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Cómo mejorar los resultados reproductivos a lo largo de la vida productiva mediante el manejo del peso corporal y el espesor de grasa dorsal en las cerdas jóvenes

Las cerdas modernas son capaces de producir más de 70 lechones destetados durante su vida productiva, sin embargo, muchas no producen más de 20 porque son prematuramente sacrificadas por razones como bajos rendimientos reproductivos y cojera.

Introducción

Debido a la mejora genética las cerdas modernas son capaces de producir más de 70 lechones destetados durante su vida productiva. En todas las piaras se pueden encontrar estas cerdas. Sin embargo, muchas cerdas con el mismo potencial genético no son capaces de producir más de 20 lechones destetados porque son prematuramente sacrificadas por razones como bajos rendimientos reproductivos y cojera. También en la mayoría de las piaras una parte de las cerdas tienen un menor número de lechones nacidos en el segundo parto que en el primero. Si aumentamos el porcentaje de cerdas que tienen más de 70 lechones destetados en su vida productiva incrementará la productividad de la piara y se reducirá el porcentaje de sacrificios prematuros de cerdas. El peso vivo y espesor de grasa dorsal de las nulíparas a la primera cubrición son los parámetros clave para el rendimiento reproductivo posterior. En este trabajo serán discutidos los requerimientos nutricionales de las cerdas jóvenes para que lleguen en perfecto estado a la maternidad.

Importancia del peso corporal y espesor de grasa dorsal en las cerdas jóvenes

La importancia del manejo en la recría de la nulípara no se abordará aquí, pero se puede encontrar en los documentos de Gill (2007), Amaral Filha et al. (2010) y Johnson et al. (2010). En general, las cerdas deben ser cubiertas en su segundo o tercer celo con un peso vivo de 140 kg como propone Foxcroft (2002). El peso corporal y espesor de grasa dorsal (ETD) en el primer parto debe estar alrededor de 200 kg y 18 - 20 mm, respectivamente. Varios estudios muestran que cuando las primíparas tienen exceso de peso (> 22 mm ETD) a parto, tienen un menor consumo de pienso en la lactación, pierden más peso corporal durante la lactación y tienen un peor rendimiento reproductivo en la próxima camada. Además, las primíparas con bajo peso al parto tendrán peor rendimiento después de la lactación que las cerdas con un peso de alrededor de 200 kg. El estudio de Quesnel et al (2005) muestra que las primíparas de 240 kg a parto tienen un mejor comportamiento reproductivo después de una situación de estrés que las cerdas de 180 kg. Sin embargo, el coste adicional de la recría debe ser considerado.

Evolución de peso vivo de cerdas Hypor en 6 ciclos (I = inseminación and F= Parto). Datos del Swine Research Centre de Nutreco

Ilustración 1. Evolución de peso vivo de cerdas Hypor en 6 ciclos (I = inseminación and F= Parto).

Evolución del espesor de tocino dorsal de cerdas Hypor en 6 ciclos (I = inseminación and F= Parto). Datos del Swine Research Centre de Nutreco

Ilustración 2. Evolución del espesor de tocino dorsal de cerdas Hypor en 6 ciclos (I = inseminación and P= Parto).

Es necesario conocer cual es el peso corporal y espesor de grasa dorsal óptimos para estimar los requerimientos de nutrientes y la energía de las cerdas. En la Ilustración 1 y Ilustración 2 se presentan respectivamente la evolución del peso corporal y el espesor de la grasa dorsal a lo largo de 6 partos de las cerdas Hypor de la granja del Centro de Investigación Porcino de Nutreco (SRC). El peso y espesor de grasa dorsal al inicio y al final de la gestación proporcionan información la cantidad de proteína y grasa que las cerdas deben ganar durante la gestación. Por otra parte, el peso corporal es un buen indicador para estimar los requerimientos de energía para mantenimiento. Como se muestra en la Ilustración 3, los requisitos de mantenimiento representan aproximadamente el 70% de las necesidades energéticas durante la gestación. Además, es necesaria energía para el crecimiento de la cerda y de los lechones, este último principalmente al final de la gestación (Ilustración 4). El uso de modelos matemáticos de gestación permite hacer esquemas de alimentación de las cerdas a medida en función de la paridad, el estado de la cerda a la cubrición y el nivel de producción de la granja (Ilustración 5).

Requerimientos de energía en gestación para mantenimiento, crecimiento maternal y crecimiento intrauterino.

