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Prevención de la infección transplacental por PRRSV

Hay factores todavía desconocidos que previenen o bloquean la replicación de PRRSV en el endometrio antes de los 90 días de gestación.

Los problemas reproductivos inducidos por el virus del sindrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRSV) se caracterizan por muerte embrionaria, abortos tardíos, partos prematuros y aumento del número de fetos muertos y débiles. Los hallazgos recientes indican que el endometrio y la placenta están implicados en el paso del PRRSV de la madre a los fetos y que la replicación del virus en los tejidos del endometrio/placenta puede ser la razón real de la muerte fetal. Comprender mejor este fenómeno podría facilitar las estrategias preventivas.

La presencia de células diana del PRRSV en el endometrio y la placenta podría ser esencial para el paso del virus entre la madre a los fetos. En línea con esto, hay más células CD163+ y Sn+ (las células diana de la infección por PRRSV) en el endometrio y la placenta recogidos a 90-110 días de gestación que en estadíos anteriores. La abundancia de células muy susceptibles al virus en la placenta a finales de gestación puede explicar, en parte, porqué la infección congénita está básicamente restringida al final de la gestación. Un experimento previo con desafío reveló que el ambiente del endometrio también podría jugar un papel importante en el establecimiento de infecciones placentales y transplacentales. No se observaron células positivas a PRRSV en el tejido endometrial adyacente en los once fetos de una cerda que había sido inoculada intranasalmente con PRRSV a 70 días de gestación y muestreada a los 80 días de gestación, pese a la viremia materna y a la presencia de células endometriales CD163+ y Sn+. Por el contrario, PRRSV se replicó eficazmente en el endometrio/placenta recogido de cerdas inoculadas intranasalmente con PRRSV a los 90 días de gestación y muestreadas a los 100 días. Por lo tanto hay factores todavía desconocidos que previenen o bloquean la replicación de PRRSV en el endometrio que, junto con un número insuficiente de células susceptibles en la placenta, podrían causar resistencia a la infección placental/transplacental por PRRSV antes de los 90 días de gestación.

En un estudio reciente, se identificaron, localizaron y cuantificaron células positivas a PRRSV y células apoptóticas en el endometrio/placenta de tres cerdas inoculadas a 90 días de gestación y sacrificadas 10 días después. A los 10 días post-inoculación, las cerdas desafiadas eran virémicas y el PRRSV había pasado de la madre al feto en todos los casos. Mediante una tinción específica por inmunofluorescencia se detectó replicación del PRRSV en el endometrio y la placenta de las cerdas inoculadas. El número de células positivas a PRRSV en la placenta (1-289/10 mm2 de tejido) era significativamente mayor que en el endometrio (1-16/10 mm2 de tejido; p = 0,004). La cantidad de células apoptóticas era significativamente mayor en el endometrio positivo a PRRSV de las cerdas inoculadas que en los tejidos negativos al virus de las cerdas control (figura 1). La cantidad de células apoptóticas aumentó significativamente en las placentas positivas a PRRSV en comparación con las negativas a PRRSV. La principal conclusión de este estudio es que PRRSV se replica en el endometrio/placenta y causa apoptosis de células locales a finales de gestación. En los tejidos positivos al virus se observan varias lesiones histopatológicas, que varían desde la separación local entre el epitelio uterino y el trofoblasto y la degradación completa del mesénquima fetal placental, alrededor de los 20 días postinoculación (figura 2). Estas lesiones histopatológicas son incompatibles con la vida fetal, ya que la integridad entre la parte maternal y la fetal dentro de la interfase materno-fetal es crucial para el intercambio gaseoso uterino (O2/CO2), la alimentación y la eliminación de metabolitos tóxicos fetales.

Cuantificación de células apoptóticas

Figura 1. Cuantificación de células apoptóticas en el endometrio y placentas recogidas de
cerdas inoculadas con PRRSV a 90 días de gestación y de cerdas no inoculadas.

Los animales se muestrearon a los 100 días de gestación. Las líneas sólidas y punteadas son medianas y medias, respectivamente. Cada caja representa el 25–75% de las observaciones. Las marcas de debajo y encima de las cajas representan los percentiles 10 y 90. Los puntos debajo o encima de las marcas de cada caja representan valores atípicos no incluidos entre el 10 y el 90% de las observaciones. Las diferencias se consideraron estadísticamente significativas cuando p≤0,05. (Karniychuk et al., 2011).

Histopatología en endometrio y planceta

Figura 2. Histopatología en endometrio y placenta.

(A) Zonas de implantación fetal de un feto PRRSV-negativo sin microlesiones (PSM: pliegue secundario materno; epm: epitelio uterino (maternal); tr: trofoblasto). Zonas de implantación fetal de fetos PRRSV-positivoscon microlesiones: (B) trofoblasto desprendido localmente del epitelio uterino; (C) degeneración focal de la placenta; (D) una degeneración multifocal de la placenta fetal y (E) una degeneración completa de la placenta fetal. (Karniychuk et al., 2012).

Actualmente, la vacunación está considerada como el principal método para el control y el tratamiento de las infecciones por PRRSV. En un estudio reciente se analizó una vacuna experimental inactivada de PRRSV, producida mediante un nuevo procedimiento de calidad controlada de inactivación viral y aplicada con un adyuvante adecuado. Los resultados mostraron que la nueva vacuna inactivada es capaz de potenciar la respuesta de anticuerpos neutralizantes del virus (VN) y de reducir ligeramente la duración de la viremia en las nulíparas. También reduce el número de fetos positivos a PRRSV y mejora la supervivencia fetal. Los efectos positivos se consiguieron, probablemente, mediante la reducción del paso de virus del endometrio (el sitio primario de replicación de PRRSV antes de la infección de la progenie) a la placenta, ya que el número de células positivas a PRRSV en las placentas era significativamente más elevado en las nulíparas no vacunadas que en las vacunadas. Podría recomendarse el uso de esta vacuna en granjas endémicamente afectadas, sola o en combinación con otras vacunas, para reducir las pérdidas debidas a la infección por PRRSV en las cerdas gestantes. El objetivo es activar la respuesta VN antes de los 80 días de gestación, cuando las cerdas se convierten en susceptibles a la infección placentaria/transplacentaria. La vacunación de nulíparas con una vacuna viva antes de la inseminación o durante la fase inicial de la gestación, con una potenciación posterior con la nueva vacuna inactivada, puede ofrecer nuevas prespectivas a la prevención de los problemas reproductivos inducidos por PRRSV.

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