Usos de prostaglandinas en cerdas

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El uso más común es la inducción y sincronización de los partos. Sin embargo, se conocen más aplicaciones que tienen un efecto beneficioso para la producción.

Las prostaglandinas están involucradas en el control de numerosos procesos de la gestación de las cerdas y participan en operaciones como (Stefańczyk-Krzy- mowska et al., 2005):

  • La regulación de la vida útil del cuerpo lúteo.
  • El crecimiento y la diferenciación de las células endometriales.
  • El flujo sanguíneo uterino.
  • La permeabilidad vascular.
  • El espaciamiento de los embriones en el útero y la implantación.

En el celo y la cubrición

Adición a las dosis seminales

Algunos estudios publican que la prostaglandina F2α exógena agregada al semen, inmediatamente antes de la inseminación, mejora los casos de baja fertilidad y concepción y las tasas de partos (Knox y Yantis, 2014; Horvat y Bilkei, 2003).

En el trabajo de Aguarón (2008), se observa que la incorporación de prostaglandinas a las dosis de semen reduce la duración del celo y, por lo tanto, el número de inseminaciones.

Además se percibe una mejora sustancial en el porcen- taje de fertilidad y en la tasa de partos con el uso de la PGF2α y con el D-L cloprostenol (debido a la similitud en la acción que tienen el L cloprostenol y la PGF2α). Esto es debido a sus efectos más específicos en las estructuras uterinas involucradas en el transporte pasivo de los espermatozoides.

Se trata de un aspecto interesante porque, a pesar de suponer un gasto añadido por la inclusión un aditivo, al reducir el número de inseminaciones se obtiene un retorno económico evidente (Aguarón, 2008).

Los usos de las prostaglandinas pasan también por la administración en el momento de la inseminación artificial.

Tratamiento local 

Otro medio de administración que se ha llevado a estudio es el tratamiento local. Según Stanisława et al. (2005), la administración local de prostaglandinas a través de la arteria uterina, la arteria ovárica y la vena útero-ovárica también se consideró como un medio para regular la función del oviducto.

Además, el ajuste de la circulación sanguínea y linfática en el área mesometrial creó las condiciones idóneas para la captación efectiva y la transferencia local retrógrada de PGF2α. También se propuso un posible mecanismo para la participación de estos procesos en la regulación del ciclo estral y de la gestación temprana en la cerda (Stefańczyk-Krzymowska et al., 2005).

En el periparto

Otra línea de investigación sobre el uso de las pros- taglandinas se centra en el comportamiento preparto de las cerdas gestantes y el efecto de la aplicación de prostaglandinas y análogos, como el cloprostenol, en las cerdas; una aplicación que desencadena el comporta- miento típico previo al parto objetivo de estudio (Burne, Murfitt y Gilbert, 2000).

Las aplicaciones de las prostaglandinas también son numerosas en el periodo del posparto y se sabe que posee efectos notorios sobre (Veterinaria, 2003):

  • La lactación.
  • El proceso de involución uterina.
  • La recuperación de la ciclicidad ovárica.
  • El número y supervivencia de los lechones en partos futuros.

Los efectos de la prostaglandina en cuanto a la involución uterina y la recuperación de la ciclicidad ovárica no están del todo confirmados por los estudios. Sin embargo, investigaciones recientes (Veterinaria, 2003) aplican la sustancia a las 36 y 48 horas después del parto para favorecer:

  • La liberación de prolactina.
  • La tonicidad del útero. Esta causaría una involución uterina y vaciado uterino más rápidos y, por tanto, un efecto preventivo sobre las infecciones uterinas; además, ayudaría a una luteolisis más completa.

Existe un interés práctico en la aplicación posparto en cerdas con MMA y descargas vaginales; elevada tasa de repeticiones y baja viabilidad de los lechones (Veterinaria, 2003).

Resultados productivos

En el estudio de López et al. (2009), y en compara- ción con el grupo (9,24 lechones nacidos por camada y 8,66 lechones nacidos vivos en el parto anterior), se observa que nacieron:

  • Más lechones por camada: 10,71 y 11,00 lechones en los grupos tratados previamente con cloprostenol y dinoprost tras el anterior destete, respectivamente.
  • Más lechones vivos: 10,22 y 10,41 lechones.

El estudio de Vanderhaeghe et al., indicó que este aumento en el número de lechones de una misma camada solo era significativo en cerdas de mayor edad (Vanderhaeghe et al., 2008).

Fisiología del parto

Un buen conocimiento de las hormonas implicadas ayuda a entender el mecanismo del parto y, de esta manera, mejorar los resultados en torno a este momento tan importante.

La persistencia del cuerpo lúteo en esta especie es imprescindible para el mantenimiento normal de la ges- tación, y se estima que es necesaria la presencia de más de un cuerpo lúteo, generalmente 4 o 5 para que esto suceda.

La gestación media en la cerda es de 114-116 días, con un 10 % de cerdas que paren antes del día 114 y otro 10 % que pare después de los 116 días de gestación (Vanderhaeghe et Vlaams Diergeneeskundig Tijdschrift, 2012).

