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¿Cuál es la mejor edad para la primera cubrición? Pues depende

El mes de nacimiento de las cerdas influye en el número de lechones nacidos vivos en el primer parto.

En el artículo anterior hablamos de la importancia de unos excelentes resultados en el primer parto para logar que esas cerdas se sitúen en la punta de la pirámide productiva. Para conseguirlo, está en nuestras manos ofrecer un trato de altísima calidad a las futuras reproductoras en temas como la nutrición, sanidad, manejo, etc. Sin embargo, existen factores que, en cierta medida, escapan a nuestro control. Uno de esos factores es la climatología, especialmente en el sur de Europa donde las temperaturas son muy elevadas en verano.

Las consecuencias provocadas por el clima sobre los resultados de la cubrición de las cerdas, son conocidas desde hace años, pero… ¿Podemos minimizar o sortear esos efectos negativos? Y si existiese esa posibilidad, ¿Ha sido evaluada su eficacia?

La respuesta a ambas preguntas es Sí.

El estudio sobre la predicción de la producción basado en los resultados del primer parto del que hablábamos en el artículo anterior (Ilida, Piñeiro y Koketsu, 2015), analiza las consecuencias del clima sobre los resultados del primer parto en cerdas del sur de Europa. Uno de los hechos más sorprendentes que han surgido de este estudio, es que la edad optima a la primera cubrición depende de la época de nacimiento de la cerda.

En el gráfico inferior puede observarse la relación entre la edad a la primera cubrición y los lechones nacidos vivos (LNV) en el primer parto en cuatro grupos de cerdas según el mes de nacimiento de dichas cerdas:

  • Grupo 1: cerdas nacidas en el primer trimestre del año (enero-marzo).
  • Grupo 2: cerdas nacidas en el segundo trimestre (abril-junio).
  • Grupo 3: cerdas nacidas en el tercer trimestre (julio-septiembre).
  • Grupo 4: cerdas nacidas en el último trimestre (octubre-diciembre).

Para simplificar la comprensión de los efectos que se observan, agrupamos las cerdas en: Nacidas en el primer semestre del año (enero-junio) o en el segundo (julio-diciembre).

Como se observa en el gráfico 1, las cerdas nacidas de julio a diciembre incrementan los LNV conforme se incrementa la edad a la primera cubrición, mejorando en el primer parto hasta 0,4 LNV respecto de las cerdas cubiertas a la misma edad y nacidas entre enero y junio.

Este efecto resulta llamativo y no ha sido descrito anteriormente. ¿A qué puede deberse esta mejora?

Es posible que tenga que ver con el periodo de maduración sexual, que en las primeras se va a producir siempre en las épocas menos calurosas (entre enero y junio) mientras que las otras maduran parcialmente en verano. En particular las nacidas entre enero y marzo cuya maduración se produce en los meses más calurosos, son las que peores resultados ofrecen en cuanto a LNV con cubriciones tempranas.

En base a esta posible explicación, podemos concluir de forma práctica que conviene tener en cuenta cuándo se produce la maduración sexual de la cerda y el periodo de preparación para la monta, ya que, si coincide con los periodos más calurosos, el estrés térmico derivado del mismo y una ingesta de alimento probablemente más baja da lugar a un retraso en el desarrollo y de la maduración sexual y, por tanto, a una mayor edad óptima a la primera cubrición.

Relación entre el mes de nacimiento y la edad a la primera cubrición con los lechones nacidos vivos en el primer parto

Gráfico 1. Relación entre el mes de nacimiento y la edad a la primera cubrición con los lechones nacidos vivos en el primer parto.

Para minimizar este efecto, también puede considerarse la utilización de dietas más concentradas para nulíparas que maduren en los meses más calurosos, en particular para los nutrientes clave. Aunque esto necesitaría ensayos específicos que puedan determinar el posible impacto de esa decisión.

En resumen, este tipo de estudios realizados con grandes números de historiales de cerdas (109.373 cerdas en este caso), pueden ofrecernos estadísticas sólidas sobre tendencias productivas o efectos que, de otra forma, serían inapreciables.

Ahora que conocemos estas tendencias productivas, podemos usarlas en nuestro favor para conseguir que los resultados en el primer parto de nuestras cerdas sean de 15 o más nacidos vivos, ya que serán estas cerdas las más longevas y las que nos proporcionen los mejores rendimientos.

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