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Bioseguridad interna: el enemigo en casa

A menudo, la enfermedad en una explotación se establece porque nosotros la cultivamos.

La bioseguridad es un concepto de moda. Sin embargo, como veterinaria en producción porcina desde hace más de 25 años, tengo la impresión que la bioseguridad siempre ha estado en el centro de mi práctica diaria. Podríamos llamarle de muchas más formas, más o menos científicas: epidemiología o, simplemente, sentido común.

Los ganaderos son cada vez más conscientes de la importancia de proteger sus explotaciones de la introducción de nuevas infecciones. Nuestro arsenal de vacunas se amplía regularmente, pero a menudo es dentro de la misma explotación, en nuestros gestos diarios, donde debemos intensificar nuestra vigilancia. A menudo, la enfermedad en una explotación se establece porque nosotros la cultivamos.

Organización de las naves y del flujo de animales

Como veterinarios, no siempre se nos consulta cuando se construyen nuevos edificios en una explotación. Sin embargo, a menudo es ahí donde todo empieza.

Debido al aumento del número de animales y dentro del proceso de pasar a las cerdas a ser alojadas en grupo, el primer plan de construcción propuesto por uno de mis clientes, planeaba mantener el edificio existente con gestación, maternidad, post-destete y engorde y edificar un segundo edificio con maternidad, post-destete y engorde pero, el hecho de haber hablado al respecto antes de realizar los cambios ayudó a reorientar el proyecto pasando a tener todas las reproductoras: gestantes, maternidad y transición en el edificio antiguo y el engorde en el nuevo edificio, con lo que se reduce la posibilidad de contacto entre animales de la zona del cebo con las reproductoras.

Higiene diaria

Es bastante fácil hacerse una idea del nivel de higiene en una granja: vestuarios limpios, farmacia ordenada, pasillos despejados,... pero el diablo a menudo se esconde en los detalles.

Tuve que intervenir en una granja donde, a pesar de tener unos resultados muy buenos, regularmente se veía afectada por episodios de diarrea en la maternidad, flujos vaginales en cubrición, artritis en lechones y mortalidad muy altas en post-destete. La explotación era bastante nueva: sistema de entrada de material, entrada con vestuario, sala de descanso, oficina y baño, todos con buen mantenimiento. Para dirigirse a las maternidades y sala de cubrición se pasaba por un gran pasillo de unos cincuenta metros. Caminando por el corredor, observé una marca de humedad aproximadamente a un metro de altura. No existía ninguna canalización de agua o de alimentación líquida alrededor. Continuamos la visita y observé que no había lavabo en este sector de la explotación. Intrigada por la marca de humedad, le pregunté al ganadero que respondió que no se había fijado en ello y que no tenía ninguna explicación sobre su origen. Saliendo de la sala de cubrición, sin haber encontrado ninguna lógica a los casos de flujo vaginal, insistí sobre el tema de la marca de humedad y acabé sugiriendo que, tal vez, los empleados de la explotación usaban la pared como orinal.

Si los trabajadores no cuidan su propia higiene, con una lavado de manos, etc. antes de orinar, con el agravante de hacerlo en una pared de la granja, esto nos indica que no entienden en absoluto el concepto básico de la higiene y por lo tanto no lo aplicarán en ninguna tarea de la explotación, como la inseminación, el procesado de lechones, la asistencia de partos y un larguísimo etc. Dos semanas después, el ganadero me llamó para realizar un curso básico de higiene con su personal.

Lavado y desinfección

Sobre esta cuestión también debemos mantener un ojo crítico. Durante las visitas a las explotaciones a menudo podemos ver salas que se están limpiando o que ya han sido lavadas y sería un error no aprovechar ese momento para realizar una pequeña verificación. Descubrimos entonces, con sorpresa, que los comederos de los lechones nunca se han sacado de las maternidades antes del lavado, que las lámparas permanecen en la sala, que las alfombras no se han levantado, que la desinfección ha terminado pero las fosas todavía no se han vaciado, que los huecos entre la pared y la rejilla están obstruidos con heces endurecidas, etc. por no mencionar, por supuesto, que la dosis de desinfectante que se aplica de forma real, no se ha verificado desde hace varios años.

El lavado de las salas es un trabajo ingrato y duro, a menudo poco valorado, pero puede ser muy beneficioso si hablamos con las personas que están al cargo de esta tarea, sobre su método de trabajo y la importancia de este trabajo en el correcto funcionamiento de la explotación. Incluso conocí a un ganadero que se negó a delegar este trabajo porque entendía la importancia de esta tarea para su explotación.

Inyecciones y cuidados

La inyección es un acto común en las explotaciones porcinas: vacunaciones, manejo del parto, tratamientos individuales, etc. Aquí también debemos pensar antes de actuar.

¿Puedes imaginar por un momento que la enfermera que te va a inyectar en el hospital acaba de dar una inyección a tu compañero de habitación con la misma aguja? Bueno, pues ésta es una práctica común en muchas granjas y a veces esta misma aguja también sirve para perforar la botella de antibiótico o antiinflamatorio.

Cuando manejamos a los lechones utilizamos muchas herramientas: cajas para moverlos o procesarlos, herramientas para cortar las colas o limar los dientes, y un largo etc., todas ellas son buenas maneras de transmitir diarrea entre camadas o de abrir las puertas a los "malos" como los estreptococos.

Durante las vacunaciones de lotes, a menudo es interesante preguntarse sobre la cantidad de animales vacunados con una aguja de "un solo uso".

Hay granjas que están organizadas de forma que las primerizas en cuarentena se vacunan al mismo tiempo que otro grupo de animales y, a veces, con el mismo material de inyección.

El manejo en bandas y las mezclas

Cada vez que aparece una nueva enfermedad (este fue el caso del PRRS y luego de circovirus) redescubrimos los beneficios del manejo en bandas estricto y la limitación de las mezclas de animales, entre bandas, entre paridades, entre camadas. Y cada vez que mejora la situación, que hay disponibilidad de vacunas ¡nos olvidamos!

Hoy en día, con el aumento de la prolificidad más allá de la capacidad de amamantar de las cerdas, en algunas granjas se prepara un futuro difícil ya que, con la euforia de los resultados, olvidan estos elementos básicos de manejo sanitario¡ Aún habrá trabajo para los veterinarios!

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