Digestibilidad vs. Absorción: Comprendiendo la Utilización de Nutrientes en Cerdos
Optimizar la utilización de nutrientes es fundamental para una producción porcina eficiente. Dos procesos esenciales —digestibilidad y absorción— desempeñan un papel crítico en determinar cómo los cerdos extraen y utilizan los nutrientes del pienso. Aunque están estrechamente relacionados, son procesos distintos, y comprender sus diferencias es esencial para nutricionistas y productores que buscan mejorar el rendimiento y la rentabilidad.
Digestibilidad se refiere al grado en que un nutriente puede descomponerse en unidades más pequeñas y absorbibles por el sistema digestivo. Implica la descomposición química y enzimática de componentes alimentarios complejos (como carbohidratos, proteínas y grasas) en compuestos más simples que pueden ser absorbidos. La medida de digestibilidad indica cuánto del nutriente presente en el alimento está disponible para la absorción tras la digestión.
Por ejemplo:
- Las proteínas se descomponen en aminoácidos.
- Los carbohidratos complejos se descomponen en azúcares simples.
- Las grasas se descomponen en monoglicéridos y ácidos grasos.
El porcentaje de digestibilidad suele medirse por la proporción del nutriente que se descompone y permanece en el tracto digestivo frente a lo que se excreta.
La digestibilidad está influenciada por la composición global del pienso, el tamaño de partícula, la suplementación con aditivos y el estado fisiológico del animal. Por ejemplo, las grasas con altos niveles de ácidos grasos libres (AGL) o impurezas pueden mostrar una digestibilidad reducida debido a una mala emulsificación y acceso enzimático.
Absorción, por otro lado, es el paso de los nutrientes digeridos a través de la pared intestinal hacia el torrente sanguíneo o el sistema linfático, que los transporta a las células del organismo. Una vez que los nutrientes se han digerido en unidades absorbibles —como aminoácidos, monosacáridos, ácidos grasos y minerales— deben atravesar el epitelio intestinal para entrar en la circulación sistémica. Esto ocurre mediante varios mecanismos de transporte:
- Difusión pasiva (simple) permite que moléculas pequeñas y no polares, como los ácidos grasos libres y monoglicéridos, crucen las membranas sin gasto energético. Al ser liposolubles, pueden atravesar directamente la bicapa lipídica de la membrana celular sin necesidad de proteínas transportadoras, lo que distingue la difusión simple de la facilitada.
- Difusión facilitada (mediada por transportadores) utiliza proteínas específicas para transportar nutrientes no liposolubles (como fructosa o ciertos iones) a través de la membrana celular.
- Transporte activo es el movimiento de moléculas a través de la membrana desde una región de menor concentración hacia otra de mayor concentración, en contra de un gradiente. Es dependiente de energía y crucial para la absorción de glucosa, aminoácidos y ciertos minerales (p. ej., calcio, fósforo).
- Endocitosis es menos común, pero importante para la absorción de moléculas grandes como inmunoglobulinas en lechones recién nacidos.
No todos los nutrientes digeridos se absorben; algunos pueden eliminarse si no son necesarios o si su absorción está bloqueada por otros factores. La eficiencia de absorción depende de factores como:
- La salud del epitelio del tracto digestivo.
- Presencia de otras sustancias (p. ej., la fibra puede interferir en la absorción de minerales) o competencia entre nutrientes.
- Necesidades fisiológicas (algunos nutrientes se absorben más fácilmente si el organismo los requiere).
La interrelación entre digestibilidad y absorción es crucial. Una alta digestibilidad no siempre garantiza una alta absorción, ya que factores como la salud intestinal, las interacciones entre nutrientes y los mecanismos de transporte desempeñan un papel importante en la fase de absorción. Por ejemplo, ciertas grasas pueden digerirse bien pero absorberse mal si la secreción de bilis es insuficiente o si las vellosidades intestinales están dañadas. Por el contrario, algunos nutrientes pueden absorberse pasivamente incluso si la digestión no está completa.
Comprender estas dinámicas permite intervenciones específicas para mejorar tanto la digestibilidad como la absorción, especialmente en lechones, cerdas lactantes o durante transiciones dietéticas. Monitorizar las pérdidas endógenas y optimizar la formulación del pienso para reducir factores antinutricionales también contribuye a una mejor captación de nutrientes.
En conclusión, digestibilidad y absorción son procesos distintos pero interdependientes que determinan la eficiencia de los nutrientes en los cerdos. Abordar ambos mediante estrategias nutricionales inteligentes es clave para desbloquear el rendimiento y maximizar el retorno de la inversión.
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