciles, o más o menos agresivas, con lo que el “nerviosismo” de algunos cerdos puede ser un factor de riesgo.
  7. Castración. La producción de machos enteros es igualmente un riesgo en comparación con la de castrados, por tener un comportamiento más activo.
  8. Condiciones de manejo. El tamaño de grupo (muy pequeño o grande) es un factor de riesgo, así como el manejo inadecuado con mezclas de animales que modifiquen un entorno social conocido.
  9. Otros. Desafortunadamente en materia de mordedura de colas nos podemos encontrar otros factores de riesgo que pueden afectar a su aparición, factores tan complicados de controlar y prevenir como cambios en las presiones barométricas, cambios estacionales, diferencias de temperatura entre el día y la noche…

En resumen, no es fácil dejar de cortar colas en una granja de cerdos con un cierto porcentaje de éxito. Pero, el camino se hace andando y hay que ir tomando medidas y atajando los factores de riesgo para poder estabilizar el comportamiento de los cerdos evitando así que se produzcan mordeduras u otros vicios no deseados ni por el ganadero ni por sus técnicos responsables. Se espera que en la próxima Comisión Europea también sea un tema prioritario por lo que se mantendrá la presión a todos los niveles, incluyendo la recogida de información sobre el grado de afectación a nivel de matadero.

Toda granja que no pueda dejar de cortar colas pese a las mejoras introducidas, deberá poder demostrar gráfica y documentalmente que está evaluando y solucionando los factores de riesgo para que efectivamente, el corte de colas no sea rutinario.

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