Ilustración 3. Requerimientos de energía en gestación para mantenimiento, crecimiento maternal y crecimiento intrauterino.

Evolución del peso de los lechones, placentas fluidos y ubre durante la gestación

Ilustración 4. Evolución del peso de los lechones, placentas fluidos y ubre durante la gestación.

Curva de alimentación recomendada para Nulípara y Primípara y curvas de alimentación propuestas para primíparas en función de la condición corporal a la cubrición

Curva de alimentación recomendada para Nulípara y Primípara y curvas de alimentación propuestas para primíparas en función de la condición corporal a la cubrición

Curva de alimentación recomendada para Nulípara y Primípara y curvas de alimentación propuestas para primíparas en función de la condición corporal a la cubrición

  1. Alimentar a las cerdas a voluntad desde el destete hasta la cubrición, aproximadamente 3,5 a 4 kg/cerda.
  2. Restringir a todas las cerdas después de la cubrición al nivel establecido en la tabla.
  3. Un día a la semana el responsable de la gestación deberá:
    • Estimar la CC, medir el ETD P2, o estimar el peso y medir el ETD P2 de todas las cerdas cubiertas la semana anterior y anotarlo en sus fichas.
    • Asignar a cada cerda el nivel de alimentación establecido en la tabla según sea multípara o nulípara y anotarlo en la fecha de la cerda. Marcar con la pinza del color correspondiente.
  4. A las 7-8 semanas de gestación revisar aquellas cerdas que estén visiblemente delgadas o gordas, medirlas y comprobar si se alcanzan los objetivos de ganancia de peso y P2, en caso contrario aumentar o disminuir 0,25 kg según corresponda.
  5. A las 13-14 semanas de gestación revisar aquellas cerdas que estén visiblemente delgadas o gordas, medirlas y comprobar si se alcanzan los objetivos de ganancia de peso y P2, en caso contrario aumentar o disminuir 0,25 kg según corresponda.
  6. A las 13-14 semanas de gestación subir 0,75 a 1 kg a todas las cerdas según la curva.
  7. En maternidad mantener el mismo nivel de alimentación hasta el día del parto.

Ilustración 5. Curva de alimentación recomendada para Nulípara y Primípara y curvas de alimentación propuestas para primíparas en función de la condición corporal a la cubrición. (Optifeed Model Nanta)

Diferencia entre las primerizas y las cerdas primíparas

Aunque sólo hay un ciclo de diferencia, hay gran diferencia entre el estado nutricional de los nulíparas y primíparas en el momento de la cubrición. Las nulíparas están en normalmente buena condición corporal, mientras que las primíparas han perdido peso y espesor de grasa dorsal en función del consumo de pienso y la producción de leche que hayan tenido en la lactación anterior. Debido a la variación en el consumo de pienso y la producción de leche de las primíparas, la variación en el peso y espesor de grasa dorsal a la cubrición también se incrementará. Los datos de Kim et al. (2001) muestran que durante la lactación la cerda no sólo pierde proteínas de la masa muscular, sino también del tracto reproductivo y el hígado (Ilustración 6). El enfoque nutricional para primíparas al comienzo de la gestación debe ser por tanto, distinto al de las nulíparas. Los datos recientes de Hoving et al. (2011) muestra que un elevado nivel de alimentación al comienzo de la gestación en las primíparas es beneficioso para el tamaño de camada posterior (Ilustración 7), mientras que este efecto en nulíparas es menos evidente (Jindal et al. 1996 y Quesnel et al . 2010). El estudio de Hoving et al. (2011) sugiere que una restauración rápida de los tejidos corporales después de una lactación es beneficioso para el rendimiento reproductivo posterior.

Pérdida de proteína durante la lactación en la canal, hígado y aparato reproductor (adaptado de Kim et al. 2001).

Ilustración 6. Pérdida de proteína durante la lactación en la canal, hígado y aparato reproductor (adaptado de Kim et al. 2001).

Efecto en primíparas del nivel de alimentación en los primeros 30 días postcubrición sobre el tamaño de la camada siguiente (adaptado de Hoving et al. 2010).

Ilustración 7. Efecto en primíparas del nivel de alimentación en los primeros 30 días postcubrición sobre el tamaño de la camada siguiente (adaptado de Hoving et al. 2010).

En conclusión: Las cerdas modernas tienen potencial genético para una elevada producción de lechones a lo largo de su vida productiva. Para alcanzar este potencial se necesita prestar especial atención a las necesidades de energía y nutrientes de las cerdas nulíparas y primíparas.

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