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Comportamiento alimentario de las cerdas lactantes en condiciones de altas temperaturas

La fase de lactación de la cerda es un periodo de alto riesgo metabólico.

La fase de lactación de la cerda es un periodo de alto riesgo metabólico, donde la cerda debe satisfacer sus necesidades de mantenimiento, crecimiento y, lo más importante, la producción láctea necesaria para asegurar el adecuado crecimiento de los lechones hasta el destete.

Debemos analizar qué factores afectan al consumo, sean intrínsecos o extrínsecos al animal:

Fig.1. Factores que influyen sobre la ingesta de alimento durante la lactación.

Modificado de Dr. M. Todd See (North Carolina State University)

Factores intrínsecos: la regulación del consumo puede dividirse en:

• Regulación a corto plazo: factores y estímulos que afectan el comportamiento de ingestión en cada comida (tamaño de la comida, duración de la ingestión, disponibilidad de alimento, interacción social,…), y la regulación metabólica del proceso.

• Regulación a largo plazo: factores que afectan en un periodo de tiempo la ingesta media diaria, relacionados con asegurar el balance energético y proteico (homeostasis).
— Genotipo: El progreso genético se ha centrado en producir animales de mayor tamaño corporal, con mayor prolificidad, de alta producción láctea y reducido porcentaje de grasa corporal, y de bajo apetito. Esto hace que, tanto en el caso de primíparas como multíparas, los nutrientes ingeridos sean insuficientes para satisfacer las necesidades de mantenimiento, producción de leche y crecimiento en el periodo de lactación (Noblet et al, 1990). Se ha visto que existen diferencias entre razas y líneas, descritas en diferentes estudios.

— Alimentación en gestación y Condición Corporal: el uso de dietas fibrosas en gestación (FND), con alta capacidad de retención de agua, aumentan el volumen del aparato digestivo, ayudando a mejorar el consumo en lactación. Las cerdas con una alta/excesiva ingesta energética en gestación, tienden a tener una menor ingesta total en lactación (Fig. 2). Tienen mayor peso corporal y mayor porcentaje de grasa, factor que parece ser de gran influencia en la reducción de la ingesta. Altos niveles de reservas corporales, en forma de grasa, producen la liberación de ácidos grasos y glicerol (buen indicador de condición corporal) en sangre. Esto actúa como señal reguladora para el control de la ingesta (reducción). Los animales grasos también tienen un alto nivel de insulina basal sanguínea, que es indicador del nivel de grasa corporal para el SNC y produce reducción de la ingesta. Las cerdas grasas pueden tener intolerancia a la glucosa, y así una menor utilización de ésta. Esto acarrea un mayor nivel sanguíneo y menor consumo de pienso. Además, las cerdas grasas tienen menos reservas corporales proteicas, que son substratos para la producción láctea. Una menor producción de leche conlleva una menor ingesta. En la entrada a parideras, es recomendable un nivel de grasa dorsal de ± 20 mm. (medido por ultrasonidos).
Fig. 2. Consumo de pienso diario en cerdas grasas y grasas según nivel proteico de la dieta. Revell et al. 1998

— Apetito: su regulación se realiza por un sistema complejo multifactorial, regido por el Sistema Nervioso central, y modulado por señales a nivel periférico (Fig.3). Los estímulos regulan a nivel físico (preabsorción: cavidad oral, estómago, intestino delgado) y/o a nivel metabólico (postabsortivo: hígado, cerebro). A nivel preabsortivo, la regulación es realizada por quimio, osmo (nutrientes en intestino delgado: señales humorales y nerviosas) y mecanorreceptores (distensión estomacal: aferentes vagales) y por la liberación de hormonas, como la colecistoquinina. La presencia de nutrientes en sangre, el hígado, las reservas corporales y la modulación del SNC, después de la absorción de nutrientes, controlan el apetito.
Fig. 3. Modelo general de regulación metabólica de la ingesta en lactación. Líneas continuas representan flujo de nutrientes. Líneas discontinuas representan señales regulatorias

— Día de lactación: La ingesta de pienso se incrementa respecto a la gestación, aunque es reducida en los primeros días post-parto, debido a las restricciones en volumen del aparato digestivo inadaptado (Dourmad, 1991). La cerda ingiere más en cada comida y con mayor frecuencia que en la gestación, e incrementa progresivamente el consumo medio diario hasta el máximo de las semanas 2 y 3.

