La campaña 2025/26 comienza a delinear un claro favorito en la región núcleo: el maíz.
A pesar de que requiere una mayor inversión inicial y conlleva un riesgo más alto, las estrategias empresariales apuntan a “lograr kilos”, privilegiando cultivos con mayor potencial de rendimiento. “Es más fácil alcanzar 120 qq/ha en un maíz temprano que 50 en una soja de primera”, coinciden técnicos y productores de la región. Además, destacan que el cereal ofrece un margen más amplio para lograr altos rindes, en contraste con la soja, cuyo desempeño muestra un estancamiento prolongado.

Tras el primer año de impacto de la chicharrita, resurgen el maíz tardío y de segunda, que volverían a representar cerca del 30 % del total sembrado con maíz. Se proyecta un aumento de superficie de 100 000 hectáreas, cediendo espacio nuevamente la soja.
Con este impulso, la superficie sembrada con maíz podría alcanzar las 1,9 millones de hectáreas, un incremento del 17 % interanual, e incluso hay quienes anticipan que este porcentaje podría superarse. No obstante, desde el sector advierten que factores como nuevas subas en el precio de los fertilizantes o caídas en las cotizaciones del cereal podrían revertir esta tendencia.
Consultados sobre la elección entre soja y maíz, productores reiteran un concepto: “necesitamos kilos”. La rentabilidad está en jaque y la expectativa está puesta en que el clima acompañe para alcanzar buenos niveles de producción.
Maíz vs. soja: márgenes ajustados y una leve ventaja para el cereal
A dos meses del inicio de la siembra gruesa, la decisión entre soja o maíz está atravesada por múltiples factores. Más allá de las condiciones agronómicas, este año pesa fuertemente la variable económica. El maíz conserva cierta ventaja en márgenes proyectados, aunque esta se ve condicionada por factores como la distancia al puerto, los costos logísticos, el acceso a tecnología, el régimen de arrendamiento y la infraestructura disponible.
En la comparación intermensual, los márgenes no muestran grandes cambios. Los ajustes en las retenciones ya estaban reflejados en los precios a cosecha. Con la soja pasando de 290 a 284,5 USD/t y el maíz de 178 a 173 USD/t, las cuentas siguen muy finas.
Para un planteo ubicado a 150 km del puerto (considerando flete corto y largo), con rindes proyectados de 10 t/ha para maíz y 4 t/ha para soja, el cereal resulta más rentable. En campo propio, el maíz temprano arroja un margen de 405 USD/ha, mientras que la soja deja 314 USD/ha. En campo alquilado, el margen positivo del maíz cae a 68 USD/ha, y la soja pasa a terreno negativo con -31 USD/ha.
Sin embargo, el maíz temprano ya no luce tan rentable como en años anteriores: su implantación demanda una inversión inicial de 1190 USD/ha, frente a los 680 USD/ha de la soja. Esto lo convierte en un negocio de alto riesgo que solo se justifica con rendimientos altos, especialmente en campo propio.
El flete, un factor decisivo
El costo del transporte también influye fuertemente en los márgenes. Representa el 29 % de los costos totales en maíz y el 20 % en soja, y su impacto es mayor en regiones alejadas de los puertos. En planteos con fletes largos de 300 km, ambos cultivos pierden rentabilidad en campo alquilado: la soja arroja -92 USD/ha y el maíz -63 USD/ha.
10 de julio de 2025 | Bolsa de Comercio de Rosario | Argentina www.bcr.com.ar