Página 178 de Artículos sobre nutrición

El aporte de Lactobacillus brevis durante la lactancia y el post-destete mejoró los rendimientos productivos pero no igualó al antibiótico.

La adición de lactosa o de ácido láctico produjeron modificaciones sensiblemente diferentes en el tracto gastrointestinal.

La acidificación del agua de bebida mejoró el índice de conversión pero redujo la ingestión de pienso, en especial en el último periodo.

La incorporación de cascarilla, aceite de linaza o tilosina aumentó el recuento de Lactobacillus spp. sin modificar aparentemente otros grupos microbianos.

El nivel de proteína presentó una relación inversa con el grado de humedad y consistencia de las heces tras la infección experimental pero el crecimiento de los lechones no se vio afectado.

La presencia de acidificantes y modificar la capacidad tampón de la dieta mejoró ligeramente los rendimientos productivos.

Las lectinas añadidas a la dieta en las dosis de este experimento no afectaron la digestibilidad ileal de la proteína ni de sus aminoácidos.

La inclusión de orégano en dietas de lactación mejora de forma importante el rendimiento productivo y reproductivo de las cerdas.

El ácido gamma-amilolevulínico no afectó el crecimiento y el comportamiento de los lechones pero aumentó el nivel sanguíneo de eritrocitos.

El tipo de almidón del sorgo apenas afectó el crecimiento y la calidad de la canal de los cerdos de engorde.

Los resultados sugieren, pero no demuestran, la superioridad del diformiato potásico sobre algunos ácidos orgánicos para lechones.

Aunque no se eliminaron los factores antinutritivos, el descascarillado de la colza mejoró significativamente su valor energético y aminoacídico.

El aceite de palma puede sustituir a la manteca y las grasas hidrogenadas pueden utilizarse para dar consistencia a la grasa insaturada de depósito.

El contenido energético del trigo varió con la variedad del grano, el tamaño de molienda y la incorporación de xilanasas.