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Solucionar los problemas de infertilidad en cerdas

Este artículo se centra en los factores de manejo de las cerdas según su edad y momento del ciclo reproductivo

Asumamos que la tasa de partos y el tamaño de camada esperados sean de 90 % y 12,5 respectivamente, pero que los valores reales se queden en 82 % y 11,3. Esto significa que muchas cubriciones no llegan a buen término y que las que lo hacen producen pocos lechones. Pese a que puede haber causas sanitarias, vamos a centrarnos en los factores de manejo. Primero vamos a enumerar los grupos de cerdas que probablemente sean menos fértiles, entre los que se incluyen:

- Cerdas que son inseminadas pocas o muchas veces durante el estro.
- Cerdas que entran en estro tras un parto previo.
- Primíparas.
- Cerdas con un intervalo destete-cubrición de 6-14 días.

Cerdas que son inseminadas pocas o muchas veces durante el estro
El momento de inseminación respecto al de ovulación es crítico para una fertilidad óptima. Se establece que un espermatozoide necesita depositarse en un periodo de 24 h antes de la ovulación, aunque esto se ve afectado por la edad del esperma: incluso con diluyentes de larga duración, se recomienda inseminar en las 72 horas posteriores a la recogida. Deben utilizarse los registros informáticos para determinar la proporción de cerdas con una sola inseminación o inseminadas durante 3 días. Tal como se muestra en la figura 1, es habitual que alrededor del 10 % de las cerdas ovulen durante, o al poco tiempo de, la detección del estro y estas cerdas sólo deben recibir una dosis de semen ya que la segunda sería posterior a la ovulación, lo que reduciría la fertilidad. Sin embargo si, por ejemplo, el 25 % de las cerdas reciben una única inseminación, probablemente haya un problema de detección del estro. De un modo parecido, alrededor del 20 % de las cerdas tendrán un largo intervalo entre la detección del estro y la ovulación y pueden ser inseminadas en el día 3. Sin embargo, si, por ejemplo, un 30 % o más de las cerdas son inseminadas el día 3, la mayoría serán inseminadas tras la ovulación, reduciendo la fertilidad.

Figura 1. Intervalo estro-ovulación

RN Kirkwood, Swine Health and Production 2000; 8:191, con permiso

Cerdas que entran en estro tras un parto previo
La fertilidad sigue una distribución normal y, normalmente, las cerdas inseminadas que repiten son menos fértiles que las que conciben. Si se vuelve a inseminar y todavía vuelve a salir en celo, todavía son menos fértiles. Si no se sacrifican tras la segunda repetición, esta menor fertilidad se acumula y reduce la fertilidad de la explotación.

Como nota al margen, si hay una caída dramática en la tasa de parto cuando se ha vuelto a inseminar tras la primera repetición (por ejemplo, de 90% a 30% en lugar de 90% a 75%), hay que buscar descargas vulvares ya que es muy probable que haya una enfermedad urogenital debida, probablemente, a una mala técnica de inseminación (figura 2).

Figura 2. Efecto de la sanidad sobre la tasa de partos en sucesivas repeticiones. Verde es normal y azul es con patología.


Un objetivo razonable para las repeticiones es del 10 %, de las cuales el 80 % deberían ser repeticiones regulares a 21 ó 42 días (es decir días 18-24 ó 38-45) y, de las regulares, el 80 % deberían ser detectadas en la repetición a los 21 días. Si el ratio de 21:42 días es <3:1 hay un problema de detección de celo. Una caída repentina de los ratios de concepción también puede indicar un problema con el semen y debería analizarse el manejo de los verracos. Si el ratio regular:irregular (25-37 días) es <3:1, debe evaluarse el estatus sanitario y/o de estrés ya que las repeticiones irregulares implican un fallo de la gestación.

Primíparas
¿Cuál es la proporción de las primíparas en una explotación? Idealmente debería estar alrededor del 15 % (figura 3) y una distribución por edades de la tasa de partos y de tamaño de camadas puede revelar que el problema se limita a las cerdas jóvenes. Si hay demasiadas cerdas de reposición (por ejemplo un 25 %) el rendimiento global de la explotación puede verse afectado. El problema es que estas cerdas jóvenes tienen una ingesta relativamente baja durante la lactación, lo que las predispone a problemas de fertilidad. Si se conoce la ingestión media durante la lactación, puede calcularse el estatus de lisina. Los requisitos diarios son de 26 g de lisina total por kilo de ganancia diaria de la camada (unos 60 g/d). Si las cerdas son deficientes (por ejemplo 45 g/d), tienen un mayor riesgo de infertilidad. Se pueden utilizar los registros del reparto de alimento para determinar la ingesta de las cerdas, aunque pueden ser necesarios registros individuales para conocer la ingesta de las cerdas jóvenes. Debe formularse la ración de lactación con, al menos, 1 % de lisina o más si la caída de la ingesta indica una mayor necesidad.

Figura 3. Una distribución de partos ideal (verde) y mala (azul).



Cerdas con un intervalo destete-cubrición de 6-14 días
Un aspecto de la infertilidad asociada a la ingesta reducida de nutrientes es el alargamiento del intervalo destete-lactación. Se sabe que cualquier cerda que entre en celo en 6-12 días tras el destete tiene muchas posibilidades de tener una fertilidad reducida. Una de las causas es que los intervalos destete-celo largos están asociados con un intervalo celo-ovulación corto. Es probable que algunas de estas cerdas ya habrán ovulado cuando se detecte su celo, por lo que su fertilidad será más reducida. Para tratar de reducir este efecto, debe realizarse una detección de celo diaria en los días 2, 3 y 4. De este modo, a las pocas cerdas no inseminadas la mañana del día 5, se les detectará el celo dos veces al día y se las inseminará inmediatamente tras la detección.

Registros informáticos
Los registros informáticos te ayudarán a determinar si las inseminaciones en un día concreto de la semana son las problemáticas. Si este es el caso, ¿qué es diferente es estos días? ¿Es posible que el semen sea demasiado viejo (< 2 días)? Puedes intentar realizar inseminaciones por la mañana o por la tarde. Si se registra la información, también puede evaluarse el rendimiento de las diferentes personas que inseminan. Es posible uno de los operarios que realiza muchas inseminaciones necesite mejorar su técnica.

Como puede verse, los registros pueden proporcionar una información muy útil. Permiten medir el rendimiento de la explotación. Recuerda el dicho, si no lo conoces, no lo puedes mejorar.

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