— Número de parto: el aumento de peso corporal relacionado con el número de parto conlleva un incremento de las necesidades de mantenimiento. Aún así, las necesidades de crecimiento de las cerdas jóvenes es mayor, cambiando la partición de las necesidades en energía y proteína. (Fig. 4)
Fig. 4. Consumo de pienso según número de parto. Eissen et al. 2000


Factores extrínsecos

- Nivel productivo: factores relacionados con satisfacer las necesidades de producción de leche, directamente relacionado con el nivel de consumo.
— Tamaño de camada: un mayor número de lechones tiene como respuesta lineal un incremento de la producción láctea, siendo también visible este incremento entre cerdas grasas dependiendo de su tamaño de camada. (Fig. 5)

Fig. 5. Consumo de pienso según número de lechones. Eissen et al. 2000
— Duración de la lactación: la curva de lactación tiene su pico en los días 18 a 21, siendo este el momento de mayor consumo. Destetar antes de estas fechas hace que la media de consumo y de producción láctea sea menor.

— Peso lechones destetados: lechones de mayor peso provienen de cerdas con mayor producción láctea, y por tanto de mayor consumo.
- Ambiente:
— Temperatura y humedad relativas: ampliamente comentadas en el artículo anterior.

— Calidad del aire y ventilación: condiciones ambientales incorrectas relacionadas con una mala renovación del aire, aumentan la presencia de gases nocivos (CO2, NH3,…), que reducen drásticamente el consumo.

— Fotoperiodo estacional: relacionado con las diferencias en los niveles productivos según la estación y por tanto con las necesidades nutricionales, que modulan la ingesta.

— Presencia de enfermedades: reducen la ingesta, especialmente aquellas que cursan con fiebre (Síndrome MMA).

— Densidad de animales: relacionado con interacciones sociales y posibles interferencias en las condiciones ambientales óptimas.
- Manejo y alimentación:
— Programa de alimentación y frecuencia de administración: el consumo post-parto es bajo y se incrementa progresivamente hasta el máximo de las semanas 2-3. Es recomendable restringir el alimento los primeros días de lactación, para reducir la aparición de agalaxia (edema y congestión mamario) y desecho de pienso, y el posterior bajo consumo. Dividir la cantidad de alimento diaria en el mayor número de comidas posibles.

— Digestibilidad de la dieta: una mayor digestibilidad de la dieta, relacionado con un mejor proceso digestivo, puede ayudar a incrementar el consumo.

— Composición de la dieta: ciertas materias primas pueden incrementar o disminuir la ingesta. La presencia de factores antinutricionales (hongos, micotoxinas, taninos, altos niveles de minerales, etc.) reduce la ingesta. La inclusión de materias primas altamente palatables y/o de alto contenido en fibra (FND), puede incrementar el consumo en ciertas situaciones (harina y aceite de pescado, pulpa de remolacha, harina de galleta,…).

— Densidad energética de la ración: balance de la proteína ideal y aminoácidos. Equilibrar las fuentes de energía de la dieta (grasa, almidones). Valorar el aumento del porcentaje de grasa en épocas de calor.

— Presentación: las dietas en húmedo producen mayor consumo que en seco (harina), hasta un 15%. Las dietas en pellet también tienen mayor consumo.

— Agua: disponibilidad y calidad. Asegurar suministro en cantidad y en ubicación. Asegurar la calidad física, química y microbiológica. La ingesta de agua está directamente relacionada a la de alimento.

Incrementar el consumo de pienso en lactación lleva consigo la satisfacción de los requerimientos nutricionales de la cerda (manteniendo, crecimiento y producción de leche), y por tanto, el asegurar un buen crecimiento de los lechones, la reducción de la pérdida de peso de la cerda pre-destete, la buena salida en celo, gracias a una menor pérdida de peso en maternidad, y la mejora de la producción. En un futuro, la selección indirecta del consumo de pienso como carácter genético en la línea materna, y la mejora de las condiciones en maternidad permitirá maximizar este consumo.

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