Los recientes brotes de fiebre aftosa (FA) en Europa y la introducción de una cepa vírica exótica en Oriente Próximo subrayan la necesidad urgente de una detección precoz y de reforzar las medidas de bioseguridad para minimizar el impacto de la enfermedad, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La FAO recomienda aplicar con urgencia medidas de bioseguridad y reforzar la vigilancia tras la reciente detección del serotipo SAT1 del virus de la fiebre aftosa en Irak y Baréin. Este serotipo es exótico en las regiones de Oriente Próximo y Eurasia Occidental, lo que genera una gran preocupación por el posible avance del virus. El riesgo más importante e inmediato de propagación del virus de la FA está relacionado con el movimiento de animales. Otros países de estas regiones están en alto riesgo de verse afectados.

Recientemente, el virus de la fiebre aftosa también fue detectado en Europa, una zona que normalmente se considera libre de la enfermedad y que está experimentando su peor brote desde 2001. Alemania detectó un foco en enero de 2025, pero ha sido declarada libre de la enfermedad desde entonces. Sin embargo, una introducción independiente del virus en Hungría un mes después, con brotes posteriores en Eslovaquia, sigue activa.
La FAO insta a los países a aumentar la concienciación, reforzar la bioseguridad y mejorar la preparación a todos los niveles para proteger el ganado y los medios de vida.
07 de mayo de 2025 | FAO | https://www.fao.org