La maduración de los fetos produce un aumento de la hormona adrenocorticotrópica fetal que, a su vez, esti- mula la producción de corticoides, los cuales provocan un incremento en los niveles de prostaglandina uterina.

La fisiología del parto es compleja ya que multitud de hormonas actúan e interactúan en este proceso, que marca el final del periodo de gestación. 

El efecto de las prostaglandinas es bien conocido: pro- voca la regresión del cuerpo lúteo, hecho que reduce drásticamente los niveles de progesterona y desenca- dena el parto.

Este incremento de PGF2α influye en los niveles de otras hormonas implicadas en el mecanismo del parto (figura 1).

                     

Estas hormonas son las responsables de que unos días antes del parto (2-3 semanas) se inicie un desarrollo evidente de las glándulas mamarias y un mayor tamaño vulvar. Además, unas horas antes del parto se observa nerviosismo en las cerdas, secreciones vulva- res (figura 2), eyección de calostro, incremento de la temperatura corporal de la cerda, etc.

Uno de los comportamientos normales de las cerdas es la realización del nido para comenzar el parto, acción que actualmente está limitada por las condiciones intensivas de cría.

Inducción del parto

El principal objetivo es que este ocurra dentro del horario laboral, para así ser atendido. En estos casos, y para evitar inconvenientes, se debe conocer perfectamente la duración media de la gestación en nuestra explotación.

A nivel hormonal, la inducción del parto se realiza mediante la aplicación de prostaglandina F2α, que acelera la reducción de progesterona; 12 horas después de la aplicación de PGF2α se ha reducido en un 70 % el nivel de progesterona. Es a partir de este momento, cuando el útero de la cerda responde a los efectos de la oxitocina y comienza el proceso de parto, el cual intervienen todas las hormonas que se han comentado anteriormente.

Es importante destacar que la inducción de partos no afecta a:

  • El ritmo de las contracciones.
  • La expulsión de los lechones.
  • La expulsión de la placenta.

Por lo tanto, no existen diferencias ni en la duración del parto, ni en el número de nacidos vivos o muertos ni en la vitalidad de los lechones; y, por supuesto, el número de lechones destetados en partos inducidos o sin inducir es el mismo.

Una buena atención del parto se traduce en una reducción de los lechones nacidos muertos y una mejor gestión de nuestras explotaciones.

             

Para ello se recomienda conocer los nacidos muertos por ciclo en las fases en las que se atiende y en las que no y aplicarlo a partir del ciclo en los que se observa un incremento de nacidos muertos en partos no atendidos.

En un trabajo de Thinkinpig (2016), donde se aplicó la prostaglandina a partir del 4.º parto, se demostró una reducción de más de un lechón en los nacidos muertos.

Fisiología de la lactación

El desarrollo de la glándula mamaria empieza mucho antes de que se produzca el parto, desde el momento de la pubertad empiezan los estímulos hormonales. Los estrógenos están relacionados con el desarrollo de conductos que se ramifican y la progesterona, a su vez, interviene en el desarrollo lóbulo-alveolar.

Una vez que la cerda queda gestante, intervienen más hormonas en el proceso de desarrollo de la glándula mamaria:

  • Estrógenos y progesterona: intervienen con la misma función desarrollada desde el inicio de la pubertad.
  • Prolactina, GH (hormona del crecimiento) y ACTH (hormona adrenocorticotropa): favorecen el crecimiento de los conductos y de la glándula mamaria.

Debido a la acción de todas estas hormonas, la glándula mamaria está preparada en el momento del parto para producir leche.

Todas estas hormonas han intervenido antes del parto para preparar la mama y, a partir de este momento y junto con otras hormonas, serán las responsables de mantener la producción de leche durante la lactación.

Debido a que en los días anteriores al parto disminuyen los niveles de progesterona, la glándula mamaria está más receptiva a los efectos de la prolactina y los glucocorticoides. Y, mediante este mecanismo, la progesterona pierde su capacidad de inhibir la lactación.

                              

           

El otro factor indispensable en el mantenimiento de la lactación es el denominado estímulo de succión, realizado por parte de los lechones (figura 3), que favorece la secreción de prolactina y glucocorticoides.

Otros efectos de las prostaglandinas

  • Anestro lactacional 

Tras el parto, la cerda entra en un estado de anestro debido al estímulo de succión de los lechones. A nivel hormonal, en ese momento los niveles plasmáticos de LH son bajos.

Cuando disminuye o desaparece el estímulo de los lechones, aumentan los niveles de LH y se produce un desarrollo de los folículos que desemboca en la ovula- ción. En ese proceso la FSH ejercerá su papel regulando los folículos que van a madurar.

Por lo tanto, cualquier factor que pueda disminuir la producción de leche durante la lactación puede ser una causa de aparición de celos en este periodo.

  • Cerdas sucias

Cuando la inducción del parto se realiza adecuadamente con cualquier método, la incidencia del síndrome MMA es menor.

Sin embargo, al emplear altas dosis de oxitocina (20- 30 UI) junto con la necesidad de supervisar mejor el parto, se ha comprobado que una mayor cantidad de cerdas presenta temperaturas corporales superiores dentro de los tres primeros días después del parto.

 

Antonio Vela, Luis Sanjoaquín y Elena Marín

Thinkinpig

                                                                          

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