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PPA: ¿Choque de trenes a cámara lenta o un tsunami que se acerca?

No hay duda de que si se descubre PPA en un gran productor/exportador como Dinamarca, Alemania, España o EEUU, la mortalidad de la enfermedad será el menor de los males.

La peste porcina africana (PPA) es una gran desconocida en la mayoría de los grandes países productores de cerdo. Esto la rodea de una aura de misterio que lleva a dos reacciones distintas: entre unos impera la sensación de fatalidad y la única pregunta es ¿cuándo se producirá? Otros, por el contrario, han desarrollado una sensación de invulnerabilidad, una especie de complacencia o escepticismo fraguado en las lecciones posteriores al efecto 2000: "Ya no puedes asustarme con amenazas enormes pero improbables". Sin embargo, están surgiendo voces expertas que sugieren que la aparición del virus en China y su expansión por el corazón de Europa implica que en un año o dos nos veremos envueltos en una pandemia global.

No hay duda de que si se detecta la enfermedad en uno de los grandes productores/exportadores como Dinamarca, Alemania, España o EEUU, la mortalidad de la enfermedad será el menor de los males. La interrupción y la pérdida de beneficios por el cierre de las exportaciones oscilaría entre grande y enorme. A diferencia de otras enfermedades víricas que afectan al porcino, una epidemia de PPA no avanza como fuego forestal que no pueda mitigarse substancialmente con una bioseguridad y prevención potentes. Se propaga de un modo casi casual, a través de los jabalíes que se desplazan por los bosques sombríos. Los insectos propablemente jueguen un papel más importante una vez que la infección ya está en la granja. El caso es que todavía no se sabe a ciencia cierta cómo entró el virus en algunos de los grandes brotes de los últimos 5 años en la UE.

Las personas juegan un papel muy importante en la diseminación del virus. Algunos de los grandes problemas han sido causados por una eliminación inadecuada de restos de comida, regalos de carne de cerdo (o de sus derivados) infectada a amigos o familiares que viven lejos y por prácticas de bioseguridad negligentes por parte del personal de la granja. Los sistemas de producción europeos varían desde explotaciones modernas y con elevada bioseguridad, a granjas pequeñas y tradicionales. En comparación con EEUU, Europa se caracteriza por una mayor cantidad de estas pequeñas y diversas granjas familiares que tienen, en consecuencia, una bioseguridad más inadecuada en cuanto a vallado, lavado de camiones, etc. La producción de flujo continuo en algunas de estas granjas dificulta la desinfección periódica de las naves.

Nunca olvidaré cuando, regresando a EEUU de una zona caribeña, y ví un hombre angustiado en el control aduanero cuya maleta abierta revelaba grandes piezas de carne cruda envuelta en plástico. Es muy probable que estuviese trayendo cortes especiales de carne imposibles de encontrar en EEUU para sus familiares y amigos. Hablé con uno de los agentes, que me explicó que esto sucede muchas veces cada día y que están seguros de que sólo descubren una parte de los casos.

Las naciones desarrolladas tienen planes para la contención y erradicación rápida de los cerdos "paciente cero" pero se trata de una solución brutal a nivel local: el sacrificio completo de la granja contaminada y de todos los cerdos a una distancia, determinada por el gobierno, de varios kilómetros (independientemente de los síntomas). Los protocolos de erradicación pueden saltar grandes distancias si se averigua que los cerdos infectados se transportaron desde otras regiones justo antes del diagnóstico. El movimiento libre de personas que garantiza el acuerdo de Schengen puede convertirse en un importante factor de riesgo del mismo modo que el movimiento libre entre los estados de EEUU dificultaría el control una vez alcanzada una masa crítica de infección. Esto podría ocurrir más rápidamente en un escenario en que no pudiera identificarse rápidamente el punto de entrada del primer caso. Algunos países ya han aprobado esquemas de compensación en el caso de requerir erradicaciones. Esperemos que esto no desincentive la vigilancia, la bioseguridad ni el cuidado por parte de cazadores o a la hora de desechar restos de comida.

Recientemente hemos escrito un poco sobre el papel clave de la planta procesadora que uno elige para vender sus cerdos. Elegir la empresa correcta es la clave del éxito cuando hay amenazas como las que acabamos de describir. Aunque los gobiernos y sus ministerios económicos y de sanidad animal se pondrán en acción para cerrar las importaciones/exportaciones, y eventualmente reabrirlas cuando sea seguro, será la experiencia exportadora de la planta procesadora la que estará en contacto constante con los compradores/clientes domésticos y extranjeros y trabajarán en contacto directo con sus proveedores clave (los productores de cerdos) para poder abrir estos mercados más rápidamente y con mayores volúmenes, garantizando a los asustadizos compradores extranjeros que su producto es seguro. Lo harán mejor que los "vendedores de carne" que no pueden ofrecer el mismo nivel de credibilidad ni garantías que los que tengan una comunicación estrecha, transparente y un buen nivel de asociación con sus proveedores.

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