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Cuidados de la cerda

Uno de los signos que establecen el final del parto es la expulsión de la placenta, que normalmente se produce en 1-4 horas.

16 noviembre 2005
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Uno de los signos que establecen el final del parto es la expulsión de la placenta, que normalmente se produce en 1-4 horas, pero que puede verificarse en forma parcial también durante el parto.

Cuando la cerda ha terminado el parto, se puede notar que:

  • La cerda se ha tranquilizado, gruñe y llama a los lechones.
  • El temblor y los movimientos de los miembros posteriores cesan; si continúan es porque hay todavía falta algún lechón.
  • Después de la expulsión de la placenta, la cerda manifiesta una descarga vulvar más o menos intensa que puede durar entre 3 y 5 días.
  • Si no se verifican fenómenos inflamatorios en el aparato genital-urinario, la descarga vulvar no representa un problema, la cerda no muestra fiebre y come normalmente.

El parto es un momento fatigoso para la cerda. Sobre todo si se ha tratado de un parto débil o difícil puede ser necesario recurrir a fármacos que restablezcan rápidamente un metabolismo regular. Se trata prácticamente de complejos vitamínicos, minerales y de azúcares que permiten restablecer las funciones orgánicas normales.

Vitaminas
A
Actúa a nivel hormonal en la regulación del equilibrio hídrico y electrolítico, además del metabolismo de los glúcidos.
D Actúa regulando el intercambio Ca / P.
E Posee principalmente una acción antioxidante.
B12 Actúa, entre otras cosas, en el restablecimiento del metabolismo hepático.
Carnitina
Puede ser considerada una vitamina e interviene en el metabolismo energético, reduciendo las situaciones de quetosis.

El problema es que en la cerda el uso de estos productos está limitado por la dificultad de suministración por vía endovenosa o endoperitoneal, lo que permitiría mayores dosis y absorbimientos más rápidos.

Durante el parto el aparato cardio-respiratorio, el sistema endocrino y la musculatura de aparato reproductor han realizado un gran trabajo, mientras otros aparatos, como el digestivo, han estado en “reposo”. En el post-parto la situación debe cambiar para que se instaure correctamente la lactación.

Después del parto, la cerda no necesita consumir grandes cantidades de alimento, pero para reequilibrar sus procesos orgánicos y para la producción de leche necesita agua fresca y limpia en cantidad abundante.

En algunas explotaciones, donde por ejemplo se practica el destete temprano (menos de 18 días después del nacimiento) puede ser útil suministrar prostaglandinas; normalmente en una única aplicación entre 24 y 48 horas después del parto. Estos productos actúan a nivel del útero haciendo más veloz la involución de la mucosa y por lo tanto devolviéndolo más rápidamente a su condición normal, es decir que se lo prepara mejor para la próxima gestación. En las explotaciones donde el destete se realiza más tarde (más de 21 días) la involución uterina se produce en forma natural.

Uso de las prostaglandinas después del parto
Este estudio fue realizado con 600 cerdas, destetadas a 20 días, asignadas a dos grupos:

1.- Cerdas tratadas con prostaglandinas dentro de las 24 horas después del parto.

2.- Cerdas sin tratamiento.

Los datos se refieren a los partos de las gestaciones sucesivas al tratamiento/no tratamiento.
Prostaglandinas
SIN prostaglandinas
Acción, Destete, Cobertura
5,21 días
5,10 días
Nacidos Vivos / camada
11,38
11,06
Nacidos Muertos
10,86%
12,81%
Momificados
2,18%
3,43%
(M Faccenda. 2000)

La práctica de efectuar lavados uterinos medicados o con desinfectantes para prevenir descargas vaginales, si bien poco utilizada, no es igualmente aconsejable; el riesgo es de contaminar aún más el útero.

Otra operación que se debe evitar, ya que no es necesaria, es la de vacunar a las cerdas inmediatamente después del parto.

Para el bienestar y la sanidad de la cerda y de sus lechones es una buena regla, al final del parto, limpiar en seco la jaula eliminando los restos del parto: placentas, lechones muertos o momificados, camas sucias con excrementos y fluidos fetales. Evitar el lavado de la jaula para no aumentar la humedad de la paridera, que podría facilitar el desarrollo de patógenos; además, lavar el pavimento de la jaula podría contribuir a la disminución de la temperatura a nivel de los lechones.

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