Página 210 de Artículos sobre nutrición

La presencia de betaína redujo las necesidades de mantenimiento y aumentó la retención de energía; además el efecto fue más evidente con niveles de alimentación restringidos.

Los resultados indican que la digestibilidad fecal del nitrógeno carece de sentido fisiológico y que a nivel ileal está influenciada tanto por el tipo de proteína como por la composición de la ración.

Se concluye que alimentar en un orden secuencial constante ejerce un ligero estrés pasajero en relación a ofrecer el alimento automáticamente pero si el orden secuencial es aleatorio los síntomas de estrés se mantienen.

La presencia de calostro ejerce una acción directa sobre la actividad enzimática de las células epiteliales del intestino.

En contra de la hipótesis inicial, los resultados de este experimento ofrecen una respuesta afirmativa pero en ningún caso generalizable.

El cerdo parece ser un buen modelo para estudiar algunos efectos de la manipulación dietética sobre algunos cambios relevantes para el estudio del cáncer de colon en humanos.

La inclusión de betaína no modificó los rendimientos productivos durante la lactación pero en cerdas multíparas mejoró el número de nacidos vivos en el siguiente ciclo.

Una prueba más de que algunos oligosacáridos incorporados al pienso pueden mejorar el crecimiento de los lechones.

En este experimento no se obtuvo relación alguna entre el nivel de reservas grasas, los niveles de leptinas y la ingestión de alimento.

Los resultados sugieren que en la segunda parte de la lactación la producción de leche de la madre limita el crecimiento de los lechones.

El extrusionado y la inclusión de xilanasa modificaron el lugar de digestión del almidón del trigo pero no redujeron significativamente la incidencia de disentería.

La reducción del contenido en polisacáridos no amiláceos en la dieta de postdestete mejoró el crecimiento y redujo la incidencia de colibacilosis.

La suplementación con leche artificial en la segunda parte de la lactancia o al destete mejoró los rendimientos productivos de los cerdos a los 120 días.

Los resultados sugieren que alimentar generosamente las cerdas durante la primera gestación no perjudica los rendimientos productivos y favorece la fertilidad en el siguiente ciclo.