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Alternativas a los productos lácteos en las dietas de lechones

Los lechones destetados con menos de 6 semanas de edad necesitan dietas con cantidades significativas de lactosa

Existe gran cantidad de datos sobre la respuesta de los cerdos a los sueros. La proteína de un suero de buena calidad contiene todos los componentes protectores de la proteína de la leche. Los sueros reengrasados se producen mezclando el suero y la grasa líquidos, y secándolos mediante spray. Haciendo esto la grasa se encapsula dentro de pequeñas partículas de proteína, de la misma forma que se encuentra en la leche de la cerda, siendo más fácilmente digestible por el lechón. Las materias base pueden ser el suero de quesería dulce/ácido, suero de caseína o permeato.

Lactosa

Existen poderosas evidencias que la respuesta observada cuando se suministra suero se debe mayoritariamente a su contenido en lactosa y no a su contribución proteica. La lactosa es el componente mayoritario de los sueros, siendo muy digestible por los lechones. Investigaciones realizadas indican que el aporte de lactosa durante los primeros días tras el destete es esencial para obtener un resultado óptimo en lechones destetados a las 3-4 semanas de vida. La inclusión de productos lácteos ayuda a la transición entre leche materna y el pienso seco (O´Doherty et al., 2004a). La incorporación de fuentes de lactosa de elevada calidad ha demostrado una mejora lineal en el rendimiento de los cerdos al aumentar los niveles de lactosa en la dieta. Los lechones destetados responden con mejoras en el crecimiento cuando se suministra entre un 34,5 y 45% de la dieta en forma de carbohidratos simples durante la primera semana post-destete (Mahan and Newton, 1993). Los carbohidratos más complejos como el almidón de los cereales es utilizado de una forma menos eficiente que la lactosa por los lechones durante el inicio del periodo post-destete. Trabajos de nuestro grupo han mostrado que la lactosa no es sólo importante durante la primera semana post-destete, si no que mejora la respuesta al crecimiento durante todo el periodo de arranque (Pierce et al., 2007). A parte de su importancia como una fuente de energía muy digestible para los lechones (Jin et al., 1998), la lactosa también actúa como un sustrato específico para los lactobacilos (Pierce et al., 2005).

Leche descremada desecada

El principal uso de la leche descremada es como fuente de proteína en las dietas de los animales monogástricos y las dietas para lechones después del destete pueden contener de una forma normal entre un 10-25% de leche descremada en polvo (Tokach et al., 2003). La mejora en las producciones de los lechones destetados de forma temprana alimentados con productos lácteos se debe aparentemente a una mayor capacidad de éstos para utilizar las fracciones de carbohidratos y proteína de la leche de una forma más efectiva en comparación con estos mimos nutrientes procedentes de ingredientes vegetales. Sin embargo, existen dos problemas con la leche descremada: primero, la leche descremada es una fuente de proteína cara en comparación con proteínas vegetales como la soja y segundo, se ha observado que la fracción de caseína de la leche descremada reduce el crecimiento (Dritz et al., 1994). Dritz et al. (1994) no encontraron mejoras de incorporar leche descremada en la dieta, cuando esta contenía cantidades adecuadas de plasma y lactosa.

La leche descremada generalmente contiene alrededor de 350g/kg de proteína, cantidad que varía según el proceso de obtención (p.e. la leche descremada secada en rodillos se somete a temperaturas de secado superiores que la secada en spray, y tiene una menor digestibilidad y valor biológico). La peor coagulación y mayor velocidad de vaciado del estómago de la leche calentada en exceso reduce el tiempo disponible para su proteólisis en el estómago.

La interacción entre la lactosa y la harina de soja

Ciertos componentes del pienso, como la harina de soja, están relacionados con la aparición de daños en la mucosa intestinal de en los lechones. En los piensos de iniciación se ha sugerido que la proteína de la soja desencadena reacciones de hipersensibilidad después del destete, y por tanto, predispone a los lechones a la diarrea post-destete (Miller et al., 1984).

En lechones de tres semanas de edad se ha observado que el cambio de la leche descremada a la soja y maíz incrementa la severidad de las diarreas y la presencia de E.coli enterotóxico. O´Doherty, et al. (2004) observaron que altas concentraciones dietéticas de lactosa permitían incrementar el nivel de inclusión de harina de soja (>200g/kg) en las dietas de lechones sin afectar a las producciones o a la salud. Pierce et al., (2004) encontraron que al incrementar el nivel de inclusión de una mezcla comercial de permeato de suero y harina de soja de 100 a 300 g/kg, cuando la harina de soja era la principal fuente de proteína, mejoró la conversión del pienso, la ganancia de peso y el consumo de alimento en comparación con las dietas en que la leche descremada era la principal fuente de proteína. También se encontró que la inclusión de niveles crecientes de esta mezcla comercial (86% permeato de suero, 14% harina de soja) mejoraba la digestibilidad del nitrógeno. El uso de harina de soja en combinación con altas concentraciones de lactosa puede suponer una fuente de proteína alternativa para las dietas de arranque de lechones, con la consiguiente reducción de los costes.

En conclusión, la lactosa es un nutriente esencial en las dietas post-destete. Para los lechones destetados con menos de 6 semanas de edad, sólo podrán obtenerse producciones óptimas si se suministran dietas que contengan cantidades significativas de lactosa.

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