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Actualización sobre la importancia de la infección subclínica por circovirus porcino tipo 2 (PCV2)

Puede que actualmente haya alguna duda sobre los efectos beneficiosos de la vacuna frente a PCV2, tanto en el aspecto clínico como económico en las infecciones subclínicas en lechones, pero… ¿cuál es el papel de la cerda? ¿es posible que la vacunación pueda tener efectos positivos en la infección subclínica de las cerdas?

Sólo hasta hace un par de años, la vacunación frente al circovirus porcino tipo 2 (PCV2) se aplicaba básicamente en los casos en que la infección tenía una expresión clínica. De este modo se prestaba una mayor atención a las enfermedades causadas por circovirus porcino (PCVDs), y especialmente a la enfermedad sistémica por PCV2 (ES-PCV2, anteriormente conocida como desmedro). Desde el primer momento las vacunas demostraron ser excelentes para controlar esta enfermedad. Además, algunos parámetros productivos como la mortalidad también mejoraron, en ocasiones hasta valores de hace 20 años. Al tener una percepción tan positiva de la eficacia de la vacuna, algunos veterinarios y ganaderos decidieron usarla no sólo en las explotaciones clínicamente afectadas, sino también en el resto de sus explotaciones. Los resultados en estas granjas sin PCVD (presumiblemente sanas) también mejoraron globalmente. Hoy, a finales de 2013, podemos afirmar que disponemos de una amplia información sobre los efectos de las vacunas frente a PCV2 en lo que llamamos escenarios subclínicos.

Antígenos de PCV2 detectados por inmunohistoquímica
Antígenos de PCV2 detectados por inmunohistoquímica. En los linfonodos de los cerdos infectados subclínicamente puede encontrarse muy poca cantidad de células infectadas. Antígenos de PCV2 detectados por inmunohistoquímica. En los linfonodos de los cerdos infectados clínicamente puede encontrarse una cantidad muy importante de células infectadas.

¿Cómo definir una infección subclínica por PCV2 (IS-PCV2)? En base a estudios serológicos sobre PCV2, se asume la ubiquidad de la infección por PCV2, mientras que la prevalencia de la enfermedad clínica es mucho menor. Por otro lado, la primera evidencia de la infección por PCV2 se halló retrospectivamente en Europa en 1962, mientras que el primer diagnóstico retrospectivo de ES-PCV2 data de mediados de los 80s. De este modo, recopilando todos los datos, se observa que la forma más común de manifestación de PCV2 es la infección subclínica, ahora y en el pasado. Al final debe admitirse que incluso en las explotaciones muy afectadas por ES-PCV2, el mayor número de animales tienen una infección subclínica en lugar de la enfermedad. Sin embargo habría que definir qué es una IS-PCV2 desde un punto de vista diagnóstico. De hecho, ya se han propuesto una serie de criterios (ver tabla 1). Es cierto que la disminución de la GMD puede ser causada por muchas enfermedades y más de uno podría sugerir que esto sólo sería suficiente para considerarlo un signo clínico y no subclínico. Sin embargo, su alteración sólo puede establecerse si se toman medidas repetidas de peso, por lo que el “ojo clínico” no es suficiente para detectarlo.

Tabla 1. Signos clínicos y criterios propuestos para establecer un diagnóstico de IS-PCV2.

Signos clínicos Criterios diagnósticos
Disminución de la GMD sin signos clínicos evidentes
  1. Falta de signos clínicos manifiestos
  2. Ausencia o lesiones histopatológicas mínimas en tejidos (principalmente linfoides)
  3. Cantidad pequeña de PCV2 en algunos tejidos (linfoides)

Los criterios 2 y 3 pueden potencialmente ser substituidos por técnicas de detección de PCV2 como la PCR standard.

Hasta ahora, en este escenario subclínico, se ha demostrado que la vacunación de los lechones frente a PCV2 mejora la GMD y reduce la mortalidad y porcentaje de retrasados, la variación de peso en el matadero y la conversión. Es cierto, sin embargo, que la mayoría de estos efectos no han sido evaluados en las mismas granjas y al mismo tiempo, pero hay muchas experiencias en las que se han registrado uno o varios de estos factores. En cualquier caso, el número de evidencias de vacunaciones en situaciones clínicas es mucho más elevado, por lo que su efecto sobre las infecciones subclínicas todavía necesita más estudios. Es destacable que donde faltan más datos es en el apartado económico, especialmente con el retorno de la inversión (ROI) de la vacunación. Hasta la fecha, no hay estudios exhaustivos que muestren si el ROI de la vacunación en un escenario subclínico siempre es suficiente, o sólo en ciertas circunstancias. Si este fuese el caso, ¿conocemos estas circunstancias? La respuesta es no. Por otra parte, esto también está relacionado con el diagnóstico de PCV2. ¿Conocemos el umbral de carga vírica a partir del cual aseguramos un ROI aceptable? La respuesta es, de nuevo, negativa. Es muy probable que los veterinarios de campo no se preocupen por estas cuestiones, ya que los ratios de vacunación son muy elevados hoy en día, alcanzando en muchos países el 90-100% del censo porcino. Para hacer de abogado del diablo la pregunta sería ¿es vacunando a todos o casi todos los animales con la misma estrategia en todas las granjas, cómo se obtiene el mejor provecho de la vacuna? Quizá en el futuro hablaremos de programas de vacunación a medida que maximicen la eficacia vacunal (mejor momento de aplicación, colectivo de aplicación –cerdas, lechones, o ambos–, etc.) y el ROI.

Finalmente, desde un punto de vista científico, sería importante conocer los mecanismos por los que los cerdos desarrollan infecciones clínicas o subclínicas. Varias publicaciones han abordado este tema tan importante, pero todavía carecemos de una respuesta completa. Por otra parte, conocemos algunos de los efectos subclínicos de la infección por PCV2, aunque no son tan conocidos como los relacionados con ES-PCV2. Se ha publicado que la infección subclínica por PCV2 podría estar relacionada con una reducción de la eficacia de la vacuna (en referencia a otras vacunas aplicadas en el momento de la infección por PCV2). En cambio, una infección subclínica experimental por PCV2 no produjo efectos adversos en la respuesta inmunológica a una vacunación frente a Aujeszky. Pese a que a lo largo de los años se han producido resultados variables, la conclusión general es que PCV2 tiene la capacidad para modular la respuesta inmune, no sólo durante el periodo de enfermedad clínica sino también en la fase subclínica.

Puede que actualmente haya alguna duda sobre los efectos beneficiosos de la vacuna frente a PCV2, tanto en el aspecto clínico como económico en las infecciones subclínicas en lechones, pero… ¿cuál es el papel de la cerda? ¿es posible que la vacunación pueda tener efectos positivos en la infección subclínica de las cerdas? Bien, ¡habrá que pasar de las percepciones a los datos!

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