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Cobalamina en alimentación de porcino

Este mes como tema de nutrición te proponemos la utilización de la cobalamina.

Se trata de una vitamina hidrosoluble perteneciente al complejo vitamínico B.

Su principal característica es que no se encuentra en el reino vegetal, solamente las bacterias en presencia de cobalto son capaces de sintetizarla.

La cobalamina en estómago se libera de las proteínas y se encuentra con el factor intrínseco. Ambos se combinan y se absorben a través de un receptor en las membranas del íleon, penetrando en los eritrocitos por pinocitosis.

La recirculación enterohepática de la bilis y otras secreciones intestinales reduce la ingestión dietética necesaria. En consecuencia tal vez se requiera mucho tiempo para que se presenten signos de avitaminosis después de una dieta carente de esta vitamina. Por tanto, la principal causa de avitaminosis es la mala absorción desde el tracto gastrointestinal, siendo una de las causas más frecuentes la administración crónica de bloqueadores de los receptores H2, ya que se necesita un medio ácido para que se absorba.

Cualquier exceso en su ingestión se elimina por orina, siendo su nivel de toxicidad nulo.

La cobalamina participa en la regeneración rápida de la médula ósea y de los glóbulos rojos, es imprescindible en la síntesis del ADN y en el metabolismo normal del sistema nervioso. Por todo ello, juega un papel importante en el crecimiento de los lechones.

La vitamina B12 se encuentra en alimentos de origen animal. Ahora bien, se sabe que las bacterias presentes en las deyecciones de los cerdos, en la tierra y en determinadas sustancias fermentadas son capaces de originar el "factor animal proteico" pero para ello se necesita el aporte de suplementos de cobalto (recordemos que esta vitamina contiene en torno al 4,5% de Co). En los sistemas de alojamiento con enrejillado total los cerdos no tienen acceso a las heces, lo cual es un dato a tener en cuenta.

Los principales síntomas de avitamionosis B12 en el ganado porcino son: falta de líbido en los verracos, pobre crecimiento en los lechones y en las primeras etapas del cebo, nacimiento de lechones débiles, incoordinación de los movimientos de los miembros posteriores, irritabilidad e hipersensibilidad. En un examen post-morten estas carencias determinan: bajo contenido en linfocitos, hepatomegalia y anemia normocítica.

En mi opinión, esta vitamina merece que le prestemos una atención especial durante las etapas de crecimiento de los lechones y en la primera fase de crecimiento durante el cebo, ya que la cobalamina va a participar activamente en la síntesis de ADN, contribuyendo a la síntesis proteica y al crecimiento del tejido muscular. Su participación es más activa cuanto más magro sea el genotipo de los cerdos, observándose como en los genotipos magros la velocidad de crecimiento mejora con aportes extras de vitamina B12. Por otra parte, recientes estudios llevados a cabo en la Universidad de Laval en Canadá ponen de manifiesto la participación de esta vitamina en las primeras etapas de gestación, en el sentido que suplementos de la misma junto con ácido fólico mejoran el metabolismo de la cisteína y la metionina, mejorando la vitalidad y el peso al nacimiento de los lechones. Finalmente, un déficit de la misma en la alimentación de los verracos ocasiona una disminución del apetito y del libido del verraco. Ello va afectar negativamente: al porcentaje de hembras en celo detectadas cuando se usan los machos como recelas. Aún cuando el verraco poco activo logre montar a la cerda, la fertilidad y la prolificidad se verá también disminuidas, debido a: la menor duración de la eyaculación y a la menor estimulación por parte del verraco, lo que puede ocasionar una disminución de la tasa de ovulación.

Actualmente las recomendaciones dada por el NRC para esta vitamina son aceptables para prevenir síntomas clínicos de avitaminosis. Ahora bien entiendo que ante determinadas circunstancias dichas recomendaciones pueden quedar un poco escasas si queremos obtener de nuestros animales el máximo rendimiento. De ahí que deberíamos incrementar su aporte en las siguientes situaciones: cuando empleemos genotipos muy magros, cuando el suelo de las instalaciones sea de enrejillado 100% y los animales no tengan acceso a sus deyecciones, cuando en la formulación del pienso la participación de la proteína de origen animal sea escasa o cuando sospechemos que la absorción de esta vitamina a nivel del tracto digestivo esté disminuida, bien por la administración crónica de bloqueadores de los receptores H2 o bien por trastornos digestivos o síndromes de deficiencia por malabsorción.

Teniendo en cuenta sus funciones, su protagonismo en las diferentes etapas de la Producción Porcina y las condiciones actuales de cría en nuestro país, propongo las siguientes aportes:

  • Reproductoras y verracos: 30-40 ppm
  • Lechones: 20-30 ppm
  • Cebo: hasta los 50-60 kg: 15-25 ppm
  • Desde los 50-60 kg al final: 10-20 ppm

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